La colección del Real Seminario conserva, de la época correspondiente a los primeros años del Instituto Provincial Guipuzcoano, cinco instrumentos de la prestigiosa y longeva casa parisina Desbordes. Esta empresa, fabricante de instrumentos matemáticos, ópticos y de física en general, fue muy alabada en toda Francia por la calidad de sus manómetros, pirómetros y demás producción en el campo de la mecánica. Gracias a la documentación propia del siglo XIX que hemos consultado y entre la que destacamos los catálogos oficiales de las diversas exposiciones nacionales y universales celebradas en Francia, los informes emitidos por los jurados de las muestras citadas y también los “Annuaire-Almanach du Commerce...(Didot-Bottin)”, auténticos inventarios de los comerciantes y fabricantes radicados en la capital francesa, sabemos que la firma Desbordes nació en 1824 y que tuvo su primera sede en Amelot, 40 y en Ménilmontant, 3 después.
La empresa comenzó a ganar fama en 1839 cuando recibió una mención de honor por parte del jurado de la exposición nacional de aquel año. El prestigio de Jules Desbordes creció a lo largo de la década de 1840, como prueba el hecho de que ganara durante este periodo casi una decena de medallas, entre ellas una de oro. La sede social de la casa se encontraba entonces en rue St. Pierre Popincourt, 20 (1843-1849). Esta es precisamente la dirección que aparece consignada en las piezas de la colección bergaresa, por lo que fechamos estos instrumentos (data expedición o venta) en la década ya mencionada. Entre 1850 y 1868 la empresa Desbordes tendrá su sede en Fossés du Temple; en 1871 la encontramos en Amelot, 130, y para 1877 en Saintonge, 64. Los honores y reconocimientos recibidos son muchos y las medallas obtenidas más de 20, lo que hace que esta fábrica de larga tradición sea ambicionada por los jóvenes empresarios que se introducen en el sector: parece seguro que entre 1886 y 1887 Léon Maxant se hace con la empresa y sucede en ella a Desbordes; así mismo podemos afirmar que al menos desde 1894 Maxant acoge en su seno a dos antiguas firmas más. La sucesora de Desbordes, que en 1905 absorbe también a la prestigiosa Redier (especializada en la fabricación de barómetros), será una empresa de renombre en Francia durante el siglo XX.