En esa misma época, el francés Pierre François Chabaneau, profesor e investigador en el Real Seminario de Bergara, logró otro descubrimiento importante. Hasta los años 80 del siglo XVIII, al platino no se le daba gran importancia; dado que no se le habían encontrado aplicaciones prácticas, solía ser despreciado.
En las minas, el platino se encontraba junto al oro y al diamante, en forma de polvo o esponja, y al tener el punto de fusión alto, era muy difícil obtenerlo en estado puro. Chabaneau, impulsado por las amplias posibilidades de utilización que vislumbró en el platino, consiguió descubrir un método sencillo y eficaz para eliminar las impurezas. Así consiguió en el Seminario el primer lingote fabricado con la masa pura y maleable de este elemento químico.