El calor no es un fluido
Un libro se desliza por la superficie de una mesa. Si la superficie es rugosa ejercerá una fuerza de fricción considerable sobre el libro que tendrá que vencer el impulso inicial si ha de moverse y que hará que termine parándose en cuanto la energía cinética (esa que tiene por el hecho de moverse) desaparezca. Como la superficie de la mesa es horizontal esa desaparición de energía cinética no se ha convertido en energía potencial (la que se tiene por la posición en un campo gravitatorio, por ejemplo), como hubiera ocurrido si hubiésemos lanzado el libro al aire en vertical. Entonces, ¿qué ocurre? ¿Que la energía en este caso no se conserva?
Un examen minucioso del libro y de la superficie de la mesa demostrarían que ambos han sufrido un ligerísimo incremento de temperatura. La desaparición de la energía cinética del libro se ha visto acompañada por la aparición de eso que llamamos calor.
Este experimento tan simple sugiere, pero en ningún caso prueba (correlación no implica causalidad), que la energía cinética se habría transformado en calor. Si esto es así, el calor debe ser una forma de energía.
Iniciamos así una exploración muy sencilla de los aspectos esenciales de la dinámica del calor o, en una palabra, de la termodinámica. En ella primaremos la comprensión de las ideas fundamentales frente al formalismo, por lo que, de aparecer, las fórmulas matemáticas serán extremadamente simples y completamente explicadas. La idea es ayudar a estudiantes de secundaria y primeros años de universidad a aprehender las ideas para no perderse en los cálculos; también proporcionar al lector interesado una introducción asequible a los conceptos fundamentales de la termodinámica y la teoría cinética sin necesidad más que de unas nociones intuitivas muy generales de física y poco más que las cuatro reglas aritméticas.
La equivalencia de calor y trabajo
Hasta mediados del siglo XIX se pensaba que el calor era una especie de fluido llamado fluido calórico. Cuando se mezclan cuerpos calientes y fríos, como agua a 90 ºC con agua a 4º C en iguales cantidades, no se pierde ni gana calor sino que se obtiene el doble de agua a unos 47 ºC. Uno podría concluir que el fluido calórico se conserva en un experimento de este tipo. Algunas sustancias, como la madera o el carbón vegetal, parecen almacenar el fluido calórico, que liberarían cuando arden. Este era el planteamiento entonces.
Si bien la ideas de que el contenido de calor de una sustancia se represente por una cantidad de un fluido que se conserva era aparentemente útil, la realidad es que es incapaz de explicar algunos fenómenos cotidianos. La fricción, con la que empezábamos, produce calor; si tienes frío en las manos tu reacción instintiva es frotarlas entre sí para conseguir que se calientes. ¿De dónde viene entonces el fluido calórico?
La creencia en la existencia del calórico se mantuvo en la primera mitad del XIX, por motivos filosóficos, por una parte y, por otra, porque aunque no explicaba fenómenos simples como el de la fricción sí permitía entender otros aparentemente más complejos, como las reacciones químicas. De hecho el calórico fue introducido por Lavoisier (uno de los padres de la química moderna) a finales del XVIII.
Justo en esa misma época, Benjamin Thomson fue creado en 1791 conde del Sacro Imperio Germánico pasando a la historia como Reichsgraf von Rumford por sus servicios al príncipe-elector de Baviera. Entre estos servicios estuvo la reorganización del ejército y, como parte de ellos, la supervisión de la construcción de nuevo armamento. Los cañones se fabricaban haciendo un agujero en una pieza de metal macizo y Rumford observó que se generaba una enorme cantidad de calor en el proceso. Algunas de las virutas que salían despedidas de la zona en la que el taladro estaba trabajando haciendo el alma (hueco) del cañón estabn tan calientes que estaban al rojo, esto es, emitían luz visible.
Rumford podía haber tomado nota y ya está pero, en vez de eso, hizo varias mediciones y experimentos meticulosos. Para ello sumergió en agua una masa metálica acoplada al taladro que perforaba el cañón y midió la velocidad a la que subía la temperatura del agua mientras el taladro trabajaba en la pieza. Sus resultados demostraban que si no se enfriaba activamente con agua el calor generado hubiese sido suficiente como para fundir toda la pieza.
Después de repetir el experimento en muchas ocasiones, Rumford llegó a la conclusión de que el calor no se conserva sino que se genera cuando se realiza trabajo. Debido a las limitaciones técnicas de su experimento su cálculo de la proporción de calor producido por unidad de trabajo realizado es del orden de 10 veces (un orden de magnitud o 101) del valor que se acepta hoy día.
Los experimentos de Rumford y trabajos similares de Humphry Davy en la Royal Institution de Londres no convencieron a muchos científicos de la época. La razón puede estar en que Rumford no aportó una idea de qué podía ser el calor, al menos no en unos términos que fuesen compatibles con los modelos aceptados en la época para la materia.
Sobre el autor: César Tomé López es divulgador científico y editor de Mapping Ignorance
El artículo El calor no es un fluido se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Entradas relacionadas:Errar es humano
Cometemos errores continuamente. Quizás no nos gusta que nos lo digan o nos cueste reconocerlo, pero así es, nos equivocamos con frecuencia. En ocasiones, además, erramos en el juicio o apreciación de forma sistemática; me refiero a eso que se denomina sesgos cognitivos. Algunos sesgos de ese carácter bien conocidos están en la base de muchas creencias irracionales y, por ello, en varias modalidades de pensamiento mágico.
Por otro lado, en el mundo de la ciencia estamos familiarizados con la existencia de lo que llamamos errores de tipo I y errores de tipo II. Pero esta distinción no tiene por qué limitarse al mundo de la investigación científica. En la vida cotidiana cuando realizamos juicios bajo condiciones de incertidumbre, podemos cometer errores de esos dos tipos. Los de tipo I son los que llamamos también falsos positivos; cuando los cometemos creemos ver algo que no hay. Los de tipo II son falsos negativos; lo que ocurre en esos casos es que no detectamos algo que sí ocurre o que sí existe.
Aunque esa distinción pueda parecer anecdótica, la verdad es que puede tener consecuencias muy importantes. No es lo mismo cometer un error de un tipo o del otro. Si, pongamos por caso, vemos que se dirige hacia nosotros un animal con cuernos de cierto porte, lo más probable es que salgamos corriendo en la dirección contraria. No solo es lo más probable, también es lo más sensato. Si luego resulta que el astado en cuestión era un manso, nuestra deducción habría sido equivalente a un falso positivo. O sea, en ese caso habremos cometido un error de tipo I, pero no creo que eso nos importase demasiado, porque lo más normal es que las consecuencias del error habrían sido de orden menor o prácticamente irrelevantes. Si, en vez de salir corriendo pensando que se trataba de un toro bravo, nos quedamos sentados tranquilamente porque nos parecía que era un pacífico buey que, casualmente, caminaba hacia nosotros, podíamos haber cometido un error de fatales consecuencias. Porque podía haberse tratado de un toro bravo. En ese caso habríamos incurrido en un error de tipo II, un falso negativo. Creo que, llegados a este punto, está bastante claro por qué puede tener muy diferentes consecuencias cometer un error de un tipo o cometerlo del otro.
Los psicólogos piensan que la evolución nos ha equipado con un sistema cognitivo que tiende a seleccionar los errores menos costosos en aquellas disyuntivas en las que las consecuencias o costes de los errores de juicio son asimétricos. Algunas observaciones avalan esa idea.
Cuando estimamos distancias verticales, por ejemplo, tendemos a cometer un error muy util. Al asomarnos a un balcón o a una ventana y mirar hacia abajo, lo normal es que estimemos una distancia hasta el suelo bastante mayor de la que realmente hay. Además, el sesgo aumenta cuanto mayor es la altura desde la que miramos. Por ejemplo, una altura de 14 m nos puede parecer que es de 21 m. Ese sesgo nos protege porque al asomarnos a la ventana nos lo pensaremos dos veces antes de decidirnos a saltar al suelo o a la ventana de enfrente, si fuese esa la opción que valorábamos al mirar hacia abajo y hacer la estimación.
Otro ilustrativo ejemplo de uno de esos sesgos útiles es el de los niños que, al contemplar un animal inmóvil, piensan que está dormido en vez de pensar que está muerto. Los niños que, en el pasado de nuestro linaje, pensaron que un animal, por estar quieto, estaba muerto no dejaron descendencia, por lo que no transmitieron sus genes a las siguientes generaciones.
Errar es humano. Es más, en muchas ocasiones, además, la tendencia a errar de forma sistemática puede salvarnos la vida. Más que humano, pues, puede resultar providencial.
Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU
El artículo Errar es humano se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Entradas relacionadas:Cuando los bebés comienzan a combinar gesto y habla
Asier Romero Andonegi, Aintzane Etxebarria Lejarreta, Ainara Romero Andonegi e Irati de Pablo Delgado, profesores e investigadores de la Escuela Universitaria de Magisterio de Bilbao de la UPV/EHU, han estudiado cómo emprenden los bebes de entre 9 y 13 meses su tránsito desde el balbuceo inicial al uso de combinaciones de gesto y habla.
La ciencia muestra que el estudio del lenguaje y la comunicación humana no se pueden llevar a cabo solo con un análisis del habla. Entre los aportes que ha realizado este trabajo Asier Romero destaca que es el “primer estudio” en exponer con niños y niñas con lengua materna euskera “cómo y cuándo” los bebés desarrollan y utilizan “un patrón para coordinar el gesto con el habla”.
“Hemos descubierto que cuando el bebé abandona el balbuceo caracterizado por las vocalizaciones de cadenas de sílabas repetidas y largas a los 9 meses y empieza la etapa prelingüística más compleja en torno a los 11 meses, los gestos del bebe comienzan a ser producidos principalmente en combinación con la producción vocal, más que como un acto únicamente de gestos. Es decir, el sistema gestual y del habla ya están estrechamente relacionados”, explica Romero.
Así mismo, el investigador ha querido destacar que la tipología de los gestos en estas combinaciones de gesto y vocalización son “principalmente deícticos”, esto es, “gestos de ejecución, como apuntar, dar, mostrar, ofrecer y realizar peticiones para dirigir la atención del adulto hacia un objeto por el cual el bebé siente interés por obtenerlo con una intención declarativa, es decir, para informar al adulto de su interés por un objeto”.
Para Romero, este estudio muestra que el habla y la gestualidad son dos “elementos necesarios” para estudiar la comunicación humana, pues cada vez hay más pruebas de que ambas están estrechamente coordinadas, y “es quizá una condición fundamental para el desarrollo posterior del primer léxico ya en la etapa lingüística”.
De hecho, revela el investigador, “cada vez hay más evidencias científicas” que muestran que la combinación de balbuceo y gesto de los bebés “están relacionadas” con un desarrollo posterior del lenguaje, y por tanto, son un elemento predictivo. “Por ello investigaciones de este tipo podrían ayudar a predecir alteraciones lingüísticas en el trastorno específico del lenguaje”, avanza el investigador.
El objetivo de este trabajo fue investigar el proceso de adquisición y desarrollo del lenguaje en relación con la coordinación temporal de gestos y habla de niños. Para ello, los investigadores grabaron en vídeo a dos bebés nacidos en familias vascohablantes, desde que los niños tenían 9 meses hasta que cumplieron 13 meses.
“Las grabaciones se realizaron en sus domicilios junto con sus progenitores. En total, se obtuvieron más de 1.260 actos comunicativos producidos por los dos, a través de unas 6 horas de grabación, que fueron analizadas posteriormente mediante la aplicación del software específico ELAN, “esta herramienta permite realizar y procesar anotaciones en líneas digitales de información de forma conjunta para distintos tipos de archivos de audios y videos”, explica.
Esta investigación ha abierto nuevas líneas de trabajo, y por otra parte confirma lo ya señalado en diferentes investigaciones con bebés catalanes e ingleses.
Referencia bibliográfica
Romero Andonegi, A., Etxebarria Lejarreta, A., De Pablo Delgado, I. y Romero Andonegi, A.. ‘The interrelation of gestures and vocalization in early communication functions: Evidence from Basque language’. Signos. Estudios de Lingüística, 50(93), 96-123 (2017). DOI: 10.4067/S0718-09342017000100005.
Edición realizada por César Tomé López a partir de materiales suministrados por UPV/EHU Komunikazioa
El artículo Cuando los bebés comienzan a combinar gesto y habla se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Entradas relacionadas:Culturas del honor
En un estudio realizado hace dos décadas en los Estados Unidos, observaron que los jóvenes blancos procedentes del Sur tienden a responder a los insultos de forma más agresiva que los del Norte. Entre los negros no observaron diferencias. También encontraron que en unos y otros estados se cometía un número similar de asesinatos en coincidencia con la comisión de otros delitos, y sin embargo, en los del Sur eran más frecuentes los producidos como consecuencia de una discusión que acaba de la peor manera posible.
Esos comportamientos están asociados a algo que antropólogos culturales y otros científicos sociales denominan “culturas del honor”. En las culturas del honor hay una gran preocupación por la reputación y una propensión a responder de forma violenta a cualquier actitud que sea interpretada como menosprecio o falta de respeto. Buscan así defender su prestigio aunque para ello tengan que recurrir a la violencia. Pero hay más: quienes forman parte de esas culturas son muy reacios a aceptar que tienen problemas de salud mental, pues ello conllevaría reconocer una forma de debilidad y, por ende, de vulnerabilidad. No es sorprendente, por ello, que traten de evitar el uso de antidepresivos y que la incidencia de suicidios sea alta. Por contraste, las denominadas “culturas de la dignidad” se caracterizan por comportamientos muy diferentes. En éstas las personas son valoradas simplemente por el hecho de serlo, por su condición de seres humanos. En las culturas de la dignidad no es normal el recurso inmediato a comportamientos violentos como consecuencia de una ofensa o lo que pueda interpretarse como tal.
Al parecer, en las culturas del honor las personas valen lo que vale su reputación y esa es la razón por la que su defensa es tan importante. Hay numerosos precedentes en Occidente de fenómenos propios de esas culturas, como las justas medievales y otras modalidades de duelos que perduraron hasta hace poco más de un siglo. Y en la actualidad son muy comunes en las áreas ya citadas en los Estados Unidos y en otras como Paquistán, Afganistán o Somalia.
Uno de los investigadores que realizaron el estudio antes citado pensaba que la cultura del honor podría estar relacionada con el fervor religioso. Al fin y al cabo, tanto la población de los estados del Sur norteamericano como la de los países musulmanes citados se caracterizan por una fuerte religiosidad. Sin embargo, los datos no avalan la existencia de tal vínculo. Al parecer, las culturas del honor suelen desarrollarse en grupos humanos en los que reinan condiciones de gran inseguridad, tanto de naturaleza económica como la derivada de la ausencia de leyes o de su frecuente incumplimiento; bajo esas condiciones, la reputación puede ser una buena forma de defensa cuando no hay instituciones que puedan prestar socorro y protección en caso de necesidad o, de haberlas, cuando se prefiere no recurrir a ellas. Así se explica, por ejemplo, la importancia de la cultura del honor en grupos mafiosos y bandas de delincuentes.
Se trata de culturas muy persistentes. Su importancia entre los hombres blancos del Sur de los Estados Unidos se retrotrae a la llegada de ganaderos de origen escocés procedentes del Ulster en la primera mitad del siglo XVII, quienes hubieron de enfrentarse a todo tipo de amenazas y, muy especialmente, a la de los ladrones de ganado. El tiempo habría atenuado las manifestaciones más extremas de esa cultura, pero no las ha eliminado. No deberíamos, por tanto, descartar que ciertos comportamientos chulescos y respuestas airadas a bromas de escasa trascendencia que observamos en nuestro entorno, tengan su origen en una cultura del honor heredada.
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Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU
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Una versión anterior de este artículo fue publicada en el diario Deia el 4 de diciembre de 2016.
El artículo Culturas del honor se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Entradas relacionadas:Las máquinas moleculares que han ganado un Nobel
El Nobel de Química de 2016 premió la creación de las máquinas más pequeñas del mundo. El francés Jean-Pierre Sauvage, el británico Fraser Stoddart y el holandés Bernard Feringa recibieron el galardón por haber desarrollado moléculas con movimientos controlables, capaces de llevar a cabo tareas cuando se les proporciona energía. Según la Academia, este hallazgo puede conducir a una revolución tecnológica.
El catedrático de Química Física de la UPV/EHU Jesús Ugalde explicó la importancia de este descubrimiento en la conferencia titulada “Las máquinas moleculares que han ganado un Nobel”, que tuvo lugar el pasaso 16 de noviembre.
Las máquinas moleculares que han ganado un NobelLa Zientziateka es una iniciativa que organizan mensualmente la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU y Azkuna Zentroa para divulgar asuntos científicos de actualidad.
Edición realizada por César Tomé López a partir de materiales suministrados por eitb.eus
El artículo Las máquinas moleculares que han ganado un Nobel se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Entradas relacionadas:Ciencia, Modernidad y Posmodernidad
En la historia hay edades que más o menos todos ubicamos bien. En lo que se refiere a Europa la Edad Antigua va desde las primeras civilizaciones hasta la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476; la Edad Media desde esta fecha al descubrimiento de América en 1492; la Edad Moderna desde este momento a la Revolución Francesa de 1789; y, desde entonces estaríamos en la Edad Contemporánea. Pero hay otra posibilidad de distinguir eras históricas que se basa en los conceptos de ciencia, tecnología y razón y sus papeles en el proceso histórico: Modernidad y Posmodernidad.
El término “moderno” aparece por primera vez en el siglo XVI como una forma de señalar la separación del presente con el pasado. Y aunque en el siglo XVII los filósofos naturales experimentales se distinguían a sí mismos de las prácticas del pasado en el debate entre “antiguos” y “modernos”, fue Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1771-1831) quien dio la primera definición formal de modernidad como la persistente re-creación del yo y las condiciones de vida. Desde Hegel existe quien da en llamar Modernidad al período que va de la Revolución Francesa (1789) al final de la Segunda Guerra Mundial (1946). En 1947 los arquitectos comienzan a hablar de la existencia de un estilo “posmoderno” y conforme avanza la Guerra Fría los filósofos y sociólogos articulan el significado (o mejor, significados) de Posmodernidad. Modernos y posmodernos varios coinciden en que la Posmodernidad es la era en la que estamos desde los ochenta.
Tras Hegel la Modernidad se refiere a dos narrativas “maestras”, a saber, el desarrollo de la promesa de la Ilustración de la liberación a través de la razón, y la unificación de todas las ramas del conocimiento mediante la extensión de los métodos racionales de la ciencia y la tecnología. Jürgen Habermas (n. 1929) mantiene que ambas narrativas se han empleado para legitimar la ciencia y la tecnología en el ámbito social desde 1800. La ciencia, para los teóricos de lo moderno, es una práctica representativa, una reproducción de la naturaleza, cuyas características son el resultado del consenso racional entre los que la practican, quienes, a su vez, establecen verdades científicas independientes de los intereses sociales. Desde el momento en que el consenso implica la ausencia de conflicto, desde el punto de vista moderno la ciencia es un instrumento racional de paz.
Hay pensadores, como Habermas o Bruno Latour (n. 1947), que creen que la Modernidad es un proyecto inacabado que aún merece la pena proseguir con objeto de conseguir una sociedad libre de conflictos en la que la comunicación clara y racional es posible. Desde la perspectiva modernista la historia de la ciencia y la tecnología se encuadra claramente dentro de las narrativas teleológicas de progreso, racionalización, secularización, burocratización e, incluso, de estado-nación.
Los orígenes de la posmodernidad los podríamos trazar hasta la crítica de la razón de Friedrich Nietzsche (1844-1900) y otros a finales del XIX. Pero no será hasta después de las atrocidades del Tercer Reich que se empezó a dudar seriamente del proyecto moderno de liberación y unificación mediante la razón. La Posmodernidad no solo rechaza estas dos narrativas maestras de la Modernidad, sino también la idea de que la representación (tanto en las artes como en las ciencias) pueda ser un espejo preciso de la realidad objetiva.
Los posmodernos como Jean-François Lyotard (1924-1998) reconceptualizan las ciencias como actividades orientadas hacia la reproducción de las prácticas de investigación más que a la producción de resultados acerca del mundo. Lo que Lyotard llama “performatividad” en las ciencias puede apreciarse en la inclinación de las ciencias hacia la interdisciplinaridad y el trabajo en equipo. En la incesante búsqueda de “lo nuevo” (la invención de nuevos vocabularios, prácticas, reglas de investigación, consensos) la ciencia posmoderna es una forma de conocimiento que no reproduce lo conocido, sino que constantemente busca lo desconocido y lo indeterminado.
El carácter anti-representativo de la ciencia posmoderna significa que las imágenes (y las teorías) no representan la naturaleza, sino que son una proyección de los entornos políticos, sociales y económicos en los que se desarrolla la actividad científica. Dicho de otro modo, la naturaleza misma desaparece en un mundo creado de simulacros y simulaciones y la historia de las ciencias se convierte en la historia de las imágenes y de lo que se cree que se encuentra inmerso en ellas.
En la Posmodernidad las ciencias son una parte de la economía, pero en un papel muy diferente al que jugaban en la Modernidad. Ahora sus imágenes son sujetos de la ideología política y, por tanto, su verdad es relativa: frente a unos hechos, existen hechos alternativos. De aquí se sigue la “caridad epistemológica” hacia las creencias irracionales que se encuentra habitualmente entre los posmodernos.
Este post ha sido realizado por César Tomé López (@EDocet) y es una colaboración de Naukas con la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.
El artículo Ciencia, Modernidad y Posmodernidad se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Entradas relacionadas:Cuando los científicos marchan
El ejercicio de la ciencia es una metódica aproximación al uso más puro posible de la razón. En cada paso del método científico se intenta, con deliberación y cuidado, eliminar el más mínimo atisbo de emoción, de apego a las ideas propias, de rechazo de las ajenas basado en antipatías personales; se dan los pasos pertinentes para que sean los datos y no las emociones las que decidan. Y se fracasa, claro, porque los científicos son humanos; porque el cerebro humano en su propio modo de funcionamiento tiene la razón enredada con la emoción, los sentimientos creciendo como hiedras sobre los datos (o viceversa). En eso, ay, quienes se dedican a la ciencia no se diferencias del resto de sus compañeros de especie, y no pueden diferenciarse. Los científicos no son internamente ‘más racionales’ que los demás.
Pero lo intentan. Precisamente por eso existe el método científico: porque si quieres conocer la naturaleza con la mayor precisión posible es necesario filtrar, todo lo que se pueda, los factores emocionales. Para eso se hacen test de doble ciego, complejos diseños experimentales o enrevesados cálculos estadísticos. Por eso los artículos se codifican en un lenguaje artificial y preciso y se revisan por pares anónimos antes de salir publicados. Por eso los tribunales de tesis, y las solicitudes de proyectos con evaluadores externos. La diferencia entre los practicantes de ciencia y el resto de los mortales está en que los científicos son conscientes de las limitaciones de su propio conocimiento y luchan enconada y constantemente por eliminar las fuentes de conflicto entre emoción y razón. Es una lucha condenada a la derrota, porque ningún científico humano puede dejar de ser humano. Pero gracias a ella cada vez conocemos más hechos objetivos sobre el cosmos, lo cual es bello en sí mismo y además ha resultado ser enormemente útil a nuestra especie.
Por eso la ciencia es necesaria y automáticamente enemiga de cualquier doctrina religiosa o política que se base sobre todo en la emoción. Por la sencilla razón de que su método y objetivo final son incompatibles con las llamadas a guiarse por los sentimientos y abandonar la razón. Con independencia de las ideologías políticas o religiosas de cada cual la ciencia siempre se transforma en una muralla dirigida contra ciertas formas de religión o política: aquellas que prefieren fomentar sentimientos por encima de las realidades, las que agitan emociones sin tener en cuenta los datos. No porque la propia actividad científica tenga un sesgo político concreto, sino porque por definición la ciencia y quienes la practican están del lado de la razón y los hechos, y por tanto en contra de quienes se enfrentan al raciocinio o ignoran los datos para respaldar sus ideologías.
Éste es el verdadero trasfondo de las Marchas por la Ciencia del pasado 22 de abril de 2017, y la razón por la que se ha acusado a sus participantes de convertir a la ciencia en una pieza más del tablero político. Cosa que podrían haber hecho, legítimamente: determinadas opciones políticas han agredido a la actividad científica profesional a través de recortes de presupuestos, reducciones de plantillas, instituciones paralizadas y otras acciones que en general han resultado en menos sueldos, menos proyectos, mayores dificultades y menos futuro profesional. Los científicos, como los mineros, los médicos o los conductores de camión, tienen derecho a protestar cuando sus condiciones profesionales se deterioran como cualquier otro tipo de trabajador.
Aunque el impulso que ha sacado a los científicos a las calles de centenares de ciudades en todo el mundo va más allá; mucho más allá: se trata de una defensa del conocimiento y del raciocinio de la humanidad frente a fuerzas que pretenden llevarnos de vuelta a una concepción del cosmos en la que lo único que importa son las pasiones humanas y no la realidad. Se trata de defender la toma de decisiones que tiene en cuenta los datos; la existencia de una realidad empírica que no se puede obviar por mucho que se desee políticamente; el papel del conocimiento y la razón en los procesos que definen el futuro de las naciones. Quienes rechazan los datos y acusan de sesgada y comprometida a la ciencia pretenden que nadie oponga realidades a sus manipulaciones emocionales; que ni siquiera la realidad imponga límites a su voluntad, expresada en términos de pasión de las masas. Conocemos a dónde lleva este camino; ya lo hemos recorrido antes, siempre con terroríficos resultados.
La cultura gremial de quienes practican ciencia e incluso sus querencias personales no son las más dadas a la protesta pública que existen. De hecho por temperamento y por práctica diaria los científicos con meticulosos hasta la pedantería, extremadamente precisos en lenguaje y afirmaciones, críticos de cualquier detalle propio y ajeno, solitarios y poco dados a formar turbas. La comunidad científica tiene una cuota mayor de lo común de raros, obsesos, detallistas y tocanarices; los científicos muy raras veces están de acuerdo en algo, y de esas aún menos tanto como para salir a la calle en grandes prupos y exteriorizar su protesta. Esta vez ha sido así porque muchos de ellos sienten que la apuesta es mayor de lo normal; que el peligro va más allá de la financiación y los detalles de las becas o proyectos y afecta al futuro mismo de la sociedad. Una pancarta en una de las manifestaciones estadounidenses decía “So bad even the introverts are here’ (tan mal estamos que hasta los introvertidos estamos aquí). Porque cuando los científicos marchan es que el peligro es grande, y real.
Sobre el autor: José Cervera (@Retiario) es periodista especializado en ciencia y tecnología y da clases de periodismo digital.
El artículo Cuando los científicos marchan se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Entradas relacionadas:Un algoritmo genético para buscar materiales 2D
Las posibilidades que da la computación para la ciencia, sobre todo los ordenadores potentes pero para nada extraordinarios, es que permiten hacer predicciones que hace solo unos años serían impensables ni siquiera planteárselas. Una reciente investigación en busca de nuevos materiales 2D de uso en nanoelectrónica de un equipo encabezado por Arunima Singh del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de los Estados Unidos es un ejemplo estupendo de este uso.
El grafeno es una forma de carbono muy conocida. Sabemos que es una monocapa plana de átomos de carbono con propiedades muy interesantes. Bien, una de las cosas que demuestra el grafeno es que un material por lo demás ordinario, recordemos que la mina de un lápiz está hecha de láminas de grafeno unas encima de otras formando lo que llamamos grafito, se vuelve extraordinario si lo pasamos de 3 dimensiones a 2 dimensiones.
Efectivamente, algunas propiedades como la magnetorresistencia o la piezoelectricidad solo aparecen en las versiones 2D de los materiales. Entonces, ¿por qué no realizar una búsqueda sistemática de compuestos 2D de los materiales que son del grupo del carbono en la tabla periódica? Recordemos que los elementos de un mismo grupo tienen un comportamiento químico similar porque su estructura electrónica más externa es idéntica.
Antiguamente habría que haber hecho miles de cálculos a mano para intentar averiguar con poca precisión que compuestos 2D serían factible y cuáles podría tener propiedades diferentes. Hoy, lo que estos investigadores han hecho es crear un algoritmo que funciona eliminando todas las variaciones que no sean óptimas dese el punto de vista de estabilidad en un análisis de todas las estructuras 2D hipotéticas de todos los óxidos de cuatro elementos del grupo del carbono: silicio (Si), germanio (Ge), estaño (Sn) y plomo (Pb). Una vez que las tienen calculan las características electrónicas.
Pero esto es aún más complicado de lo que parece. A diferencia del carbono, cuya estructura cristalina 2D (grafeno) es la misma que la 3D (grafito), lo normal es que las estructuras 2D sean diferentes a las 3D. Así, por ejemplo, el cuarzo alfa (estructura 3D del dióxido de silicio, SiO2) tiene una estructura trigonal, pero la 2D, sintetizada recientemente, se ha comprobado que es bitetraédrica.
El algoritmo desarrollado por los investigadores es de los llamados genéticos, una clasificación del campo de la inteligencia artificial que engloba a los inspirados en la evolución biológica y su base genético-molecular. Lo que hace es tomar la población inicial de todos los óxidos posibles y dejarla evolucionar hasta que se encuentran las estructuras de menor nivel de energía y, por tanto, más estables; de éstas solo algunas serán 2D.
Los resultados indican que la forma estable del dióxido de germanio GeO2 debería ser monoclínica, mientras que los dióxidos de estaño SnO2 y plomo PbO2 2D deberían ser 1T (triclínicos, 1 capa), a diferencia de sus versiones 3D que tienen una estructura común de rutilo.
Cálculos adicionales muestran que estas estructuras deberían de poder sintetizarse en el laboratorio, bien sobre sustratos o, como el grafeno, como capas independientes. Los óxidos de germanio y estaño 2D podrían tener aplicaciones interesantes como dieléctricos en transistores mientras que el de estaño podría servir de protección en dispositivos nanoelectrónicos. Ya solo queda sintetizarlos y comprobarlo.
Referencia:
Arunima Singh et al (2017) Genetic algorithm prediction of two-dimensional group-IV dioxides for dielectrics Physical Review B doi: 10.1103/PhysRevB.95.155426
Sobre el autor: César Tomé López es divulgador científico y editor de Mapping Ignorance
Este texto es una colaboración del Cuaderno de Cultura Científica con Next
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Entradas relacionadas:El teorema de los cuatro colores (1): una historia que comienza en 1852
Wolfgang Haken
Smote the Kraken
One! Two! Three! Four!
Quoth he: “the monster is no more”.
(W.T. Tutte)
El teorema de los cuatro colores se enunció en forma de conjetura en 1852, pero tuvo que esperar hasta el año 1996 para ser admitido como válido por la práctica totalidad de la comunidad matemática.
El poema que abre este escrito es precisamente el que William Thomas Tutte dedicó a Wolfgang Haken –uno de los investigadores que dio una primera prueba del teorema en 1977, aunque tuvo que esperar hasta 1996 a ser ratificada por otros investigadores– tras más de cien años de fallidos intentos por probar su validez.
El teorema de los cuatro colores afirma que, para colorear un mapa geográfico plano sin que dos países colindantes tengan el mismo color, basta con cuatro tonos diferentes.
Se imponen las siguientes restricciones a los mapas aludidos en el teorema:
-
son siempre conexos –es decir, de una pieza– y cada una de sus regiones también es conexa;
-
dos territorios distintos de un mapa no pueden tocarse sólo en un punto, es decir, para ser colindantes deben compartir frontera en el sentido indicado en la figura 1.
Podría pensarse que un mapa con una gran cantidad regiones, poseyendo extrañas formas, y colindando de manera singular necesitaría mayor cantidad de colores que un mapa más sencillo. Pero, el teorema afirma que no es el caso.
Se trata de un problema topológico, ya que no es importante la forma de las regiones del mapa, sino la manera en la están colocadas las unas respecto a las otras.
¿Cómo empezó esta historia? El abogado y botánico Francis Guthrie observó que era capaz de colorear un mapa complicado de los cantones de Inglaterra con sólo cuatro colores, y conjeturó que debía suceder lo mismo con cualquier otro mapa geopolítico. En 1852, se lo comentó a su hermano Frederick y éste a su vez a Augustus de Morgan, su profesor.
Francis Guthrie observó, además, que tres colores no bastaban, mostrando lo que llamó el diagrama crítico (figura 2), que obviamente precisa de cuatro colores para no contradecir las condiciones de su conjetura –la parte blanca central es una región del mapa–.
Frederick Guthrie fue el primero en observar que el problema de los cuatro colores no se podía generalizar a dimensión 3: en efecto, según un ejemplo posterior de Heinrich Tietze, es posible construir un ejemplo de mapa tridimensional que precise tantos colores como se desee. Su propuesta consistía en tomar barras numeradas de 1 hasta n,ordenándolas como muestra la figura 3, y sobre ellas colocaba otras n barras numeradas de 1 hasta n, girándolas 45 grados. De este modo, Tietze conseguía un mapa tridimensional conn regiones (cada número correspondía a un ‘país’), que obviamente necesitaba exactamente n colores para no contradecir las reglas de la conjetura…
Augustus de Morgan se interesó por la conjetura de Guthrie y la difundió entre sus colegas. El 23 de octubre de 1852 escribió a William Rowan Hamilton: “A student of mine [se refiere a Frederick Guthrie] asked me today to give him a reason for a fact which I did not know was a fact – and do not yet. He says that if a figure be any how divided and the compartments differently coloured so that figures with any portion of common boundary line are differently coloured – four colours may be wanted, but not more – the following is the case in which four colours are wanted. Query cannot a necessity for five or more be invented […]”
En ese momento Hamilton estaba trabajando en teoría de cuaterniones, y respondió cuatro días después a De Morgan, con sarcasmo: “I am not going to attemt your quaternion of colour very soon”.
Decepcionado, De Morgan se puso en contacto con otros matemáticos. En 1853, escribió a William Whewell, describiendo la conjetura como un axioma matemático.
El problema de los cuatro colores cruzó el Atlántico: Charles Sanders Peirce dio un seminario sobre la demostración, aunque nunca la escribió.
Tras la muerte de De Morgan en 1871, el problema de los cuatro colores pareció olvidarse; aunque Peirce seguía buscando su demostración, ninguno de los amigos británicos de De Morgan lo mencionaban.
Años más tarde, en junio de 1878, Arthur Cayley hizo la siguiente pregunta en un encuentro de la London Mathematical Society: “Has a solution been given of the statement that in colouring a map of a country, divided into counties, only four colours are required, so that no two adjacent counties should be painted in the same colour”?.
Realmente interesado por el problema, en 1879 publicó una nota corta sobre el tema en los Proceedings of the Royal Geographical Society. Admitía la dificultad del tema: “I have not succeeded in obtaining a general proof: and it is worth while to explain wherein the difficulty consists”.
Entre otros, en esa nota observaba que, a la hora de probar el teorema, podían imponerse condiciones más restrictivas sobre los mapas a colorear, en particular, bastaba con limitarse a mapas cúbicos, es decir, aquellos en los que hay exactamente tres regiones en cada punto de encuentro. En efecto, si en un mapa hay más de tres regiones en alguno de los puntos de encuentro (ver figura 5); sobre este punto puede pegarse un pequeño parche que produce un mapa cúbico. Si se puede colorear este mapa con cuatro colores, también se puede obtener un 4-coloreado del mapa original: basta con colapsar el parche en un punto.
Continuará en… El teorema de los cuatro colores (2): el error de Kempe y la clave de la prueba.
Referencias:
Marta Macho Stadler, Mapas, colores y números, Descubrir las matemáticas hoy: Sociedad, Ciencia, Tecnología y Matemáticas 2006 (2008) 41-68
Robin Wilson, Four colors suffice: how the map problem was solved, Princeton University Press, 2002.
Sobre la autora: Marta Macho Stadler es profesora de Topología en el Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU, y colaboradora asidua en ZTFNews, el blog de la Facultad de Ciencia y Tecnología de esta universidad.
El artículo El teorema de los cuatro colores (1): una historia que comienza en 1852 se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Entradas relacionadas:El flujo sanguíneo se reorganiza en respuesta a las necesidades
Como vimos aquí, en reposo, el corazón humano bombea sangre a razón de 5 litros por minuto (l m-1). La sangre que sale por la aorta y se dirige a los tejidos procedente de los pulmones va cargada de O2. Veamos cómo se reparte ese flujo entre unos órganos y otros.
El sistema digestivo recibe 1,35 l min-1, un 27% del total. El tracto digestivo recibe 1 l min-1, y el resto 0,35 l min-1, aproximadamente, va directamente al hígado, aunque este órgano recibe, a través del sistema portal hepático, un flujo adicional procedente precisamente del intestino con sustancias recién absorbidas. Este flujo sanguíneo proporciona oxígeno a un tejido metabólicamente muy activo. Pero también está al servicio de la incorporación al organismo de los nutrientes digeridos y absorbidos, y su posterior remisión al hígado para su posible almacenamiento o transformación, y al resto de los tejidos para su uso; en este segundo caso, no obstante, la sangre ha de volver al corazón para su redistribución posterior.
El segundo destino que más sangre recibe en reposo son los riñones, a los que se dirige un 20% del total de sangre bombeada en un ciclo de contracción-relajación del ventrículo izquierdo del corazón. El flujo que reciben los riñones es de 1 l min-1. Aunque las células renales son muy activas metabólicamente por el trabajo de transporte iónico que efectúan, la principal razón de ese elevado flujo es la necesidad de filtrar la sangre en los glomérulos renales para limpiarla de las sustancias de deshecho (urea, principalmente) y para ajustar los elementos del balance de agua y sales, de manera que tal balance resulte equilibrado y pueda mantenerse la constancia en las propiedades osmóticas e iónicas del medio interno.
La muscultura esquelética recibe 750 ml min-1 (un 15%) del flujo sanguíneo. Puede parecer una cifra importante, pero no lo es en términos relativos, ya que la musculatura esquelética representa alrededor de la mitad de la masa corporal.
Por comparación, mayor importancia relativa tiene el flujo de sangre que riega el encéfalo: 650 ml min-1(13%). No debe sorprender ese valor, dado que el tejido encefálico es el de mayor actividad metabólica: algo más del 20% de la del conjunto del organismo en reposo. Ese elevado metabolismo es el que alimenta energéticamente el mantenimiento de los gradientes iónicos de los que depende la transmisión de los impulsos nerviosos, así como el conjunto de procesos implicados en las sinapsis químicas. Hay que tener en cuenta que la masa encefálica es de entre 1,3 y 1,5 kg. dependiendo de la talla del individuo, o sea, representa del orden del 2% de la masa corporal solamente.
La piel recibe 450 ml min-1 (un 9%), el corazón 150 ml min-1 (3%) y los huesos y resto de elementos corporales, 650 ml min-1 (13%).
Las cosas cambian de forma sustancial si el individuo debe hacer alguna actividad física. Para empezar, en condiciones de ejercicio moderado el gasto cardiaco se multiplica por 2,5: pasa a ser de 12,5 l min-1. Pero el cambio no consiste solo en un aumento del flujo sanguíneo total; también cambia, y mucho, el reparto de ese flujo entre los diferentes órganos.
El cambio más importante es el que registra el riego muscular. Se multiplica por más de diez y de los 750 ml min-1 en reposo pasa a 8 l min-1; o sea, casi dos terceras partes (64%) del flujo total se dirige a la musculatura esquelética bajo esas condiciones. La razón de ese aumento no requiere explicaciones adicionales. La piel y el corazón son los otros órganos cuya irrigación aumenta de forma importante. La piel pasa a recibir 1,7 l min-1 (el 13,6%); no hay que perder de vista que la piel es el principal enclave a través del cual disipamos energía en forma de calor hacia el exterior. Y el aumento de la irrigación cardiaca, que pasa a ser de 550 ml min-1 (4,4 %) obedece, precisamente, a la necesidad de aumentar el gasto cardiaco elevando la frecuencia de latido.
Nada sorprendentemente, el encéfalo recibe el mismo riego sanguíneo (650 ml min-1) que en reposo, lo que da idea de la importancia de mantener la actividad encefálica constante, incluso cuando otras requieren aportes adicionales de O2 y nutrientes.
Y luego están los órganos cuyo riego disminuye, tanto en términos absolutos como relativos, porque las funciones que desempeñan permiten una reducción a veces importante, ya que no es esencial que se mantengan a un nivel constante en todo momento. El tracto digestivo pasa a recibir 600 ml min-1 (4,8%), los riñones, 550 ml min-1 (4,4%) y huesos y demás elementos, 450 ml min-1 (3,6%).
Los ajustes necesarios para redirigir el flujo sanguíneo se producen en el sistema de arteriolas. Se trata del sistema que, en conjunto, más resistencia ofrece a la circulación de la sangre; por esa razón es en esa parte de la circulación general donde se produce la caída más grande de la presión sanguínea: su valor medio pasa de unos 90 mm Hg al salir de las grandes arterias, a los aproximadamente 40 mm Hg al llegar a los capilares. Pues bien, pequeñas modificaciones en el tono arteriolar, aumentando o disminuyendo el diámetro interno de los vasos de unas zonas o de otras, dan lugar a cambios muy grandes en el flujo de sangre a través de los diferentes tejidos. Y esos cambios responden a señales intrínsecas. Esto no implica que no haya control extrínseco del diámetro de las arteriolas. Lo hay y corre a cargo del sistema nervioso simpático, pero, al parecer, el objeto de tal control no es el de regular el flujo, sino controlar la presión arterial en su conjunto.
Las señales que generan los cambios locales de flujo son químicas y tienen que ver con la actividad metabólica de los tejidos afectados. Se trata, por ello, de un control local, intrínseco. La reducción de la concentración de O2 en la sangre produce vasodilatación arteriolar. Así, cuando el consumo de oxígeno es alto en los músculos esqueléticos, su concentración baja rápidamente y ese descenso provoca una mayor apertura de las arteriolas que riegan esos músculos. Además de la disminución de la concentración de O2, el aumento de la de CO2 –provocada por la misma causa- tiene el mismo efecto. La acidificación del entorno –por efecto de la combinación de CO2 con el agua y por el aumento en la concentración de lactato- da lugar también a un aumento en el diámetro de las arteriolas. Otro factor es la elevación del K+ extracelular; esa elevación se produce cuando las bombas Na+-K+ no son capaces de reintroducir en las células (neuronas encefálicas o células musculares) el K+ que sale al exterior como consecuencia de los frecuentes potenciales de acción que ocurren en zonas especialmente activas. Una concentración osmótica elevada tiene el mismo efecto; ocurre cuando el metabolismo celular es muy alto y da lugar a la producción excesiva de moléculas osmóticamente activas, algunas de las cuales abandonan las células hacia el líquido intersticial. Y en el músculo cardiaco especialmente, la liberación de adenosina que se produce en respuesta a una elevada actividad metabólica o falta de oxígeno, también provoca un aumento del diámetro arteriolar y, por lo tanto, del flujo sanguíneo hacia la zona afectada.
Cuando, por las razones que sea, eches a correr y experimentes un aumento del ritmo cardiaco y un mayor flujo de calor hacia la superficie de tu cuerpo, quizás recuerdes esto que has leído aquí.
El artículo El flujo sanguíneo se reorganiza en respuesta a las necesidades se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Entradas relacionadas:Los cimientos de la química neumática al estilo van Helmont (y 3)
El principio de conservación de la materia es algo que está implícito en van Helmont ya que asume en sus experimentos que se conserva independientemente de los cambios que sufra. Extendió esta idea a los metales, algo que los alquimistas veían de forma completamente opuesta. Según van Helmont, cuando los metales se disolvían en los ácidos no se destruían sino que se podían recuperar gramo por gramo (cosa muy útil si te persiguen los nazis).
Estas ideas, sin embargo, no eran exclusivas de van Helmont. Por ejemplo, su contemporáneo Angelo Sala describe en Anatomia vitrioli (1617) como había disuelto una cierta cantidad de cobre en ácido sulfúrico, recuperado químicamente el cobre metálico y encontrado que pesaba exactamente lo mismo que el cobre con el que había comenzado el experimento.
No solo eso, Sala también demostró algo muy importante y que hoy se da (o debería darse) por sentado: pudo preparar en el laboratorio un sulfato de cobre hidratado que era exactamente igual al sulfato de cobre hidratado que se encuentra en la naturaleza, una idea revolucionaria para la época. Pero Sala no tenía la influencia y el prestigio de van Helmont, por lo que hoy no aparece en casi ningún libro de historia de la química, entre otras cosas, porque sus ideas más que notables, no tuvieron impacto.
Sin embargo, van Helmont tenía tanta influencia que incluso sus especulaciones más evidentemente arbitrarias tuvieron eco. Así, van Helmont postuló la existencia del alcahest, el disolvente universal, que tenía la propiedad de devolver las sustancias a sus estado primitivo, esto es, a agua, el componente básico de todo. Los químicos contemporáneos, que habían dejado de buscar la piedra filosofal, emplearon mucho tiempo y esfuerzo buscando el alcahest, incluido el famoso Robert Boyle.
La química moderna empezará realmente con la investigación de los gases por los llamados químicos neumáticos y será van Helmont el que establezca las bases de esta nueva área de investigación. Eso sí, con la esquizofrenia característica del siglo.
Para van Helmont como el aire no podía convertirse en agua, tenía que ser un elemento diferente. Sin embargo, existía una serie de sustancias “parecidas al aire” que aparecían frecuentemente en el transcurso de las reacciones químicas. Para referirse a ellas van Helmont empezó a utilizar el término gas, que en neerlandés suena muy parecido a caos, un término que Paracelso usó para referirse al aire en otro sentido.
Obviamente, para van Helmont los gases eran simplemente agua, no aire, ya que cualquier sustancia se convertía en gas e iba a la atmósfera por la muerte de sus “fermentos”. Un gas era caos porque no tenía forma. Un gas podía condensar en vapor (visible como distinto del aire) y caer en forma de lluvia (precipitar) por la influencia del blas, un término que la jerga química no terminó de aceptar y con el que van Helmont se refería a una especie de influencia o poder astral, “gravitacional”, que producía el cambio y el movimiento en el universo.
Como hemos visto, el siglo XVII produce grandes avances en la química pero también modelos teóricos arcaicos o arcaizantes. Serán ya otros nombres, todavía arrastrando algunas ideas alquímicas, los que comiencen este mismo siglo con la historia moderna de la química: Robert Boyle, Robert Hooke, John Mayow, John Joachim Becher, Georg Ernest Stahl o Stephen Hales ya no son alquimistas.
Sobre el autor: César Tomé López es divulgador científico y editor de Mapping Ignorance
El artículo Los cimientos de la química neumática al estilo van Helmont (y 3) se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Entradas relacionadas:Historias de la malaria: El parásito
Terciana: Calentura intermitente que repite cada tercer día.
Cuartana: Calentura, casi siempre de origen palúdico, que entra con frío, de cuatro en cuatro días.
(Diccionario de la Lengua Española).
Fue el médico militar francés Alphonse Laveran, del que hablaré en otro capítulo de esta serie, quien demostró en 1880, con la ayuda de un microscopio no muy potente, que el parásito que provoca la malaria tenía, según vio en preparaciones de sangre fresca de enfermos, un cuerpo globular ciliado que, años más tarde se asignó a un protozoo del género Plasmodium. Ahora nosotros vamos a conocer en detalle al protagonista principal de las historias de la malaria.
Son cuatro las especies de Plasmodium que causan la malaria en nuestra especie. El Plasmodium falciparum es la especie más letal, la más asociada a la mortalidad que provoca el parásito de la malaria. Menos letales son las otras tres especies implicadas: Plasmodium vivax, Plasmodium malariae y Plasmodium ovale.
El ciclo vital de los plasmodios tiene dos fases: una sexual en la hembra del mosquito transmisor, y otra asexual en el huésped vertebrado. Esta fase en el vertebrado tiene, a su vez, dos fases: la primera, una vez llega por la picadura del mosquito, en las células del hígado, y la segunda en los glóbulos rojos de la sangre. La descarga de los parásitos en gran cantidad desde los glóbulos rojos es la que provoca las fiebres típicas de la malaria.
Una vez que el insecto pica al vertebrado huésped, y se carga de células sexuales del parásito y, en el estómago del insecto, se unen, forman el zigoto o huevo fecundado que, a su vez, se rompe en abundantes células del protozoo llamadas esporocitos que llegan a las glándulas salivares del mosquito y, cuando éste pica, son descargados a la sangre del huésped vertebrado, y el ciclo comienza de nuevo.
Los esporocitos atraviesan la pared del digestivo del vertebrado y llegan al hígado, en una hora más o menos, y allí se multiplican formando los merozoitos que se descargan a la sangre e invaden los glóbulos rojos. Se vuelven a dividir hasta formar más merozoitos y, finalmente, las células sexuales que, cuando pica el mosquito, llegan a su estómago, y vuelve a comenzar el ciclo.
Complicado pero así consiguen tantos parásitos el éxito evolutivo que tienen.
La reproducción del Plasmodium en los glóbulos rojos tarda unas 48 horas en el falciparum, vivax y ovale, y 72 horas en malariae. El ciclo de 48 horas es el que provoca las fiebres que se llaman tercianas, con un acceso un día de cada dos. Si es con falciparum, es la terciana maligna; si es con ovale o vivax, es la fiebre terciana benigna. En malariae, con el ciclo de 72 horas, aparecen la fiebre que se denomina cuartana, con un día de cada tres.
El ciclo completo del desarrollo de los protozoos en la especie humana es de 9 a 15 días en falciparum, de 12 días en vivax y ovale, y de 20 días en malariae. Los parásitos no sobreviven en el huésped más de un año, para el falciparum, o de dos años, para el vivax y el ovale. El P. malariae plantea más problemas pues puede mantenerse hasta algunas decenas de años. En conclusión, si se controlan los insectos durante tres años en un determinado enclave con malaria, el parásito desaparece. Se hizo en la década de los sesenta en Estados Unidos, Puerto Rico y otros países y se erradicó la enfermedad.
La entrada de los protozoos en los glóbulos rojos se consigue por la unión del parásito a receptores de membrana de las células de la sangre. Si no hay unión, el plasmodio no puede entrar en el glóbulo rojo y completar su ciclo de crecimiento y, por tanto, no hay ataques de fiebre en el enfermo. Es lo que ocurre en África con el vivax que no consigue entrar en los glóbulos rojos. Es una especie que no aparece en muchas zonas de África, precisamente las mismas zonas en que gran parte de la población, entre el 90% y el 100%, tiene la mutación negativa del grupo sanguíneo Duffy. En esta mutación, el receptor de membrana, una proteína que caracteriza al grupo Duffy, no se sintetiza y, por tanto, no está en la membrana de los glóbulos rojos. Y el vivax, para entrar en la célula, se une precisamente a ese receptor Duffy. Y, por ello, al faltar el receptor no puede entrar en el glóbulo rojo. Se ha propuesto que por esta causa ha desaparecido de grandes zonas de África. Está en chimpancés y gorilas, pero no en la especie humana.
El ciclo vital del parásito en el mosquito necesita de una temperatura ambiente elevada. En el Plasmodium falciparum es de más de 26ºC, con una mínima para poder desarrollarse de 18ºC, y el ciclo dura diez días. En vivax es de 8-9 días, en ovale son 12-14 días, y en malariae es de 14-15 días. Estas especies están, por esa restricción de temperaturas, confinadas al trópico y, si aparecen en zonas más templadas, es porque el mosquito vive en interiores, climatizados por nuestra especie, con un microclima más estable y temperaturas no tan bajas como en el exterior.
Con estas limitaciones de temperatura, es indudable el impacto que puede tener el calentamiento global para un aumento del área de distribución del Plasmodium. Ya está ocurriendo en el sur y el este de África, y la epidemia de malaria en Madagascar a finales de los ochenta, a partir de 1987, en zonas de altitud y con clima más fresco que en la costa, donde la enfermedad, con pequeños focos, había desaparecido en 1960, es un buen ejemplo. En pocos años alcanzó los 25000 muertos.
El origen y la expansión del plasmodio es anterior a la especie humana. La propagación por todo el planeta tuvo, cuando ya parasitaba a nuestra especie, precisamente en la extraordinaria movilidad y adaptación a todos los entornos del Homo sapiens.
Su origen según algunos expertos, está en algún protozoo, parásito del intestino de vertebrados, que consiguió atravesar la pared del tubo digestivo y adaptarse a vivir en otros órganos y, muy importante, en la sangre del huésped. Después, en un segundo paso, encontró un huésped invertebrado en los mosquitos picadores y chupadores de sangre. Hay que recordar que mosquitos parecidos a los actuales ya existían hace unos 150 millones de años.
Las líneas más antiguas de plasmodios de la malaria están en reptiles y aves y, en una línea más reciente, aparece en mamíferos, incluyendo a primates y a nuestra especie. Algunos dicen que el paso de falciparum de aves, quizá domésticas, a Homo sapiens, es reciente, de hace entre 5000 y 10000 años. Otros autores proponen que el parásito de humanos viene del chimpancé y que el paso se puede fechar hace unos 8 millones de años, cuando aparecieron las especies que llevarían, por una parte, a los chimpancés actuales y, por otra, a la especie humana. Las pruebas directas más antiguas de la malaria en la especie humana, aún con descripciones médicas y literarias anteriores, están en las momias egipcias, desde hace unos 4000 años, y en los cadáveres de cementerios cercanos a Roma y fechados hace unos 2000 años, en la época imperial. El análisis de ADN y pruebas inmunológicas de esos cuerpos han demostrado la presencia de falciparum. Incluso la momia de Tutankamon y las de tres familiares suyos, enterrados hace unos 3500 años, dan positivo al análisis de ADN de falciparum.
Ahora empezamos a conocer el genoma de los plasmodios. Tienen 14 cromosomas. Y el estudio del ADN lleva a estudiar su evolución. Por ejemplo, algunos de los plasmodios de humanos, en los análisis genéticos, son muy parecidos a los que se encuentran en otros monos actuales y, por tanto, el paso de la malaria a humanos sería más reciente. Así, el protozoo más cercano al falciparum se encuentra en los gorilas, y el de vivax en gorilas y chimpancés.
Además, el análisis genético ha permitido detectar que hay infecciones mixtas, con más de una de las especies de plasmodios en las zonas donde se localiza más de una. Es interesante que las infecciones con vivax o con malariae reducen la gravedad de la infección con falciparum. Incluso se ha encontrado otro plasmodio, parásito del macaco, que, a veces, también parásita a la especie humana. Es el Plasmodium knowlesi.
En cuanto al origen geográfico de la malaria en nuestra especie parece que se localiza en el centro y el este de África, en la región de Etiopía. Desde allí, por el valle del Nilo, llegó al Mediterráneo y, después, hacia el oeste y el norte, a Europa, y hacia el este a Oriente Medio, la India y el sudeste de Asia.
Plasmodium vivax es la especie que tiene una distribución más amplia, en el trópico, subtrópico y zonas templadas. P. falciparum es la especie más común en el trópico y subtrópicos y, rara vez, en zonas templadas. P. malariae tiene igual distribución que falciparum pero es menos común. Y P. ovale se encuentra en el África tropical y, esporádicamente, en otras zonas del planeta.
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Sobre el autor: Eduardo Angulo es doctor en biología, profesor de biología celular de la UPV/EHU retirado y divulgador científico. Ha publicado varios libros y es autor de La biología estupenda.
El artículo Historias de la malaria: El parásito se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Entradas relacionadas:Migrantes nocturnos y radares meteorológicos
El primer estudio realizado en el Golfo de Bizkaia a gran escala sobre la migración nocturna de aves ha mostrado que la migración se realiza por el mar y tierra en primavera y por tierra en otoño, al contrario de lo que se creía. Para este trabajo, llevado a cabo entre la Sociedad de Ciencias Aranzadi y el Departamento de Matemáticas Aplicadas de la UPV/EHU, ha sido clave la utilización de radares meteorológicos como método de observación ornitológica.
La investigación realizada por Nadja Weisshaupt durante su tesis doctoral, pionera en el estudio de la migración nocturna en el Golfo de Bizkaia, rompe con varias creencias: “Se pensaba que la migración se realiza como un frente amplio en otoño, pero en mi estudio he visto que no es así”. Y es que, en cuanto a las épocas de migración, los resultados afirman que se registra una alta actividad nocturna en primavera y poca actividad en todo el otoño en Punta Galea. La migración otoñal se realiza más hacia los Pirineos, posiblemente evitando el cruce del mar. Por otro lado, las observaciones lunares han permitido establecer que las aves paseriformes (el grupo que abarca los pájaros cantores) predominan como migrantes nocturnos, aunque también se registra un pequeño porcentaje de aves acuáticas.
La migración de las aves incluye el desplazamiento de millones de individuos entre sus áreas de cría y los entornos a los que se desplazan para pasar el invierno. Durante sus migraciones, las aves recorren grandes distancias, para lo cual han de parar a menudo y reponer fuerzas para proseguir su viaje. Para poder alimentarse y descansar, necesitan ecosistemas adecuados en sus lugares de paso; la ausencia de entornos apropiados puede tener consecuencias tanto en la población como en la conservación de estas especies. En este escenario, el conocimiento de las estrategias migratorias es capital, tanto desde un punto de vista biológico y ecológico, como de la conservación. “Para proteger un espacio, es indispensable disponer de una base científica”, explica Nadja Weisshaupt, autora del estudio.
La migración de aves ha dado lugar a múltiples estudios científicos, en Euskadi sobre todo por anillamiento de aves capturadas, con el objeto de analizar los diversos factores que influyen en los patrones y dinámicas relacionados con la migración de las aves. “Sin embargo, hasta el momento se carecía de datos sobre la migración nocturna activa en el Golfo de Bizkaia”, añade. Con el objetivo de cubrir esta necesidad, partiendo de los conocimientos previos por anillamiento desde Aranzadi y la base de datos del radar de Punta Galea de Euskalmet, Weisshaupt ha abordado el estudio de la migración nocturna de aves en la costa del Golfo de Bizkaia.
Dadas las dificultades de visibilidad de noche y la necesidad de cubrir largas distancias, se recurrió a diversos métodos de observación: radares, cámara térmica y observaciones lunares.
Los radares meteorológicos constituyen la herramienta clave de este estudio. Se ha trabajado con dos tipos de radares. Uno de ellos es el perfilador de Euskalmet que se encuentra en Punta Galea. El perfilador realiza mediciones de viento, y en épocas de migración, registra señales que no corresponden a vientos, sino a las aves que pasan. Este hecho, que supone un gran problema para la calidad de los datos meteorológicos, resulta útil para el estudio de aves. “Es interesante, porque hemos tenido que luchar bastante para que la gente crea que es posible utilizar perfiladores para estudios ornitológicos”, señala Weisshaupt. El segundo tipo de radar mide la precipitación. El radar de Kapildui, por ejemplo, también de Euskalmet. La onda de este tipo de radar es más corta que la del perfilador, aunque también registra aves.
Pero no todos los radares son válidos; durante el estudio se ha constatado que los diferentes servicios meteorológicos se someten a diferentes niveles de procesamiento y filtrado de forma que los datos disponibles ya no contienen información biológica. Como consecuencia, se han descartado los radares de AEMET que hubiera cubierto la costa sur del golfo, pues solo los datos del radar de Kapildui de Euskalmet y de los radares franceses contienen información válida. Con estos cinco radares restantes se ha utilizado un algoritmo que permite automatizar la extracción de datos de aves de los radares meteorológicos, desarrollado por el doctor Adriaan Dokter de la Universidad de Ámsterdam, mediante una colaboración realizada dentro de la Acción COST ENRAM (European Network for the Radar Surveillance of Animal Movement) a nivel europeo.
El segundo tipo de herramienta, la cámara térmica, registra la radiación de infrarrojos que emiten varios objetos, por lo que detecta “la temperatura de un ave, 40-41 ºC, que contrasta claramente con la temperatura ambiente. La cámara permite especificar si las aves observadas son paseriformes, si van solas o en grupos. Además se obtiene la dirección y la intensidad de la migración del espacio de tiempo analizado”.
Finalmente, la observación lunar se realiza desde dos días antes hasta dos días después de la luna llena. “En este caso, se ha utilizado para complementar la información obtenida de los otros sistemas, a fin de especificar la composición de las aves migratorias”.
Referencia:
Nadja Weisshaupt, Mercedes Maruri, and Juan Arizaga (2014) Bird migration across the Bay of Biscay observed by meteorological radar [PDF] ERAD-14
Edición realizada por César Tomé López a partir de materiales suministrados por UPV/EHU Komunikazioa
El artículo Migrantes nocturnos y radares meteorológicos se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Entradas relacionadas:Ensayo sobre el azul
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos”.
Pablo Neruda – Poema XX – Canta Chavela Vargas
El brillo de las estrellas, el reflejo de las olas, la inmensidad de la bóveda celeste, unas pupilas azules… El azul ha inspirado cientos de canciones y versos a lo largo de la historia y, como no podía ser de otro modo, también ha jugado un papel fundamental en la Historia del Arte. Desde que el ser humano intenta representar su entorno o sus sensaciones, los artistas se las han tenido que ingeniar para lograr pigmentos que reflejen este omnipresente color.
Pero… ¿Qué es el azul? Desde una perspectiva científica no es más que una región del espectro electromagnético que apenas abarca las longitudes de onda entre los 450 y los 495 nanómetros. Y, sin embargo, en esa ínfima franja podemos encontrar variedades sobre las que discutir hasta la saciedad: azul marino, celeste, turquesa, vaquero, etc. ¿Es, por lo tanto, correcto decir que se trata de un solo color? Por lo menos, no en Rusia. El ruso segmenta nuestro azul en dos colores diferenciados: el golubóy (equivalente al azul celeste) y el síniy (equivalente al azul marino). En el otro extremo está el vietnamita que emplea la misma palabra para el azul y el verde. Cosas del lenguaje.
Emaidazue freskura
ura eskutik eskura
izarren salda urdina edanda
bizi naiz gustora1.
Xabier Amuriza – Mendian gora haritza – Canta Imanol
No hay otro cielo como el que Giotto pintó en la Capilla Scrovegni. Y el gran responsable, además del propio maestro italiano, es el pigmento empleado: el azul ultramar. Ya lo dijo Cennino Cennini en el Capítulo LXII de El libro del arte: “El azul ultramar es un color noble, bello, más perfecto que ningún otro color, faltan palabras para describirlo”. Así que no seré yo quien ose intentarlo. En la Imagen 1 podéis ver la cúpula de esta capilla. Aunque ya sabéis que escasas son las fotos que hacen justicia a una obra de arte. Para disfrutarla de verdad y sufrir el síndrome de Stendhal no tenéis más remedio que visitar alguna vez Padova, en el Véneto italiano.
El azul ultramar llegaba a Italia en el ocaso del medievo por vía marítima (ultramarinus) y de ahí su nombre. Se obtenía principalmente de la minas del valle de Kokcha en Afganistán, donde abundaba el lapislázuli, una piedra semipreciosa con alto contenido en lazurita, el mineral al que le debe su preciado color el azul ultramar (Na8-10Al6Si6O24S2-4). Ya os podéis imaginar que tal y como estaban las carreteras en aquella época el valor del producto era exorbitado. De hecho, muy pocos se lo podían permitir y estaba reservado para unos usos muy concretos, mayormente para pintar la ropa de la Virgen que, como madre de Dios, se merecía el mejor de los azules.
Afortunadamente para los bolsillos menos pudientes existía en Europa una alternativa conocida como azul citramarino (en contraposición al anterior) o azurita. El que fuera el azul más popular en la época bajomedieval y en el Renacimiento se extraía de un carbonato básico de cobre (2·CuCO3·Cu(OH)2) abundante en las montañas germanas, por lo que también se conoce como azul de Alemania o azul de las montañas. Ahora bien, el uso de este pigmento acarreaba ciertos problemas. Por una parte, el color no es nada estable: bien puede adquirir tonos verduzcos si el mineral se transforma en malaquita (verde) o puede oscurecerse si el cobre se oxida (CuO) y forma tenorita (negra). De ahí que algunas pinturas que originalmente eran azules parezcan ahora verdes o negras. Por otra parte, que costase menos que el ultramarino no quiere decir que fuese barato. Ante esta situación, enseguida se disparó el interés por lograr pigmentos azules artificiales que reemplazasen a los obtenidos de forma natural.
Y, mira por donde, aunque consideremos a Europa el ombligo del mundo y centro de la cultura artística, lo cierto es que ese interés había surgido muchísimos siglos antes en Egipto. De hecho, fueron los egipcios quienes allá por el 2500 a.e.c. lograron el primer pigmento sintético de la historia: el azul egipcio, un silicato de cobre y calcio (CaCuSi4O10). Para ello se mezclaba a altas temperaturas (unos 800 ⁰C) arena (fuente del silicato), carbonato cálcico (fuente de calcio) y malaquita (fuente de cobre), añadiendo natrón (Na2CO3) como fundente, lo que ayudaba a rebajar la temperatura de fundido. Gracias a este proceso se lograba un color azul muy estable que ha llegado hasta nuestros días en perfecto estado en muchos casos. Y, en cambio, azules como los que empleó Rafael la friolera de 4000 años después han cambiado de color completamente. Egipto 1 – Europa 0.
Bleu, bleu, l’amour est bleu.
Berce mon cœur, mon cœur amoureux.
Bleu, bleu l’amour est bleu.
Bleu, comme le ciel qui joue dans tes yeux2.
André Popp y Pierre Cour – L’amour est bleu – Canta Vicky
A partir del s. XVIII, el país que más se esforzó por sintetizar el ansiado pigmento azul fue Francia (como buena madre de la química moderna). Desde la Edad Media se había adaptado para su uso en pintura el esmalte, un óxido de cobalto que se empleaba para elaborar cristal del color que protagoniza este artículo (para hacer justicia, diremos que también los egipcios fueron pioneros en el uso del cobalto, allá por el s. XXVII a.e.c). En cualquier caso, no fue hasta principios del s. XIX cuando se empezó a comercializar el conocido como azul cobalto cuya composición mejorada (CoO·Al2O3) es la lograda en 1807 por el químico Louis Jaques Thénard. Este pigmento, todavía en uso, tuvo una gran acogida y fue empleado por los pintores impresionistas varias décadas después de su descubrimiento. En la imagen 3 vemos un obra en la que Renoir lo empleó.
Esta obra resulta fascinante desde el punto de vista de la paleta pictórica, ya que el azul cobalto no es el único azul empleado. Entre 1880 y 1885 el pintor francés cambió su paleta considerablemente y dejó dicho pigmento de lado para emplear el ultramar. Justo en el periodo en el que realizó Los paraguas. Así, gracias a los estudios realizados en la National Gallery, sabemos que en este cuadro se mezclan ambos pigmentos, cubriendo en ciertos puntos el azul ultramar lo anteriormente pintado con el óxido de cobalto. Pero, recapitulemos un poco. ¿No habíamos dicho que el ultramarino era increíblemente costoso? ¿Acaso había descubierto Renoir una mina? ¿Tendría contactos en Afganistán? Lo cierto es que el azul empleado por Renoir ya no venía de Asia, sino de su propio país. Francia había conseguido sintetizar tan ansiado compuesto. Gracias al descubrimiento de su composición química y a un premio ofrecido por el Gobierno a quien lograse producir el pigmento (otorgado a Jean-Baptiste Guimet), en 1830 se empezó a sintetizar de forma industrial (de forma independiente los alemanes habían logrado el mismo hito).
Azul, líneas en el mar que profundo
y sin domar acaricia una verdad.
Antonio Vega – Se dejaba llevar por ti – Canta Antonio Vega
En los primeros años del s. XVIII, es decir, varias décadas antes de que el azul cobalto y el ultramarino sintético existiesen, un artesano apellidado Diesbach había descubierto un pigmento que se hizo tremendamente popular. Al parecer se trató de un curioso caso de serendipia. Diesbach estaba intentando lograr una laca de cochinilla de color rojo, pero en el proceso dio accidentalmente con un producto azul: había nacido el azul de Prusia. En 1724 se empezó a comercializar este compuesto, de una complejidad mayor de la que su breve fórmula química indica (Fe7(CN)18) ya que el hierro tiene diferentes estados de oxidación.
Numerosos artistas se echaron en los brazos del recién llegado. Un nuevo azul, mucho más intenso y que no era fugaz como el índigo u otros pigmentos naturales. Traspasó todas las fronteras y llegó incluso al país del Sol Naciente de la mano de los comerciantes holandeses. Allí, el gran Hokusai lo empleó para elaborar la más famosa pieza de ukiyo-e (estampas realizadas con grabados en madera): La gran ola de Kanagawa, cuya copia del museo Metropolitan de Nueva York podéis disfrutar en la imagen 4.
Tu pupila es azul, y cuando ríes,
su claridad suave me recuerda
el trémulo fulgor de la mañana,
que en el mar se refleja.
Gustavo Adolfo Becquer –Rima XIII– “Canta” Re-v accesibilidad (lengua de signos española)
Al pensar en arte y ojos, puede que os venga a la cabeza “Big Eyes”, aquella película protagonizada hace unos años por Amy Adams y basada en la vida de Margaret Keane. Las pinturas de esta artista se caracterizan por tener unos personajes con unos ojos superlativos (Imagen 5). Pero, en este caso, hay otros ojos que me interesan más y que son, cómo no, azules. Los que pintó Amadeo Modigliani inspirados por su gran musa, y también pintora, Jeanne Hébuterne. Musa, pintora y devota compañera hasta el sacrificio extremo, ya que a la muerte de su amante se quitó la vida, poniendo un trágico final a su historia de “amor”.
Y os quería hablar de Modigliani y otro pigmento azul: el cerúleo. Al igual que en algún caso anterior hay que destacar la presencia de cobalto en este compuesto, pero también la del estaño. Hablando con propiedad, es un estannato de cobalto (CoO · n SnO2). Pese a que se conoce desde 1821, solo se empleó de forma intensiva desde que George Rowney lo comenzase a comercializar en Inglaterra en 1860. El origen etimológico de este pigmento es la palabra latina caeruleus que, a su vez, deriva de caelum (cielo) y, no en vano, ha sido muy empleado desde que irrumpió en el mercado para pintar la bóveda celeste. Y, ¿dónde queda Modigliani en todo esto? Pues resulta que Modigliani no usaba este pigmento. Es decir, el pintor italiano no tenía este azul en su paleta (ya hemos visto que hay una multitud de opciones) y, gracias a ello, se pudo detectar una más que posible falsificación de una cuadro que se le atribuía. Hace ya unos años, dicho cuadro fue ofrecido para realizar una retrospectiva sobre su obra pero, al realizar los análisis químicos, ¡oh sorpresa!, encontraron azul cerúleo. La presencia de este pigmento y la ausencia de otros muy habituales en la paleta de Modigliani fueron motivo suficiente para que la pintura fuese rechazada por los organizadores de la exposición. Una vez más, los análisis químicos y un riguroso estudio del modo de trabajar del artista sirvieron para esclarecer la verdad.
She wore blue velvet
bluer than velvet was the night
softer than satin was the light
from the stars3
Bernie Wayne y Lee Morris –Blue velvet– Canta Isabella Rosellini
Kyle MacLachlan observa ensimismado a Isabella Rosellini mientras ésta canta Blue Velvet en la película homónima de David Lynch. Blue velvet, terciopelo azul. Y es que, más allá de las diferentes gamas y tonos del azul, los artistas también pueden jugar con las texturas. Y eso lo hizo a las mil maravillas Yves Klein cuando creó la pintura que lleva su nombre. En este caso el secreto hay que buscarlo más allá del pigmento (ultramar sintético), concretamente en el aglutinante. Los químicos de la farmacéutica Rhône Poulenc desarrollaron para él el Rhodopas M, un polímero vinílico que, junto con alcohol etílico y el ultramar, forman el International Klein Blue. Pero no me detendré a dar explicaciones sobre esto cuando tan bien explicado ha sido aquí (también lo tenéis en versión youtuber).
En definitiva, el azul es mucho más que un color (y más que dos). Es también un fascinante episodio de la Historia de Química. Es el cielo de Giotto, un estado de ánimo, la Venus de Klein, el manto de la Virgen, los ojos de Jeanne, unos versos sueltos, un periodo de Picasso, la ola de Hokusai y la excusa para un sinfín de acordes.
Traducciones de los versos:
1Dadme la frescura
el agua de mano en mano
bebiendo el caldo azul de las estrellas
vivo yo a gusto.
 
2Azul, azul, el amor es azul.
Arrullando mi corazón, enamorado.
Azul, azul, el amor es azul.
Azul como el cielo que juega en tus ojos.
 
3Ella vestía de terciopelo azul
más azul que el terciopelo era la noche
más suave que el satén era la luz
de las estrellas
 
Para saber más:
Cennino Cennini “El libro del arte” Ediciones Akal (1988).
Xavier Durán “El artista en el laboratorio” Universidad de Valencia (2008).
Deborah Garcia Bello (2013) “La química del azul de Klein”
M. Douma (2008). “Pigments through the Ages”
R. Klockenkämper et al. (2000) “Analysis of Pigments and Inks on Oil Paintings and Historical Manuscripts Using Total Reflection X-Ray Fluorescence Spectrometry” X-Ray Spectrom. 29, 119–129. DOI: 10.1002/(SICI)1097-4539(200001/02)29:13.0.CO;2-W
Sobre el autor: Oskar González es profesor en la facultad de Ciencia y Tecnología y en la facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU.
El artículo Ensayo sobre el azul se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
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Nos adentramos en las cavidades de la tierra para conocer los secretos más sorprendentes del inframundo. Galerías formadas por la lava de los volcanes, cuevas orientadas al solsticio e incluso astronautas que se entrenan en las profundidades antes de viajar al espacio.
Agradecimientos: Alfredo Lainez y todo el personal de la Cueva del Viento, César Esteban y el equipo de arqueoastronomía del Instituto de Astrofísica de Canarias, al siempre singular Pepe Cervera, al gran Ray Jaen y a los astronautas Pedro Duque y Chris Hadfield.
* Catástrofe Ultravioleta es un proyecto realizado por Javier Peláez (@Irreductible) y Antonio Martínez Ron (@aberron) con el apoyo de la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco y la Fundación Euskampus. La edición, música y ambientación obra de Javi Álvarez y han sido compuestas expresamente para cada capítulo.
Puedes conocernos en nuestra web: Catastrofeultravioleta.com y seguirnos en el twitter Catastrofe_UV. También puedes encontrar todos los capítulos en este enlace.
El artículo Catástrofe Ultravioleta #15 INFRAMUNDO se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
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La segunda expedición del HMS Beagle se extendió durante casi cinco años, es decir, más del doble de la duración que el joven Darwin pensó antes de embarcarse. Sus estimaciones iniciales, guiadas por la carta que Henslow le envió, eran de dos años.
Carta de John Stevens Henslow a Charles Darwin [24 de agosto de 1831]
“El viaje habrá de durar dos años y, si llevas contigo una buena cantidad de libros, puede lograrse todo lo que te plazca. Tendrás amplias oportunidades a tu disposición”
Todo pintaba bien antes de embarcar, sin embargo (y gracias al anterior artículo de esta serie) ya sabemos cómo fue la vida del joven naturalista a bordo de aquel barco. Constantes mareos en alta mar, incomodidades y estrecheces en el reducido espacio del Beagle… lo cierto es que nuestro protagonista estuvo a punto de abandonar la expedición en numerosas ocasiones.
De hecho, el propio Darwin a los pocos meses de zarpar ya intuyó que el viaje no iba a ser un camino de rosas y que tendría que evitar la tentación de abandonar si quería completar todo el viaje. Cuando llegó a Brasil, apenas cinco meses después de salir de Inglaterra, ya hacía patentes esas dudas en sus comunicaciones con Henslow.
Carta de Charles Darwin a John Stevens Henslow [mayo/junio de 1832]
“A veces temo que no podré resistir todo el viaje, pues creo que por lo menos durará cinco años. La mente requiere cerrarse a piedra y lodo antes de observar calmadamente tal intervalo de separación de todos los amigos”.
En esa etapa del viaje, y antes de llegar a Montevideo, Darwin reitera sus dudas sobre si podrá acabar el viaje en otra carta a John Maurice Herbert, uno de sus amigos estudiantes durante su época de Cambridge.
Carta de Charles Darwin a John Maurice Herbert [6 de junio de 1832]
“En un viaje de este tipo, si uno obtiene muchos placeres grandes y nuevos, por otra parte la pérdida de no deja de ser considerable. ¿Cómo habría de agradarte que súbitamente se te prohibiera durante cinco años ver a todas las personas y lugares que has conocido y amado desde siempre? Te aseguro que en ocasiones esta reflexión me desconcierta. Dales mis recuerdos sinceros a los excelentes amigos que quedan y a los que tuve el gusto de conocer en Cambridge”.
Su nostalgia por su familia y amistades quedará reflejada en las cartas que durante todo el viaje escribió a su padre, a sus hermanas y a muchos de sus colegas y profesores. Sin embargo la gota que colmó el vaso ocurrió en Chile cuando, durante su prolongada estancia en Valparaiso, Charles Darwin decidió (al menos por unos momentos) abandonar el barco y volverse a Inglaterra.
Su relación con el capitán FitzRoy (que abordaremos en otro capítulo de esta serie) tuvo siempre altos y bajos, y en uno de aquellos momentos tensos el propio Darwin decidió que ya no quería seguir con la expedición.
Una serie de circunstancias llevaron a una disminución de las fuerzas de FitzRoy, a lo que se sumó una notable depresión, que desembocaron en su abandono momentáneo de su puesto de capitán. El segundo Comandante del barco, John Clements Wickham (que terminaría siendo el comandante de la tercera expedición del Beagle) tomó el mando y Darwin volvió a reconsiderar sus ideas.
Carta de Charles Darwin a su hermana Catherine Darwin [8 de noviembre de 1834]
“Tan pronto como el capitán se sintió inválido, determiné dejar el Beagle, aunque era absurdo que esta revolución de cinco minutos afectara todos mis sentimientos. Por mucho tiempo me afligía y apesadumbraba el tiempo interminable del viaje (aunque nunca lo habría abandonado), pero ese momento pasó y no pude determinarme a regresar. No podía abandonar todos los castillos geológicos en el aire que había estado construyendo durante estos dos años. Toda una noche la pasé pensando en el placer de volver a ver Shrewsbury, pero las llanuras desoladas del Perú alcanzaron la victoria”.
No sería la última vez que Darwin consideró apearse del barco y volver a Inglaterra por su cuenta. En esa misma carta el joven confiesa que había organizado su propio plan fuera del Beagle que le hubiera llevado de vuelta a casa en solo unos meses.
“Me hice el siguiente plan (sé que me denostarán y quizá si lo hubiera puesto en ejecución mi padre me hubiera mandado un apercibimiento): examinar las Cordilleras de Chile durante el verano y en el invierno ir de puerto en puerto por la costa del Perú hasta Lima y regresar en un año a Valparaíso, cruzar las Cordilleras hasta Buenos Aires y tomar un barco a Inglaterra. ¿No habría sido ésta una buena excursión y en 16 meses hubiera estado de vuelta con ustedes? Haber aguantado Tierra del Fuego y no ver el Pacífico hubiera sido digno de lástima. Tal como están las cosas en la actualidad, todo es perfecto: la intención de completar las pequeñas partes de la investigación de la costa suroeste no habría tenido mayor interés y la costa es, de hecho, absolutamente peligrosa y el clima peor que el de las cercanías del cabo de Hornos. Cuando estemos mar adentro estoy seguro de que el capitán volverá a sentirse bien. En realidad, ya ha recuperado sus modos inflexibles y fríos que había perdido”.
Darwin ideó este plan de regreso a Inglaterra a finales de 1834, algo que de haberse producido le hubiera impedido visitar las Galápagos en septiembre de 1835.
A las tensiones en el barco y sus continuos mareos con el “mal de mar” se unió una petición por parte de su padre que, al conocer que a finales de 1834, su hijo había estado enfermo durante varios días, quiso que se rindiera y regresara a casa.
Carta de sus hermanas Catherine y Caroline Darwin [28 de enero de 1835]
“Papa me pide que te dé un mensaje de su parte: desea que te urja a que abandones el Beagle y regreses a casa, y que veas esa grave enfermedad como una advertencia. Papá dice que si tu salud empieza a fallar una vez, habrás de sentir doblemente el efecto de cualquier clima insalubre, y que está muy inquieto por ti y muy temeroso de las fiebres que te pueden afectar en esos países.
Papá está muy, pero muy ansioso, y desea que te ruegue que recuerdes que pronto hará cuatro años desde que nos dejaste, lo que con toda seguridad es una larga parte de tu vida para dedicarla a la historia natural. Si esperaras a que el Beagle regrese, serán otros tantos años de nuevo; el tiempo de tu viaje se va alargando y alargando cada vez que tenemos noticias de él. Estamos desesperados al respecto. Piensa en lo que dice papá, mi querido Charles. Su consejo es siempre tan juicioso en el largo plazo, y sé prudente a tiempo y regresa antes de que tu salud se arruine; si la pierdes por una vez, nunca podrás recuperarla por entero”.
Por suerte, la salud de Darwin mejoró, las tensiones con el capitán FitzRoy volvieron a su cauce y las dudas sobre el rumbo del Beagle terminaron finalmente.
Carta de Charles Darwin a su hermana Caroline Darwin [10 de marzo de 1835]
“Mi querida Caroline: Estamos ahora con calma unas leguas fuera de Valparaíso y en vez de gemir más por nuestra mala fortuna, empezaré esta carta para ti. La primera y mejor de las noticias que debo contarte es que nuestro viaje por fin tiene un fin definido y cierto ya fijado. Empezaba a sentirme bastante desdichado y me había determinado a dar el paso [de abandonar el Beagle] si el capitán no hubiera decidido su conclusión. Sé de cierto que estamos camino de Inglaterra aunque ese camino no sea el más corto.[…]
El 01 de junio el Beagle partirá de Valparaíso hacia Lima, y solo toca un puerto intermedio, y de allí iremos a Guayaquil, las islas Galápagos y a las Marquesas de modo de llegar a Otaheite a mediados de noviembre y a Sydney a fines de enero del año próximo. […] Esperamos llegar a Inglaterra en septiembre de 1836 […]
El capitán vuelve a ser él mismo y gracias al cielo tan ansioso por llegar a la vieja Inglaterra como el resto de nosotros”.
Meses más tarde, mientras se encontraba en Lima, Darwin recibió la carta de sus hermanas que le pedían de parte de su padre que regresara inmediatamente a Inglaterra. Como podéis imaginar, el correo en estas épocas tardaba mucho tiempo en llegar y más en las circunstancias de encontrarse viajando a bordo de un barco que iba cambiando de puerto con cierta frecuencia. Afortunadamente, cuando recibió la carta de su hermana, Darwin se había repuesto completamente de su enfermedad, la vida en el Beagle se había apaciguado y por fin conocían el rumbo exacto con el que terminarían su viaje.
En agosto de 1835, y a pocas semanas de partir para Galápagos, Darwin leyó la petición de regreso que su padre había enviado con la carta de sus hermanas y, por suerte, contestó que seguiría con el viaje.
Carta de Charles Darwin a su hermana Caroline Darwin [12 de agosto de 1835]
“Recibí tres cartas más que completan la cadena desde Inglaterra a febrero de 1835. El capitán FitzRoy llegó con buen ánimo y en poco tempo zarparemos hacia las Galápagos. Estoy a la vez complacido y apesadumbrado por todos los afectuosos mensajes de ustedes que desean que regrese a casa. Si piensan ustedes que no deseo verlos, están espoleando a un caballo deseoso, pero pueden incursionar en mis sentimientos de profunda mortificación, pues si no por otra causa, la mala salud me habría compelido a dejar el Beagle. Digo que debería, ya que estarán de acuerdo conmigo en que en estos momentos carecería de valor pensar en un paso así”.
Fue una suerte que recibiera con retraso aquella carta de sus hermanas ya que si la hubiera recibido antes, y hubiera sabido que su padre insistía tanto en que regresara, lo más probable es que Darwin se hubiera embarcado en uno de los barcos que regresaba a Inglaterra y que tenía a mano en el puerto.
Carta de Charles Darwin a su primo William Darwin Fox [12 de agosto de 1835]
“Este viaje está siendo terriblemente largo. Deseo tan vehemente regresar, pero no me permito mirar hacia el futuro, ya que no sé qué será de mí. […] El otro día vi un barco que navegaba hacia Inglaterra y era un gran peligro saberlo por lo fácil que hubiera sido convertirme en desertor”.
A pesar de todos los contratiempos, de los cambios de opinión, de las idas y venidas en el ánimo y la salud de Darwin… finalmente, el Beagle retomó el rumbo y el 15 de septiembre de 1835, atracó en las Islas Galápagos.
El artículo Las cartas de Darwin: Casi me vuelvo a casa antes de las Galápagos se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Entradas relacionadas:¿Demuestran el Brexit y Trump que vivimos en una simulación por ordenador?
Michael Frazer
 
Acontecimientos políticos recientes han puesto al mundo del revés. El Reino Unido votando a favor del Brexit y los Estados Unidos eligiendo a Donald Trump como presidente eran cosas impensables hace 18 meses. De hecho, son tan extraordinarias que algunos se han preguntado si no podrían ser un indicio de que estamos realmente viviendo en algún tipo de simulación por ordenador o experimento alienígena.
Estos acontecimientos inesperados podrían ser experimentos para ver como nuestros sistemas políticos se las arreglan bajo presión. O podrían ser bromas crueles a nuestra costa realizadas por los guardianes alienígenas del zoo. O puede que sean solo pequeños problemas técnicos en el sistema que se suponía que no tenían que pasar. Quizás la reciente confusión en los Oscars o la improbable victoria del Leicester City en la Premier League inglesa o la de los New England Patriots en la Superbowl sean fallos similares.
El problema de usar estos complicados acontecimientos políticos como prueba de que nuestro mundo es una simulación es lo poco ética que sería una situación así. Si hubiese realmente un poder robot o alienígena que fuese lo suficientemente inteligente para controlar nuestras vidas de esta manera, existe una alta probabilidad de que hubiesen desarrollado el sentido moral de no hacerlo.
Los filósofos han estado discutiendo la posibilidad de que el mundo sea solo una ilusión durante cientos de años. Volvió recientemente a la atención pública cuando el fundador de SpaceX y Tesla Elon Musk sugirió que probablemente estemos viviendo en una simulación por ordenador, una versión para la vida real de The Matrix.
Haciéndose eco del filósofo Nick Bostrom, Musk argumentaba que la potencia computacional está aumentando tan rápidamente que nuestros descendientes encontrarían fácil llevar a cabo tantas simulaciones del universo como quisieran. Esto llevaría a un número ilimitado de universos simulados, pero solo seguiría habiendo un solo universo real. Las probabilidades de que el nuestro fuese el real serían infinitesimales.
Bostrom llega a la conclusión de que una de estas tres cosas tiene que ser ciertas. O bien la humanidad se extingue antes de que desarrolle una tecnología que haga posibles las simulaciones. O las civilizaciones avanzadas escogen libremente no llevar a cabo esas simulaciones. O estamos probablemente viviendo en una simulación. Bostrom y Musk apuestan por esta última opción.
La cuestión a la que nos enfrentamos es si acontecimientos inesperados como Trump o el Brexit hacen más o menos posible que estemos viviendo en una simulación. ¿Son el tipo de cosa que esperaríamos ver en un universo simulado?
Los politólogos habitualmente no pueden realizar experimentos en el mundo real para comprobar sus teorías como hacen otros científicos. Pero, ¿qué pasaría si pudiesen llevar a cabo una gigantesca simulación por ordenador para conseguir sus datos’ Brexit y Trump podrían ser experimentos deliberados diseñados para ver lo que ocurre cuando características claves de nuestro mundo se ponen bajo presión. ¿Puede la constitución de Estados Unidos protegerse a sí misma, incluso cuando los funcionarios son malévolos o incompetentes? ¿Puede el Reino Unido prosperar fuera de la Unión Europea? ¿Puede la democracia sobrevivir sin la protección de la OTAN?
Pero los experimentos en política global en el mundo real no solo serían prohibitivamente difíciles y caros. También serían inmorales. Está mal hacer sufrir a los sujetos de una investigación sin su consentimiento informado. El conocimiento puede ser valioso, pero no lo suficientemente valioso como para justificar la crueldad en su búsqueda.
Cada vez más venimos a darnos cuenta de que estas limitaciones éticas aplican no solo a los otros humanos, sino a todos los seres capaces de sufrir, incluyendo tanto a animales como a las inteligencias artificiales conscientes. Bostrom ha argumentado que en tanto una consciencia es capaz de experiencia subjetiva, el dolor o el miedo son experimentados de la misma manera, independientemente de si se manifiesta en neuronas o circuitos.
Puede que aún no tengamos una inteligencia artificial consciente, pero la Unión Europea ya está redactando borradores de propuestas para la protección de las “personas electrónicas”. E, igual que estaría mal para nosotros llevar a cabo experimentos crueles con una inteligencia artifical consciente, también estaría mal para nuestros amos digitales el realizarlos con nosotros. Esta es una buena razón para pensar que las civilizaciones avanzadas elegirían no simular nuestro mundo, incluso si tuvieran la capacidad técnica de hacerlo, porque hacerlo sería moralmente malo.
Monstruosidad moral
Bostrom argumenta que no está claro que crear un universo como el nuestro estaría mal, a pesar del sufrimiento que existe. También señala que nuestros posibles amos digitales, como los dioses de las religiones tradicionales, podrían recompensarnos con un gozoso más allá (simulado). Esta es una respuesta teológica tradicional a lo que se conoce como el problema del mal. Pero aún permanece la pregunta de si es ético hacernos sufrir primero y dar una compensación después.
Este argumento tampoco salva la sugerencia de que los acontecimientos recientes hacen más probable una simulación, más bien al contrario. Cuanto peor se vuelve el mundo, menos probable es que sea moralmente aceptable haberlo creado.
Por supuesto, incluso si simular nuestro mundo está mal, nuestros amos digitales lo podrían hacer de todos modos. No todas las civilizaciones avanzadas técnicamente son morales. Los nazis eran conocidos por su capacidad técnica. No es disparatado pensar que una victoria alemana en la Segunda Guerra Mundial, si bien una monstruosidad moral, no habría sido un desastre para la ciencia.
Pero hay una razón por la que el mundo descrito por Philip K. Dick en The Man in the High Castle [El hombre en el castillo], que recoge una situación así, está amenazado por una destrucción nuclear inminente. Sin la ética para limitar su uso, la ciencia y la tecnología son peligros graves para la supervivencia humana.
Lo que hace mucho más probable que una simulación del universo no sea creada nunca. O bien nuestros descendientes serán lo suficientemente éticos para no destruirse unos a otros y por tanto suficientemente éticos como para no simular un sufrimiento como el nuestro, o la humanidad se extinguirá antes de que sea capaz.
Tal y como dijo W. H. Auden, “debemos amarnos unos a otros o morir”. Y nunca pondríamos a criaturas a las que amamos en un mundo simulado lleno de malaria, hambrunas, guerras civiles…y Donald Trump.
Sobre el autor: Michael Frazer es profesor de teoría social y política en la Universidad de East Anglia
Texto traducido y adaptado por César Tomé López a partir del original publicado por The Conversation el 10 de marzo de 2017 bajo una licencia Creative Commons (CC BY-ND 4.0)
El artículo ¿Demuestran el Brexit y Trump que vivimos en una simulación por ordenador? se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Entradas relacionadas:El azúcar oculto en los alimentos
Esta semana me han sucedido dos situaciones muy similares relacionadas con las dudas que suscita el tema de los azúcares presentes en los alimentos. La primera me sucedió en la tienda que hay al lado del cine que suelo frecuentar:
Yo estaba en la cola de la caja para pagar mis compras. Había una mujer delante de mí rebuscando entre los chupachups y me pregunta “¿Cuáles son los que no llevan azúcar?” Le indico cuáles son y le señalo la leyenda «sin azúcar» que figura en el envoltorio. Me pregunta “¿Y cómo sé si realmente no llevan azúcar?” Le contesto que si pone «sin azúcar» es que son sin azúcar, sin duda, que puede confiar en el etiquetado y que, de hecho, esos caramelos son aptos para diabéticos. La mujer se lleva uno de esos chupachups, me da las gracias y me dice “Habrá que confiar, pero a saber qué ingredientes llevan ocultos”. “Las etiquetas dicen la verdad, por ley”, le digo. No tenía tiempo de explayarme, la película estaba a punto de empezar.
La segunda anécdota me sucedió en la sección de yogures del supermercado. Una señora me dice “Nena, ¿me puedes mirar si estos yogures llevan azúcar? El médico me ha dicho que los compre sin azúcar y no encuentro ninguno”. La señora me enseña la tabla nutricional del yogur natural que ha cogido y señala los azúcares: 5,3 g por cada 100 g de producto. Le digo que ese azúcar no es el azúcar al que se refiere su médico, que ese azúcar es el que contiene la leche del yogur y es distinto al azúcar común. Le digo que mire en la lista de ingredientes del yogur y, si en esa lista no está el azúcar, puede estar tranquila. Le señalo la lista de ingredientes: leche desnatada, proteínas de la leche, lactosa y fermentos lácticos. ¿Ve? No aparece el azúcar, este es un yogur natural desnatado, sin azúcar añadido. “Podrían ponerlo más claro”, me dice. Le doy la razón.
Cuando coloquialmente hablamos de azúcar realmente nos referimos a una sustancia en concreto: la sacarosa. La sacarosa es el azúcar de mesa, el de los terrones.
En rigor, existen varios azúcares, como la lactosa (leche), la fructosa (frutas y miel), la maltosa (cerveza), la sacarosa (azúcar de mesa), etc. Todos ellos son hidratos de carbono. Como metabolizamos unos y otros de forma diferente, es bueno tener en cuenta que existen diferentes azúcares a la hora de interpretar correctamente la información del etiquetado de los alimentos.
En la etiqueta de un alimento figuran dos datos: la información nutricional y la lista de ingredientes. Cuando nos fijamos en la información nutricional de un alimento se nos indica qué hidratos de carbono son azúcares, y ahí no se hace distinción entre lactosa, sacarosa, fructosa… sino que se suman todos ellos. Por eso un yogur natural sin azúcar puede tener 5,3 g de azúcares, porque esa cantidad se corresponde con la lactosa de la leche, no con azúcar común añadido para endulzar. En cambio, en la lista de ingredientes sí se especifica si el alimento lleva azúcar añadido, ya que figuraría como un ingrediente más. Por eso, para saber si un alimento lleva azúcar añadido, hay que fijarse en la lista de ingredientes.
En la actualidad se ha puesto el foco en los denominados azúcares libres. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud es que el consumo de azúcares libres se debería reducir a menos del 10% de la ingesta calórica total, es decir, a un máximo de 25g de azúcares libres al día (el equivalente a 6 terrones).
¿Qué es el azúcar libre? Según la OMS, el azúcar libre es:
1. Azúcar añadido. Aquí entra el azúcar común (sacarosa) que añadimos al café o a los postres, por ejemplo; y el azúcar que figura en la lista de ingredientes de un alimento, como el que contienen los refrescos, las galletas, los cereales, la bollería, el cacao soluble, algunos panes blancos, etc.
2. Azúcar naturalmente presente en algunos alimentos y que tiene efectos similares en nuestro organismo al azúcar añadido. Este es el caso de la miel, los siropes y los zumos.
No se considera azúcar libre a los azúcares presentes en frutas y verduras, y por eso no hay ninguna restricción nutricional recomendada para estos alimentos. De ahí la recomendación de los nutricionistas de consumir frutas enteras (o batidos con frutas enteras) en lugar de zumos (aunque sean caseros).
La recomendación de la OMS de reducir la ingesta de azúcares libres se fundamenta en la probada relación entre el consumo de estos azúcares y la mayor incidencia de enfermedades como la obesidad y la diabetes tipo II. Los índices actuales de población con sobrepeso y obesidad son alarmantes.
Las recomendaciones de la OMS, así como los consejos de los dietistas-nutricionistas, no pretenden demonizar los placeres. Lo que se pretende es que cuando tomas la decisión de, por ejemplo, beberte un zumo, no lo hagas creyendo que es una elección saludable y comparable a consumir una fruta, aunque lo parezca. Beberte un zumo es una elección que haces por placer, no por salud, la cual también es una razón absolutamente legítima.
Cuando te tomas un bollo, una chocolatina, un refresco… lo haces porque te apetece y no hay ninguna intención saludable en tu decisión. Nadie pretende que creas que un bollo de color rosa es un alimento saludable. En cambio, la publicidad de productos con frutas o verduras, como zumos, potitos, papillas con azúcares añadidos, pueden dar la impresión de producto saludable cuando no siempre lo son.
Lo que se intenta con este bombardeo de información acerca de los azúcares es que los consumidores tomemos conciencia del abuso de azúcares libres en nuestra dieta, sus efectos sobre la salud y que seamos consecuentes si queremos serlo. La forma de hacerlo es muy sencilla: limitar el consumo de zumos, miel, siropes y, sobre todo, alimentos con azúcares añadidos. También hay que tener en cuenta que ninguno de estos azúcares está oculto en los alimentos: siempre figurará en la lista de ingredientes. Esto está completamente regulado en las normas de etiquetado: cualquier alimento que contenga azúcar ha de indicarlo en su etiqueta como ingrediente. De no hacerlo, no pasaría los controles de seguridad y sería retirado del mercado.
Insinuar que existen ingredientes ocultos en los alimentos es sembrar la desconfianza y promover el desconocimiento de los consumidores; es la manida, populista y reprochable estrategia del miedo.
Cuando los consumidores leemos «sin azúcar» en la etiqueta de un producto y nos cuestionamos si es verdad, esta sospecha se debe principalmente a dos motivos: un motivo es que cierta publicidad de la industria alimentaria es intencionadamente ambigua y eso ha suscitado desconfianza en el sector y, el otro motivo, es que se abusa de la embaucadora estrategia de la sospecha sistemática, del «que no te engañen». No, no hay engaño posible en la lista de ingredientes y en la información nutricional de los alimentos. Esta información es cierta y se verifica. No existe el azúcar oculto en los alimentos, aparece bien claro en la lista de ingredientes, por ley.
Sobre la autora: Déborah García Bello es química y divulgadora científica
El artículo El azúcar oculto en los alimentos se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Entradas relacionadas:La Cátedra de Cultura Científica en 2016
Se presentan a continuación las actividades realizadas por la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU a lo largo del año 2016. Las actividades se han ordenado en función de su naturaleza, diferenciando las de divulgación (conferencias y eventos con ese fin), de otras actividades. Las colaboraciones con otras entidades y las presentaciones (conferencias, mesas redondas, coloquios u otras) en que ha participado el director de la Cátedra también se han presentado de manera separada.
Publicaciones digitalesEste blog publica artículos de divulgación científica de alto nivel en inglés. Durante 2016 ha publicado semanalmente entre 3 y 4 artículos. En 2016 publicó un total de 223 artículos, lo que significa que el número de publicaciones ha disminuido con respecto a 2015 en un 7,4%. El consumo de contenidos del blog ha descendido un 20% con respecto al pasado año (292.773 páginas en 2015 y 231.387 en 2016). Ese descenso es consecuencia, principalmente, de haber publicado un menor número de artículos. El consumo, sin embargo, ha sido de mayor calidad. Muestra de ello es, por un lado, el incremento de consultas por sesión de cada usuario (un 2,84% más por sesión que en 2015) y el aumento del tiempo de cada visita en un 6%. Mapping Ignorance ha tenido un total 171.346 visitas y 133.190 visitantes, los cuales consumieron un total de 231.387 páginas.
Durante 2016 ha seguido creciendo su presencia en redes sociales. En Twitter la cuenta @MapIgnorance ha incorporado 531 usuarios nuevos durante 2016 (en diciembre cerró el año con un total de 3.013 seguidores). Tanto los usuarios del blog como los seguidores en Twitter son mayoritariamente extranjeros (el 79% de los mismos). El blog cuenta con un total de 407 suscriptores que siguen su contenido vía correo electrónico.
Cuaderno de Cultura Científica
El Cuaderno ha continuado creciendo en secciones y número de anotaciones durante 2016. Durante 2016 publicó un total de 584 anotaciones. De ellas 535 fueron artículos y 49 textos informativos sobre eventos (conferencias, jornadas, cursos, etc.) La actividad del blog ha sido diaria y continuada durante los 365 días del año y ha incrementado su consumo entre los usuarios. Así en 2016 se volvió a incrementar el número de páginas consumidas (un 36% con respecto a 2015), con un total de 1.370.352 páginas consultadas. El número de usuarios ha pasado ha pasado de 503.870 en 2015 a 720.784 en 2016. Del mismo modo las visitas al blog crecieron en 2016, pasando de 705.239 (2015) a 999.328 en 2016 (creciemiento de 40,99%).
Este aumento es también palpable en su cuenta de Twitter, @CCCientifica, que ganó 6.729 nuevos seguidores en 2016 frente a los 4.085 seguidores adquiridos en 2015. Así en diciembre de 2016 Cuaderno cerró el año con un total de 15.811 seguidores. El 53% de los usuarios del Cuaderno proceden de países extranjeros, lo que pone de relieve la creciente proyección internacional del blog. 1.882 usuarios siguen el contenido del blog a través de la suscripción por correo electrónico.
En 2016 el blog editado en euskara y que se publica con el dominio .eus incrementó su actividad publicando un total de 437 anotaciones (397 artículos y 40 textos sobre diversos eventos: jornadas, cursos, conferencias…). La edición de artículos ha sido diaria, y por segundo año consecutivo el blog ha consolidado su actividad con nuevas secciones, un mayor número de artículos y la incorporación de nuevas colaboraciones. Este incremento ha tenido reflejo en el consumo: 82.226 páginas en 2016 frente a las 73.588 de 2015; el número de usuarios ha crecido un 25,65% respecto a 2015, llegando a los 28.900 (mientras en 2015 fueron 23.000) y ha recibido un total de 45.000 visitas (un 14% más que en 2015).
Así mismo, ha crecido su público a través de su cuenta de Twitter, @zientzia_k. En 2015 había ganado 375 seguidores, llegando a las puertas de los 1.000, y durante 2016 incrementó esa cifra en 368 seguidores, llegando a un total de 1.364 a finales de diciembre. Zientzia Kaiera es seguido principalmente por usuarios que residen en el País Vasco (un %70 del total). Por otro lado, un total de 140 usuarios siguen los artículos editados en Zientzia Kaiera a través del correo electrónico, vía suscripción.
En mayo de 2016 Mujeres con Ciencia cumplió su segundo año de andadura. Si durante 2015 el proyecto se consolidó, en 2016 ha seguido avanzado de manera firme. Así, ha publicado un total de 682 artículos, de los cuales 158 eran efemérides que recuerdan el nacimiento y la labor de las científicas en los distintos ámbitos de la ciencia y la tecnología. Los resultados de consumo del blog han mejorado de forma notable por segundo año consecutivo, incrementándose su consumo un 62,29% respecto al año anterior. Mujeres con Ciencia ha tenido 257.125 visitantes que han realizado un total de 368.379 visitas y han consumido 516.408 páginas.
Del mismo modo, su seguimiento en Twitter, a través de la cuenta @mujerconciencia, ha obtenido similares resultados, logrando incrementar en un 108% su influencia, tras registrar durante 2016 un aumento de 6.492 seguidores (en diciembre de 2016 @mujerconciencia cerró el año con un total de 12.506 seguidores). Por otro lado cabe destacar el aumento relativo de los visitantes procedentes de España, que han pasado en 2015 de representar el 55,54% de las visitas al 62,96% durante 2016.
Cienciasfera es un agregador de blogs de ciencia. Se publica con el objeto de disponer de un medio ágil para que quien esté interesado pueda acceder a los mejores blogs de ciencia que se publican en español. Hay más de 150 blogs afiliados y las anotaciones se clasifican de acuerdo con su disciplina.
Este sitio cumple dos objetivos. Por un lado constituye una plataforma mediante la que acceder a la mejor información científica de actualidad, pues selecciona las informaciones científicas de más interés de cada día a partir de un conjunto de medios digitales de calidad contrastada. El sitio es trilingüe (castellano, vasco e inglés) por lo que referencia noticias de medios que se publican en los tres idiomas. El acceso a la mejor información científica se completa con entradas a dos agregadores de blogs de ciencia (Science Seeker, en inglés, y Cienciasfera, en español) y a la anotación semanal en Zientzia Kaiera que recoge todas las publicaciones sobre ciencia en lengua vasca en la red. Y por otro lado, da acceso a los cuatro blogs de la Cátedra, así como a sus canales de videos en Youtube y Vimeo.
Conferencias organizadas Matemáticas para mentes inquietasEste programa, realizado en colaboración con Aupatuz, asociación de familiares de menores con altas capacidades intelectuales del País Vasco, consta de una serie de diálogos, conferencias y sesiones de taller dirigidas a niños y niñas de hasta 15 años de edad. Estas actividades se han desarrollado en cinco sesiones en las siguientes fechas:
- 20 de febrero: Taller común (para todos los chavales de 9 a 15 años junto con sus familias): Realizando una escultura en familia, la estrella dodecaédrica (a cargo de Pedro Alegría, Raúl Ibáñez, profesores de la UPV/EHU, con estudiantes del Grado de Matemáticas).
- 12 de marzo: Taller 1 (para chavales de 9 a 11 años): Lógica-mente. Problemas y acertijos matemáticos para poner a prueba tu capacidad de pensamiento lógico (Raúl Ibáñez, profesor de la UPV/EHU). Taller 2 (para chavales de 12 a 15 años): Lógica-mente. Problemas y acertijos matemáticos para poner a prueba tu capacidad de pensamiento lógico (Pedro Alegría, profesor de la UPV/EHU).
- 9 de abril: Taller 1 (para chavales de 9 a 11 años): Jugando con el geoplano (Esperanza Noronha, docente). Taller 2 (para chavales de 12 a 15 años): Taller de estadística (Irantzu Barrio y Arantza Urkaregi, profesoras UPV/EHU).
- 7 de mayo: Taller 1 (para chavales de 9 a 11 años): Taller de estadística (Irantzu Barrio y Arantza Urkaregi, profesoras UPV/EHU). Taller 2 (para chavales de 12 a 15 años): Taller de criptografía (Alex Aginagalde, profesor IES Arrigorriaga).
- 11 de junio: Taller común (para todos los chavales de 9 a 15 años junto con sus familias): Paseo matemático por el Museo de Bellas Artes (Bilbao) (a cargo de Raúl Ibáñez, profesor UPV/EHU y César Ochoa, historiador del Museo de Bellas Artes).
El día de Darwin se organiza en colaboración con el Círculo Escéptico y la Biblioteca de Bidebarrieta cada año desde 2007. En la edición de 2016 se trataron los retos de la antropología y el origen del arte de la mano de dos expertos en la materia.
12 de febrero de 2016; lugar: Biblioteca de Bidebarrieta, Bilbao; conferencias:
- ‘El género Homo: lo que no sabemos y lo que creemos que sabemos’, por Carmen Manzano (profesora de Antropología de la UPV/EHU).
- ‘Los primeros artistas: rastreando los orígenes de la expresión simbólica’ por Diego Garate, arqueólogo del Museo Arqueológico de Bizkaia.
El programa Zientziateka consiste en una serie de conferencias-coloquio que se imparten en la sala Bastida (lengua vasca) y el Auditorium (castellano) de Azkuna Zentroa. Normalmente corren a cargo de personal investigador de la UPV/EHU. Este programa se realiza con el apoyo de Euskampus y en colaboración con Azkuna Zentroa.
- 12 de enero 2016; Juan Carlos Iturrondobeitia (Facultad de Ciencia y Tecnología, UPV/EHU): Afrikatik datorren liztorra.
- 26 de enero 2016; Ibon Galarraga ( Basque Centre for Climate Change): La cumbre de París, ¿un resultado histórico?
- 9 de febrero 2016; Edurne Maiz (Facultad de Psicología, UPV/EHU y Basque Culinary Center, Mondragon Unibertsitatea): Ez dut probatu nahi! Zergatik egiten diote haurrek uko elikagai berriei?
- 24 de febrero 2016; Iñigo Azua (Facultad de Ciencia y Tecnología, UPV/EHU): Expedición Malaspina: 42.000 millas de viaje submarino.
- 9 de marzo 2016; Koldo García (Facultad de Medicina y Enfermería, UPV/EHU) Geneak nahieran aldatzea, etorkizuneko botika?
- 16 de marzo 2016; Ricardo Hueso (Grupo de Ciencias Planetarias, UPV/EHU): Planeta X, en busca del inquilino invisible del sistema solar.
- 12 de abril 2016; Miren Basaras (Facultad de Medicina y Enfermería, UPV/EHU): Zika birusa: azkenaurreko mehatxua?
- 27 de abril 2016; José Juan Blanco-Pillado, Jon Urrestilla y Raül Vera (Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU): La detección de ondas gravitacionales: el nacimiento de una nueva astronomía.
- 10 de mayo 2016; Ainara Castellanos (Facultad de Medicina y Enfermería UPV/EHU): Gaixotasun zeliakoaren eragileen bila: DNA zaborraren pistaren atzetik.
- 25 de mayo 2016; Amaia Martínez Galarza (Hospital de Cruces): Badute makinek ikusteko gaitasunik? Oinarri zientifikoetatik erabilpen praktikora.
- 23 de junio 2016 (sesión especial 5º Aniversario de la Cátedra de Cultura Científica): Itziar Laka (Facultad de Letras, UPV/EHU): Hitzaz
- 23 de junio 2016 (sesión especial 5º Aniversario de la Cátedra de Cultura Científica): Xurxo Mariño (Departamento de Medicina de la Universidad de A Coruña): ¿Para qué nos sirve la mente?
- 4 de octubre; Julen Díez (Facultad de Ciencia y Tecnología, UPV/EHU) Dopin genetikoa: urrezko dominak laborategian diseinatzen.
- 26 de octubre; Imanol Montoya (Gobierno Vasco): ¿Las desigualdades sociales matan en Euskadi? Sí, y hay cifras.
- 8 de noviembre; Aintzane Apraiz (Facultad de Medicina y Enfermería, UPV/EHU): Zelulen birziklapen sisteman sakondu eta Nobela eskuratu.
- 16 de noviembre; Jesús Ugalde (Facultad de Química, UPV/EHU y DIPC) Las máquinas moleculares que han ganado un Nobel.
- 13 de diciembre; Leire Reguero (Facultad de Medicina y Enfermería, UPV/EHU): Kannabinoideak: ikerketa berriak eta aukera terapeutikoak.
- 20 de diciembre; Diego Gárate (Museo Arqeuológico de Bizkaia): Redescubriendo el primer arte vasco: nuevos hallazgos, nuevas investigaciones.
El 23, 24 y 25 de mayo, en el marco del Festival Pint of Science, que se celebra en las mismas fechas de manera simultánea en diversos países de América, Europa y Oceanía, la Cátedra de Cultura Científica coordinó por vez primera las conferencias ofrecidas en euskara en Bilbao.
En total fueron tres conferencias ofrecidas en el Kafe Antzokia de Bilbao, impartidas por profesores e investigadores de la Universidad del País Vasco:
- 23 de mayo, lunes, 20:00, Jone Uria, matemática y Eneko Axpe, físico: “Fraktalak”.
- 24 de mayo, martes, 20:00, Aitor Bergara, físico y Josu Jugo, ingeniero: “Lebitazioa, magia eta are gehiago”.
- 25 de mayo, miércoles, 19:00, Itziar Garate y Naiara Barrado, astrofísicas y Jon Mattin Matxain, químico: “Exoplanetetara bidaia atomoen bidez”.
El 21 de mayo, en Donostia, dentro de las actividades de Olatu Talka, que este año forman parte de Donostia/San Sebastián 2016 Europako Kultur Hiriburua/Capital Europea de la Cultura, la Cátedra de Cultura Científica participó en el evento coordinando la serie de entrevistas en el marco Emakumeak Zientzian/Mujeres en la Ciencia, junto con Activa tu Neurona. En total fueron un total de cuatro entrevistas en directo realizadas por el periodista Javier San Martín (Activa tu Neurona) con el siguiente orden:
- 12:00 a 12:30 – María José Noain, Museo Oiasso de Irun y María M. Intxaustegi (INSUB).
- 12:30 a 13:30 – Entrevista/debate con Txelo Ruiz, Dto. Arquitectura y Tecnología de Computadores de la UPV/EHU.
- 16:00 a 16:45 – Margarita Martín, Dra. Observatorio Meteorológico de Igeldo (AEMET).
- 16:45 a 17:30 – Virginia García, integrante del grupo de astrofísica de la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
El 1 de junio, José Manuel López Nicolás, profesor de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Murcia y responsable del conocido blog Scientia, ofreció en el Bizkaia Aretoa de la UPV/EHU (Abandoibarra 3, Bilbao) una charla titulada ‘Voy a comprar mentiras’ en la que denunció los abusos que cometen estas industrias, ofreció a los asistentes herramientas para detectar estos fraudes y expuso sus propuestas para mejorar el control de la publicidad. Dicho evento fue coordinado por la Cátedra de Cultura Científica en el marco de sus programa de divulgación científica.
Editatona para visibilizar a escritoras y científicas en la WikipediaDesde la Cátedra de Cultura Científica y coincidiendo con el Día de las Escritoras, con el objetivo de hacer visible la labor de las mujeres científicas y escritoras se organizó una charla en el marco de una Editatona que tuvo lugar el miércoles 19 de octubre, de 10:00 a 18:00. Las actividades que se llevaron a cabo fueron:
- 10:00-12:00. Conferencia-taller a cargo de la periodista Montserrat Boix: Wikipedia en clave de igualdad y de diversidad. Posibilidades de trabajo con Wikipedia en la universidad.
- 12:00-18:00. Editatona para mejorar, traducir o crear nuevas biografías de escritoras y científicas en euskera o castellano.
Durante la semana del 2 al 6 de noviembre se celebró la Zientzia Astea organizada por la Universidad del País Vasco. Este evento que se desarrolla en los tres campus de la UPV/EHU concentra en una semana una amplia gama de actividades con el objetivo de acercar la labor que se desarrolla en la universidad al gran público y mostrar los ámbitos de la investigación y la ciencia de una manera cercana.
En el marco de la Zientzia Astea, la Cátedra de Cultura Científica, en colaboración con el Vicerrectorado de investigación de la UPV/EHU coordinó las siguientes actividades
- El día 24 de octubre, Bizkaia Aretoa (UPV/EHU), 19:00: conferencia ‘Leonardo Torres Quevedo, ingeniero universal. El más prodigioso inventor de su tiempo’. Esta conferencia fue impartida por el profesor de la Universidad Complutense de Madrid Francisco A. González Redondo
- Del 24 al 6 de noviembre en la sala Axular de Bizkaia Aretoa (UPV/EHU), exposición: ‘Leonardo Torres Quevedo, ingeniero universal. El más prodigioso inventor de su tiempo’. En ella se mostraron paneles explicativos, objetos personales de Torres Quevedo y la maqueta de un trasbordador elaborado por él.
- El miércoles, 2 de noviembre, a las 17:30, Teatro Barakaldo, en Barakaldo, espectáculo de monólogos de humor científico con el grupo Big Van.
16 y 17 de septiembre 2016; lugar: Bizkaia Aretoa (UPV/EHU), Bilbao.
Esta es la sexta edición del evento de divulgación científica Naukas. En total se impartieron 63 charlas de 10 min, dos intervenciones especiales: el astronauta Pedro Duque y la directora del CNIO María Blasco que fueron entrevistados en directo en el evento. Dos intensos días con más de 60 ponentes que trataron de trasladar al público el interés por las disciplinas científicas más variadas. El programa de Naukas 2016 combinó además breves charlas sobre ciencia con monólogos humorísticos, experimentos en directo o talleres para niños.
Este evento está organizado por la plataforma de divulgación Naukas y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU y se emitió en directo a través del canal Kosmos de EiTB.
Bertsozientzia: Jakinduriek mundue erreko dau 2016El 24 de septiembre se celebró en Bizkaia Aretoa (UPV/EHU) el evento Bertsozientzia. En el mismo, cuatro profesionales de la ciencia desarrollaron en lengua vasca diferentes temas en breves intervenciones (10 min) y tres bertsolaris dieron una réplica a los anteriores. Los temas fueron la fiabilidad de predicciones meteorológicas, la química a escala nanométrica, los factores que influyen en la salud y el diseño de las encuestas electorales:
- Onintze Salazar, física y meteoróloga de Euskalmet: “Hilabete barru ezkonduko naiz eta… esadazu, ze eguraldi egingo du?”
- Félix Zubia, médico y profesor de la Universidad del País Vasco: “Zerk eragiten du gure osasunean?”
- Gotzone Barandika, química y profesora de la Universidad del País Vasco: “Kimikariok, nanoarkitektoak”.
- Patxi Juaristi, sociólogo y profesor de la Universidad del País Vasco: “Gauza bat esan eta beste bat egin: nola asmatuko dute bada, hauteskunde-inkestek”
Y los bertsolaris que dieron la réplica y desarrollaron los temas fueron Maialen Lujanbio, Beñat Gaztelumendi y Jone Uria.
Naukas PassionEl 28, 30 y 1 de octubre en el marco del evento organizado por el DIPC en Donostia, Passion for Knowledge, la Cátedra de Cultura Científica coordinó el programa público de charlas de divulgación científica Naukas Passion. Un total de 15 colaboradores de la plataforma Naukas se subieron al escenario del Teatro Victoria Eugenia para ofrecer al público, en sendas intervenciones de 10 min, su particular visión sobre diversos temas científicos de manera sencilla, entretenida y original.
Medios audiovisuales Difusión en internet de las conferencias y eventosPrácticamente todos los eventos de difusión científica organizados por la Cátedra (conferencias, jornadas, coloquios, etc.) se retransmiten en directo por internet y se graban para su difusión posterior en soportes digitales, tanto propios como de otras entidades. Ello es posible gracias a la colaboración con el ente público de radiotelevisión vasca EiTB, que es quien se ocupa de llevar adelante esa tarea.
Divulgación en radio y televisiónLa Cátedra colabora con Bilbo Hiria Irratia en la producción de un programa semanal de divulgación científica de 20 min de duración a cargo de personal de la UPV/EHU. El programa se llama Zientzialari y en él intervienen especialistas en diferentes disciplinas, durante 2016 se grabaron un total de 40 programas. Estos programas son emitidos tanto en la propia Bilbo Hiria Irratia como en la red de pequeñas radios Arrosa Irrati Sareak y posteriormente se difunden en internet a través de la web de Bilbo Hiria Irratia.
Por otra parte, el coordinador de la Cátedra colabora mediante una sección de 20 minutos, ésta de frecuencia quincenal, en La mecánica del caracol, programa dedicado a la difusión del conocimiento que se emite en la radio pública vasca, Radio Euskadi. Con la misma periodicidad se colabora en el programa matutino Lau Haizetara de Bizkaia Irratia para hablar de temas de ciencia. Para terminar, destacar que mensualmente miembros de la Cátedra colaboran en el programa Zebrabidea producido por Arrosa Irrati Sareak, en una intervención de 15 minutos para hablar de temas de actualidad científica.
Por último, el coordinador de la Cátedra colabora mensualmente en el programa Ahoz Aho del canal en euskara de EiTB, para hablar de distintos temas de interés científico.
Colección ZientzialariLa Cátedra realiza vídeos de cinco minutos de duración en los que investigadores de la UPV/EHU explican en lengua vasca diferentes aspectos de su actividad investigadora y del campo en el que trabajan ante la cámara. Estos vídeos se publican en Zientzia Kaiera con frecuencia quincenal desde febrero de este año y con la excepción del mes de agosto. También pueden verse en el canal de Youtube de la Cátedra. A lo largo de 2016 se realizaron 21 vídeos dando a conocer el trabajo de los investigadores:
- Arkaitz Carracedo, bioquímico, CIC bioGUNE.
- Eñaut Eizaguirre, glaciólogo, Universidad Magallanes de Chile.
- Ibon Galarraga, investigador, centro BC3
- Jon Mattin Matxain, químico, UPV/EHU y DIPC.
- Koldo Garcia, genetista, UPV/EHU e Instituto BioDonostia.
- Arantza Aldezabal, bióloga, UPV/EHU
- Jon Urrestilla, físico, UPV/EHU
- María Merino, matemática, UPV/EHU
- Ainara Castellanos, biólogoa, UPV/EHU
- Iñigo Azúa, microbiólogo, UPV/EHU
- Kepa Ruiz Mirazo, investigador, UPV/EHU
- Txelo Ruiz, informática, UPV/EHU
- Adrián Odriozola, bioquímico, UPV/EHU
- Izaskun Elezgarai, médico, UPV/EHU
- Jon Torres, profesor de fisioterapia, UPV/EHU
- Koldo Callado, médico, UPV/EHU
- Iñaki Irizar, biólogo, Museo Laboratorium de Bergara
- Alain Ulazia, ingeniero, UPV/EHU
- Jon Legarreta, astrofísico, UPV/EHU
- Oskar González, químico, UPV/EHU
- Aintzane Apraiz, bióloga, UPV/EHU
Colaboración en la organización del Programa Jakin-Mina organizado por Jakiunde. Se trata de un programa dirigido a estudiantes de 4º de ESO que son seleccionados por las direcciones de sus centros en función de la motivación que muestran. A los estudiantes seleccionados se les imparte una serie de conferencias de diversas materias a cargo de científicos y académicos de primer nivel.
Este programa se desarrolla en el conjunto de Vasconia. La cátedra colabora en la selección de los conferenciantes y la organización de las charlas que se imparten a los estudiantes de centros de Bizkaia. A cada conferencia asisten alrededor de 40 estudiantes. Las conferencias coordinadas durante 2016 en Bizkaia e impartidas en el Bizkaia Aretoa de la UPV/EHU han sido:
- 15 de enero de 2016, Eva Ferreira: Sex, games and politics
- 22 de enero de 2016, Estibaliz Capetillo: Aurrerapenak Alzheimer gaixotasunaren ikerketan
- 29 de enero de 2016, Helena Matute: No te fíes
- 5 de febrero de 2016, Pedro Pablo Gil Crespo: Cristalografía: La arquitectura de los minerales
- 12 de febrero de 2016 Aitor Erkoreka: Nola erabiltzen du gure etxeak energia?
- 19 de febrero de 2016, Jon Landa: Giza eskubideak: zer dira? zeozertarako balio al dute?
- 26 de febrero de 2016, Jasone Astorga: Smart cities: etorkizuneko hiriak jada hemen!
- 4 de marzo de 2016, Josu Larrinaga Arza: Euskal pop musikaren hotsak, gizartearen isla?
En el mes de noviembre de 2015 se puso en marcha el certamen “Cristalización en la escuela” que se desarrolló entre los meses de diciembre de 2015 y mayo de 2016. Se trata de una iniciativa dirigida a los estudiantes de ESO y Bachillerato del País Vasco que pretende despertar su interés por realizar y entender un experimento científico utilizando como estímulo la creación de cristales. De este modo, aprovechando la belleza de los cristales y su proceso de creación se pretendía impulsar el interés de los alumnos de secundaria en la ciencia.
En diciembre se impartieron los talleres de formación al profesorado de secundaria. La fase de trabajo en los laboratorios de los centros de secundaria se desarrolló los primeros meses de 2016. Se inscribieron 29 centros de todo el País Vasco (6 de Gipuzkoa, 1 de Araba y 22 de Bizkaia), con un total de 1.226 alumnos y alumnas participantes (52 % chicas y 48 % chicos). La final del concurso que se realizó en mayo los 29 centros estuvieron representados por grupos de alumnos de tres miembros, que expusieron ante el jurado y el público la labor realizada. En esta jornada, con formato de un congreso científico convencional, cada equipo presentó una maqueta con una muestra de los cristales realizados, además de un póster detallando los objetivos, materiales, métodos, resultados y conclusiones de su trabajo. Su trabajo fue evaluado por un jurado formado por formado por 12 profesores/as de la Universidad del País Vasco.
En el mes de octubre de 2016 se anunció por segundo año la edición del curso 2016/2017 de “Cristalización en la escuela”. Se han inscrito un total de 34 centros (4 de Araba, 5 de Gipuzkoa y 29 de Bizkaia), con un total de 1.200 alumnas/os implicados y 52 profesores que han recibido durante el mes de diciembre formación sobre la composición de los cristales.
Ciencia ClipLa primera edición del concurso Ciencia Clip se desarrolló entre el 1 de febrero y el 17 de septiembre, fecha en la que se hizo entrega de los premios. Un total de 430 jóvenes estudiantes de secundaria de diferentes países, principalmente de España pero también del extranjero (Argentina, Colombia, Bruselas) participaron en el concurso. Se inscribieron un total de 205 vídeos y de ellos 194 pasaron a la fase de concurso: 51 vídeos de estudiantes de 1º y 2º de la ESO, 67 vídeos de 3º y 4º y 76 vídeos de estudiantes de 1º y 2º de Bachillerato. Este concurso se desarrolló con la colaboración de la plataforma de divulgación científica Naukas y el grupo Big Van.
Locos x CienciaLocos x Ciencia es un certamen de monólogos de contenido científico para estudiantes de 4º de ESO que se celebra en varias ciudades españolas. El programa incluye representaciones a cargo del grupo Big Van (de monologuistas científicos) en un escenario para albergar un alto número de espectadores (estudiantes del nivel citado), sesiones de formación al profesorado, y una fase de concurso en que los participantes, con el apoyo de su profesorado, graban un vídeo de corta duración y lo remiten a la organización. Los seleccionados presentan el monólogo en su ciudad en directo, y finalmente se celebra una final en Madrid.
El certamen se lanzó en 2015 mediante un acuerdo de colaboración entre Big Van, la FECyT y la Fundación Telefónica. En 2016, la Cátedra asumió la organización del certamen en la Comunidad Autónoma Vasca y a las sesiones acudieron alrededor de 1.000 estudiantes.
Colaboraciones Conferencia sobre neurocienciaDía 10 de marzo; lugar: Sala Baroja, Bizkaia Aretoa (UPV/EHU, Bilbao); conferenciante: José A. Esteban (profesor investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas-CSIC): ¿De qué están hechos los recuerdos? ¿Y dónde se guardan? (colaboración con Achucarro Basque Center for Neuroscience)
Día de la Acuicultura en BilbaoEl Colegio Oficial de Biólogos y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU organizaron el 30 de noviembre una jornada en el marco de la celebración del Día de la Acuicultura. Este encuentro, se celebró por cuarto año en el Bizkaia Aretoa de la Universidad del País Vasco con el objetivo de tratar, entre otros, temas relacionados con el potencial económico de la acuicultura, su estado actual y tendencias tecnológicas y de investigación en dicha área.
Las jornadas se celebraron en la sala Arriaga del Bizkaia Aretoa de la UPV/EHU.
- 00: Miren Bego Urrutia (Cátedra de Cultura Científica, UPV/EHU) y Manu Soto (PiE, UPV/EHU): Inauguración de las jornadas.
- 05: Roberto Gonzáles, (Discusland): El potencial económico de la acuicultura ornamental.
- 25: Sonia Castañón, (NEIKER): CYCLALG: Tecnologías innovadoras para desarrollar una biorefinería de microalgas.
- 45: Urtzi Izagirre Aramaiona, (PiE, UPV/EHU): Acuacultura y experimentación en toxicología.
- 05: Pilar Brettes (GAIKER IK4): Acumulación de lípidos en microalgas como estrategia de alimentación en acuicultura.
- 18:25: Fernando Alkorta (GAIKER IK4): Kardala LHII, experiencia del alumno.
- 18:45: Leire Arantzamendi (AZTI-Tecnalia): Oportunidades de desarrollo de la acuicultura offshore en el País Vasco.
- 19:05: Luis Enrique Lagos (AZTI-Tecnalia): Acuicultura en la zona de producción de moluscos (ZPM) offshore del País Vasco: estado actual y tendencias.
- 19:25: Mesa Redonda.
El grupo de Ciencias Planetarias de la UPV/EHU junto con la Cátedra de Cultura Científica organizaron el 22 de julio una charla-coloquio en la Biblioteca de Bidebarrieta de Bilbao para hablar de una estrella subgigante situada a 49,8 años luz de distancia de nosotros que lleva el nombre de Cervantes y cuya denominación fue realizada mediante votación pública y que fue promovida por el Planetario de Pamplona, la Sociedad Astronómica de España y el Instituto Cervantes.
El catedrático de astrofísica de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Sociedad Española de Astronomía Javier Gorgas explicó en qué consistía la iniciativa, se refirió a las características físicas de este sistema e informó acerca de cómo se encuentran los exoplanetas en una charla-coloquio titulada “La estrella Cervantes y sus exoplanetas”
Actividad del director de la CátedraLas actividades incluidas en este apartado han sido realizadas por el coordinador de la Cátedra. Tienen carácter divulgativo, abordan temas universitarios o se refieren a aspectos de la relación entre ciencia y sociedad.
- 9 de marzo, Bilbao. Presentación del libro “La entrevista” de Luisa Etxenike y Gustavo Ariel Schwartz (Ediciones El Gallo de oro); Aulas de la Experiencia (UPV/EHU).
- 20 de abril, Santiago de Compostela. Conferencia: “La Cátedra: una agencia de agitación y propaganda científica” en la jornada “A Divulgación da Ciencia en Galicia” organizada por el Consello da Cultura Galega.
- 21 de mayo, Donostia. Presentación del libro “Virus y pandemias” de Ignacio López Goñi (Editorial Glyphos-Naukas), en Urban Zientzia y en el marco del evento Olatu Talka.
- 26 de mayo, Vitoria-Gasteiz. Conferencia: “Gazta jan zuten lehenik”, en el evento Naukas de divulgación en el marco del Congreso Internacional KAUSAL 2016 sobre Control y Seguridad Alimentaria.
- 22 de junio, Vitoria-Gasteiz. Mesa redonda: “Divulgación científica: una visión generalista desde diferentes perspectivas”, en el taller “Comunicar de forma eficiente en la era de la información”, Cursos de Verano de la UPV/EHU.
- 12 de julio, Eibar. Ponencia: “Kultura zientifikoaren hartzaileak” en el curso “Zientziaren dibulgazioa: aukerak, baliabideak eta erronkak”; Udako Euskal Unibertsitatea (Markeskoa Jauregia).
- 5 de septiembre, Pamplona. Participación en la sesión “La motivación: Por qué divulgar es importante, tipos de público, formatos de divulgación, ejemplos, tendencias, modas” del Curso de Verano de la Universidad Pública de Navarra “Cuentahistorias científicas”.
- 27 de octubre, Madrid. Conferencia: “La divulgación científica en la Universidad” en la Jornada de Divulgación y Comunicación de la Ciencia-Intercambio de Buenas Prácticas; Universidad Politécnica de Madrid.
- 3 de noviembre, Zarautz. Conferencia: “Ciencia para una vida mejor” en la sesión “Zarautzen Zientziaz Blai”, organizado por la asociación Zarautz On.
- 9 de noviembre; Santiago de Compostela. Presentación del libro “El ojo desnudo” de Antonio Martínez Ron (Editorial Crítica); Museo de Ciencias Naturales, Universidad de Santiago de Compostela.
- 10 de noviembre, Santiago de Compostela. Debate a cuatro “Ciencia y fe” en el marco de las “Regueifas de Ciencia”, organizadas por la Universidad de Santiago de Compostela.
- 18 de noviembre, Barcelona. Sesión de formación (5h) sobre “Divulgación científica” en el Curso de Especialización de Comunicación Científica (Experto Universitario) de la Universitat de Vic.
- 28 de Noviembre, Salamanca. Mesa redonda de la I Jornada Cultura Científica Empresarial; Universidad de Salamanca.
- 1 de diciembre, Vigo. Mesa redonda “La divulgación científica como motor de la actividad de I+D+i” en las XXIV Jornadas de Investigación de la Sectorial de I+D+i de la CRUE. Universidad de Vigo.
- 1 de diciembre; Vigo. Participación, en representación de la UPV/EHU, en el Grupo de Trabajo de Divulgación y Cultura Científica de la CRUE; XXIV Jornadas de Investigación de la Sectorial de I+D+i de la CRUE. Universidad de Vigo.
- El director de la Cátedra ha presidido el jurado de la XXIX edición de los premios Prismas Casa de las Ciencias, de Divulgación Científica, que organizan los Museos Científicos Coruñeses.
En junio de 2016 se realizó una programación especial para conmemorar tal acontecimiento. La celebración consistió en una Zientziateka con programa doble (referido en el apartado dedicado al programa Zientziateka).
Sesiones de presentación de la Cátedra de Cultura CientíficaA lo largo de la tercera semana de junio se celebraron una serie de sesiones informativas en la Facultad de Medicina y Enfermería (sala de juntas, día 21, 10:00h), Facultad de Ciencia y Tecnología (sala aneja al Paraninfo, día 21, 12:00h) y Escuela de Ingeniería de Bilbao (salón de Grados, día 23, 12:30h), donde se hizo un balance de estos cinco años y se presentaron los planes de futuro de la entidad. Las sesiones fueron de acceso libre y corrieron a cargo del coordinador de la Cátedra y contaron con la participación de los responsables de los medios digitales de la entidad.
Vídeo conmemorativoSe publicó un vídeo conmemorativo, dirigido por José A. Pérez Ledo, en el que diferentes personas responden, en castellano o en euskera, a la pregunta de por qué es importante la cultura científica.
La Cátedra de Cultura Científica cada vez desarrolla un más amplio programa de actividades. Por esa razón, cada vez son más las entidades y personas que participan en dichas actividades y que ayudan a sacarlas adelante. Son tantas que sería muy fácil omitir alguna de esas personas o entidades al tratar de agradecer a todas ellas su colaboración. Ni siquiera lo intentaremos. Queremos daros nuestro más sincero agradecimiento por vuestra colaboración; ya sabéis quiénes sois. Sin vuestra ayuda no sería posible desarrollar un programa como este. ¡Muchísimas gracias!
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Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez Iglesias es el coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU
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El artículo La Cátedra de Cultura Científica en 2016 se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
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