El cambio climático no afectará negativamente a las energías renovables marinas
El cambio climático no afectará significativamente a la producción de energías renovables marinas, al menos, hasta el año 2100. Todo ello a pesar del aumento de emisiones de gases de efecto invernadero. La explotación eficiente de los recursos energéticos renovables en nuestras costas y océanos podrá continuar desarrollándose de manera fiable contribuyendo así al objetivo de disminución de emisiones y la descarbonización de la economía.
Foto: Bob Brewer / UnsplashEspaña y el Parlamento Europeo realizaban en 2019 sendas declaraciones en las que advertían de la situación de emergencia climática en que nos encontramos, un anuncio que se extendió posteriormente a todo el mundo. Estas declaraciones analizaban las proyecciones climáticas a largo plazo. Se hacían eco, así, del consenso científico que alerta sobre un aumento de las temperaturas en las próximas décadas como consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero. De ahí los esfuerzos internacionales para alcanzar una menor dependencia de los combustibles fósiles y, por tanto, desarrollar energías renovables marinas puede contribuir significativamente al cumplimiento de los objetivos globales de descarbonización.
Sin embargo, además de la temperatura, el incremento de las concentraciones de gases de efecto invernadero altera el comportamiento de la atmósfera y del océano. Por ello, en un contexto calificado como emergencia climática, es necesario determinar cuáles serán a finales de siglo los efectos esperables del calentamiento global sobre la disponibilidad de viento y olas para su explotación como fuente renovable de energía. En otras palabras, ¿puede el propio cambio climático disminuir su disponibilidad cortocuitando así una de sus más importantes vías de solución como es el desarrollo de las energías renovables?
En un intento de dar una respuesta científica, el grupo de investigación EOLO ha publicado el primer estudio sobre el impacto que tendrán los distintos escenarios climáticos sobre la disponibilidad de recursos renovables marinos hasta 2100. Para ello ha analizado la evolución esperada de la electricidad extraíble del viento y las olas en aquellas zonas marinas donde es posible la instalación de dispositivos para su aprovechamiento. Para la investigación han incluido las proyecciones más recientes de los distintos escenarios climáticos previstos (CMIP6), que han publicadas por el Panel Internacional de Cambio Climático (IPCC), la institución dependiente de la ONU que se encarga de coordinar los esfuerzos científicos internacionales en este ámbito.
Los resultados de este estudio indican que la electricidad obtenible del viento y olas marinas apenas experimentaría cambios y que estos serían perceptibles solo en unas pocas áreas marinas, incluso si llegara a producirse el escenario más desfavorable; esto es, que no se redujeran las emisiones comprometidas por los acuerdos internacionales de aquí a 2100. Según esta investigación, la foto de España hasta final de siglo es plenamente estática, sin cambios previsibles en el potencial extraíble de las zonas marinas donde instalaciones renovables pueden ser técnicamente viables.
Pocos cambios y de reducida magnitudLos pocos entornos geográficos donde se han detectado cambios a nivel global se corresponden con áreas donde ya existen parques eólicos marinos plenamente funcionales, como el Norte de Europa o el Mar de China. Un denominador común en este pequeño número de zonas es que, además, los cambios esperables son pequeños.
Según explican los investigadores, en un escenario de importantes reducciones en las inversiones necesarias en la industria eólica marina, estos pequeños cambios no comprometerán su viabilidad tecno-económica. Por el contrario, añaden, es esperable que en las próximas décadas veamos un notable incremento de este tipo de instalaciones. Es más, de la investigación se ha podido deducir que zonas costeras que actualmente no cuentan con instalaciones eólicas marinas como el Mar de Arabia o el Golfo de Bengala, podrían llegar a atraer notables inversiones, dado el elevado potencial de esta industria y el incremento que se prevé de la misma que se prevé.
Los autores del estudio advierten que el desarrollo tecnológico de la energía obtenida de las olas es aún notablemente inferior al de la energía eólica marina; sin embargo, la investigación presenta una fotografía global prácticamente estática, con cambios del oleaje en pocos lugares y de magnitud reducida, como ocurre con el potencial de la energía eólica. Esto supone, a entender de este equipo de investigación, que habrá un escenario estable en el mar, donde desarrollar futuros prototipos que permitan una explotación eficiente de la energía proveniente de las olas. Ello permitirá una mejor estimación a largo plazo de los costes de investigación e inversión requeridos y contribuirá a un desarrollo más predecible y seguro.
Los autores, que ya en su día hicieron una investigación sobre la eficacia energética de la planta de olas de Mutriku, sugieren también para esta instalación un escenario de oleaje estable, lo cual ayudará a mantener su explotación y mejora por medio de nuevos tipos de dispositivos a instalar. Cabe recordar que esta planta es la única instalación en el mundo que lleva inyectando electricidad originada por las olas a la red durante más de 10 años.
Referencia:
Gabriel Ibarra-Berastegui, Jon Sáenz, Alain Ulazia, Aitor Sáenz-Aguirre & Ganix Esnaola (2023) CMIP6 projections for global offshore wind and wave energy production (2015–2100)
Scientific Reports doi: 10.1038/s41598-023-45450-3
Edición realizada por César Tomé López a partir de materiales suministrados por UPV/EHU Komunikazioa
El artículo El cambio climático no afectará negativamente a las energías renovables marinas se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Neuronas para las emociones
Juan Ignacio Pérez Iglesias, lector
Charles Darwin fue probablemente uno de los primeros científicos que estudiaron las emociones, tanto en los seres humanos como en otras especies animales. Lo hizo observando las expresiones que mostramos al exterior, y publicó los resultados de sus observaciones en La expresión de las emociones en el ser humano y en los animales, en 1871.
Ha pasado siglo y medio desde entonces y, aunque con esfuerzo, ahora sabemos bastante más de las emociones. Son materia de estudio de varias disciplinas, y en especial de la psicología y las neurociencias. Y son el tema de Neuronas para la emoción (Shackleton Books, 2023), de Xurxo Mariño.
El libro está estructurado en tres partes. En la primera, tras la «Introducción», se presentan las emociones básicas, se explica en qué consisten y se ofrecen sus características más importantes. La caracterización que se ofrece de las emociones incluye lo que se sabe hoy acerca de los circuitos neuronales y áreas del encéfalo que las procesan.
Las emociones cumplen funciones esenciales y son resultado de millones de años de evolución. En gran medida son innatas, automáticas y a menudo inconscientes. Facilitan la toma de decisiones y nos ayudan a comunicarnos con los demás, porque mediante sus expresiones transmitimos estados mentales.
Hasta hace relativamente poco tiempo yo era de los que pensaba que emoción y sentimiento venían a ser casi sinónimos. Por esa razón cuando experimentaba la sensación de alegría, pensaba que ese era mi estado emocional, que mi sentimiento de alegría tenía su origen, precisamente, en esa emoción. Y, por lo tanto, que había una correspondencia clara, bien definida, entre ambas cosas, por no decir que eran lo mismo. Pero las cosas no son tan sencillas.
Las emociones no son experiencias subjetivas y conscientesLas emociones consisten en comportamientos, cambios fisiológicos o actividades neuronales. No son las experiencias subjetivas, conscientes, que popularmente se conocen como emociones. Uno puede pensar que, aunque no sean la misma cosa, la distinción entre esas experiencias subjetivas –los sentimientos– y las emociones –la actividad neuronal y sus correlatos fisiológicos y de comportamiento– es ociosa y, por lo tanto, que tal distinción carece de importancia.
Sin embargo, es una distinción importante. Lo cierto es que no hay forma de asegurar que lo que se mide experimentalmente –la actividad neuronal, los cambios fisiológicos, etc.– corresponde a, o está directamente relacionado con, las experiencias subjetivas, los sentimientos. Menos aún se puede asegurar que esas experiencias subjetivas o sentimientos sean causados por esas actividades neuronales o cambios fisiológicos.
Los mamíferos y los seres humanos compartimos emociones, pero no podemos afirmar que compartamos sentimientos. Ni siquiera podemos saber si los animales no humanos experimentan sentimientos; desconocemos si tienen una experiencia consciente de sus estados emocionales.
Desconocía gran parte de lo que he comentado en las líneas precedentes, pero he disfrutado recordando nociones de neurociencia tan importantes como que no es posible deslindar la esfera de lo emocional de la de lo racional, porque ambas están profundamente imbricadas e inciden en nuestro comportamiento de forma conjunta. O que en la toma de decisiones que consideramos racionales los estados emocionales tienen una influencia decisiva.
En Neuronas para la emoción también he aprendido que el encéfalo pone en marcha paquetes de acción para ellas; y que la emoción aparece antes que el sentimiento mediante el que la experimentamos de forma consciente y la categorizamos. Y que una vez se experimenta de forma consciente un sentimiento, se producen pensamientos acordes a él.
Xurxo aborda asuntos tan interesantes como el del carácter innato –o no– de ciertos miedos, como el que muchos experimentan hacia las serpientes o, como en mi caso, hacia los roedores. Y resulta que no, no nacemos con esos miedos instalados, pero estamos predispuestos genéticamente a experimentarlos. No los taremos de serie, sino que hace falta alguna “mala experiencia” para que este se desencadene.
También trata de la forma en que las emociones se ven condicionadas por las experiencias y la forma en que aquellas influyen en los recuerdos. La emoción condiciona la intensidad y el detalle con que se recuerdan los episodios que guardamos en la memoria.
Emociones muy básicasEn la segunda parte, Xurxo Mariño se ocupa de forma pormenorizada de un conjunto de emociones básicas o, incluso, muy básicas. Esa distinción puede parecer ociosa pero quizás no lo sea tanto. Porque resulta, por ejemplo, que una emoción –probablemente la más básica de todas– no ha sido categorizada como tal hasta hace relativamente poco tiempo.
Se trata de la de “búsqueda y anticipación”. En palabras de Xurxo, “es una especie de sistema afectivo que está detrás de los demás y que crea la necesidad de involucrarse activamente en el mundo, esa motivación que pone en marcha el resto de emociones y que promueve la curiosidad y el aprendizaje”. Es posible que la razón por la que esta emoción solo se haya identificado como tal muy recientemente, es el hecho de tener ese carácter tan global.
El libro se ocupa también del deseo sexual, una emoción que, más que básica, algunos consideran primordial y equivalente, en cierto modo, al hambre o la sed, debido a su enorme importancia biológica.
Otras emociones básicas incluidas en el recorrido del autor son la tristeza, el miedo, la alegría y la ira. Y he de advertir que el texto depara alguna sorpresa que otra en ese repaso.
La tercera parte incluye dos asuntos especiales, el primero es el de las emociones en la adolescencia, un aspecto fascinante de nuestra biología. Es la época de la vida en la que pasamos a integrarnos en el grupo social. En ese proceso de integración los y las adolescentes construyen su propia identidad; y lo hacen, precisamente, en el marco de las relaciones que se establecen dentro del grupo. Es una fase especial de la vida, el control de los impulsos es imperfecto, por lo que se asumen más riesgos, y no se valoran de forma correcta las consecuencias de los actos. Y concluye el libro con un capítulo dedicado a estudiar la relación que existe entre la música y las emociones.
Me gusta cómo escribe Xurxo Mariño. Lo hace con claridad, sin sacrificar el rigor científico de lo que cuenta. Tiene un estilo identificable; creo que nada más empezar a leer uno de sus textos identificaría su autoría. Neuronas para la emoción está, además, salpicado de anécdotas, vivencias personales, episodios de la investigación en neurociencia que contribuyen a elaborar un texto muy ameno. Xurxo disfruta jugando con las palabras; por eso abunda en hallazgos lingüísticos y metáforas originales.
Eso sí, me quedo con ganas de saber de otras emociones; las que subyacen a los sentimientos de envidia, de vergüenza, de culpa o de celos tienen que ser apasionantes… Pero es un texto relativamente breve, algo que supongo deliberado, por lo que entiendo que se ha optado por abarcar menos para apretar algo más. Es una opción, por supuesto.
Vaya desde aquí mi enhorabuena y agradecimiento al autor, mi felicitación a la editorial, por el fichaje, y mi recomendación de este libro a todas las personas mínimamente interesadas en los vericuetos de la mente humana.
Ficha:
Título: Neuronas para la emoción. Cómo la neurociencia comienza a descifrar los circuitos de tus emociones.
Autor: Xurxo Mariño
Editorial: Shackleton Books (2023), 206 pp.
En Editoralia personas lectoras, autoras o editoras presentan libros que por su atractivo, novedad o impacto (personal o general) pueden ser de interés o utilidad para los lectores del Cuaderno de Cultura Científica.
Una versión de este texto apareció anteriormente en Lecturas y Conjeturas (Substack).
El artículo Neuronas para las emociones se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Una banda de Moebius de chocolate
En mi última entrada del Cuaderno de Cultura Científica, titulada El toro, la botella de Klein y el plano proyectivo real (I), he iniciado una serie dedicada a la superficie del toro, la botella de Klein y el plano proyectivo real, y a su utilización en el arte contemporáneo. Sin embargo, la entrada en escena de un delicioso postre de chocolate con la forma de una banda de Moebius, de mi amigo el cocinero y escritor donostiarra Xabier Gutiérrez, me obliga a interrumpir esta serie para dedicar esta entrada al mismo.
Escultura Estudio del toro #2 (2023), del artista sudafricano Paul Stein. Fotografía de la página web de Paul SteinMatemáticas gastronómicasDesde la publicación de mi último libro Las matemáticas como herramienta de creación artística (catarata) en marzo de 2023, he estado dándole difusión en las redes sociales y presentándolo en algunas librerías y bibliotecas. Para mi última presentación, hasta la fecha, en la librería Zubieta-TROA (Donostia/San Sebastián) invité a mi amigo Xabier Gutiérrez, para que me acompañara en la misma.
Fotografía, realizada por Iñaki Von Früchte, de la presentación del libro Las matemáticas como herramienta de creación artística (catarata, 2023) en la librería Zubieta-TROA (Donostia/San Sebastián), con el cocinero y escritor Xabier Gutierrez acompañando al autor del libro, Raúl Ibáñez, en la mismaXabier Gutiérrez (1960) es cocinero, escritor y sicólogo. Ha dirigido el departamento de innovación del Restaurante Arzak en San Sebastián desde 1990 hasta 2022, ha escrito y publicado más de 20 libros, tanto de cocina como novelas negras (la tetralogía Los aromas del crimen y su última novela El refugio de las mariposas dentro de lo que se ha bautizado como noir gastronómico), y en su página web podéis encontrar muchísimas recetas sobre sus maravillosas creaciones culinarias.
Xabier y yo formamos parte del equipo que realizó la primera temporada (yo estuve también durante la segunda) del late night show de divulgación científica y humor emitido en el canal de televisión La 2 de RTVE, Orbita Laika, que creó José Antonio Pérez Ledo para la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECyT) y que acaba de cumplir 100 programas (¡Felicidades!). Por cierto, desde 2019 lo presenta el matemático riojano Eduardo Sáenz de Cabezón. Ambos, Xabier y yo, realizamos una sección de videos, la suya era la sección titulada “Ciencia en la cocina”, junto al bioquímico José Manuel López Nicolás, y la mía tenía el nombre de “Una de mates” (los videos de estas secciones los podéis encontrar en la página de RTVE o en YouTube, pero también, todos los videos de “Ciencia en la Cocina” y los videos de la segunda temporada de “Una de mates”, en el Cuaderno de Cultura Científica).
Sin embargo, no llegamos a conocernos entonces. Nos conocimos un año después, en la Feria del Libro de Bilbao, a la que vino a firmar ejemplares de su primera novela negra Los aromas del crimen (Destino, 2015), que yo, aficionado a la novela negra, me compré y le pedí que me firmara.
Yo soy una persona a la que le gustan los “diálogos en la frontera”, por este motivo invitamos a Xabier al curso de verano de la UPV/EHU Cultura con “M” de matemáticas: una visión matemática del arte y la cultura, que organizábamos Pedro Alegría, Marta Macho y yo mismo, para hablar de las matemáticas como herramienta de creación en el arte culinario. Tras la sorpresa inicial, Xabier, que es una persona muy creativa, decidió que no se trataba de hablar de recetas ya conocidas, sino de crear nuevas recetas inspiradas en las matemáticas para ese curso de verano. Para ello le propuso a Mikel Olaizola, entonces alumno en prácticas en el restaurante y en la actualidad profesor del Basque Culinary Center, realizar un Trabajo Fin de Grado sobre este tema, bajo su dirección. Y se pusieron manos a la obra, junto al equipo del Laboratorio del Restaurante Arzak, que dirigía Xabier Gutiérrez. Se crearon platos muy interesantes, inspirados en ideas matemáticas como las proporciones, el tangram, los fractales o las figuras geométricas, algunos de los cuales pudieron comerse en el Restaurante Arzak. Sobre algunos de ellos podéis leer en la entrada Gastronomía y matemáticas del blog de Xabier Gutiérrez.
Una de las creaciones culinarias fruto de este trabajo fue la titulada Percepción de la proporción, que se basaba en la idea del rectángulo áureo. Por una parte, se creó el recipiente, con dos materiales, policarbonato y bambú, cuya forma era la de un rectángulo áureo (véanse las entradas Visitad los museos, también en clave matemática, ¿Es áureo el Aston Martin de James Bond? o Crímenes áureos). Por otra parte, las mousses, de chocolate, de avellana y de coriandro, iban en su interior, que era una pirámide invertida de rectángulos áureos. El plato se completaba con una serie de crocantes triangulares.
Fotografía del recipiente puesto en pie, con forma de rectángulo áureo, para el plato Percepción de la proporción, creado por Xabier Gutiérrez, Mikel Olaizola y el equipo del Laboratorio Arzak. Fotografía de Sara SantosFotografía del plato Percepción de la proporción, con las mousses de chocolate, de avellana y de coriandro en el interior del recipiente y acompañado con los crocantes triangulares, creado por Xabier Gutiérrez, Mikel Olaizola y el equipo del Laboratorio Arzak. Fotografía de Sara SantosOtro de los platos estaba relacionado con los fractales (véanse las entradas Fractus, arte y matemáticas o Guía matemática para el cómic ‘Promethea’). Para crear este fractal, que podéis observar en la siguiente imagen, utilizaron “guisantes lágrima, agua de tomate, xixas (Calocibe gambosa) y albahacas”. Los fractales eran creados delante del cliente que iba a disfrutar después de ese plato.
Fotografía del fractal creado con guisantes lágrima, agua de tomate, xixas (Calocibe gambosa) y albahacas para el plato creado por Xabier Gutiérrez, Mikel Olaizola y el equipo del Laboratorio Arzak. Fotografía de Sara SantosFotografía del momento en el que se está creando el fractal para el plato creado por Xabier Gutiérrez, Mikel Olaizola y el equipo del Laboratorio Arzak. Fotografía de Sara Santos
Fotografía del plato realizado con pequeños fractales para el plato creado por Xabier Gutiérrez, Mikel Olaizola y el equipo del Laboratorio Arzak. Fotografía de Sara Santos
Chocolate desorientado
Pero vayamos al postre que ha motivado esta entrada, cuyo nombre es “chocolate desorientado”, y que se inspira en la banda de Moebius. Podéis leer la receta y la explicación de su creador, Xabier Gutiérrez, en su blog: Chocolate desorientado, el concepto de Moebius en la cocina.
Fotografía del postre Chocolate desorientado, de mi amigo el cocinero Xabier Gutiérrez
Aunque hemos hablado en muchas ocasiones de la banda de Moebius en el Cuaderno de Cultura Científica (por ejemplo, en las entradas Arte Moebius (I), Arte Moebius (II), En busca de la banda de Moebius más corta posible o Dibujando grafos sobre la banda de Moebius) volvamos a explicar, una vez más, qué es y cómo se construye esta superficie tan especial.
Una banda de Moebius es una banda retorcida que podemos construir de forma sencilla de la siguiente forma. Si tomamos una tira de papel y pegamos los extremos se obtiene una banda normal, con dos caras y dos bordes, pero si primero giramos uno de los extremos del papel media vuelta y después juntamos los extremos se obtiene la banda de Moebius, una superficie que solo tiene una cara y un solo borde (como se observa en la siguiente imagen), y propiedades mágicas.
Para preparar su postre, Xabier realizó una banda de Moebius con acetato, que utilizaría para darle la forma adecuada al chocolate. En la siguiente imagen mostramos la banda de Moebius en acetato.
Banda de Moebius realizada por Xabier Gutiérrez con una lámina de acetato de 25 cm por 3 cmLo bonito de la creación de este postre es que, a su creador, el cocinero Xabier Gutiérrez, le vino la inspiración para realizarlo mientras leía mi libro Las matemáticas como herramienta de creación artística, en concreto, el segundo capítulo titulado Topología: la banda de Moebius. Como dice Xabier en la entrada de su blog: “Las ideas salen de los lugares más insospechados”. Es un ejemplo más de lo maravilloso de los “diálogos en la frontera”.
La receta de Xabier GutiérrezEn su blog tenéis la receta para realizar el postre chocolate desorientado, así como una gran cantidad de fotografías para facilitar su comprensión. Aunque, para todas las personas que estéis interesadas en realizar este postre, os facilito aquí su receta.
Ingredientes (chocolate desorientado):
200 g de chocolate de 70%
280 g de puré de mango
200 g de nata líquida
60 g de azúcar.
3 hojas de gelatina
Cacao en polvo
La realización del postre es la siguiente:
“Preparar una lámina de acetato de 25 cm por 3 cm.
Fundir el chocolate a 32 °C. Esparcir sobre la lámina de acetato dando un grosor fino, pero sin pasarse que después se rompen. Dejar reposar unos minutos y cuando esté un poco seco, pero que se pueda manejar, cerrar la banda dando media vuelta a uno de los extremos. Sujetar con dos pinzas y dejar enfriar por lo menos 6 horas. Trascurrido este tiempo retirar con extremo cuidado el acetato y ya tendremos la banda de Moebius de chocolate. Espolvorear con cacao en polvo. Reservar.
Pelar el mango y triturarlo hasta hacerlo puré. Pesar 280 g y calentarlo con una hoja de gelatina previamente remojada en agua muy fría. Remover y dejar templar e ir mezclando con la nata semimontada y el azúcar que hemos preparado aparte. Porcionar en cubitos y dejar enfriar. Puedes congelar y comerlo también como si fuera un sorbete.
Presentar ambas preparaciones. El chocolate y el mango.”
A continuación, se muestran un par de presentaciones del postre incluidas en la entrada de la receta en el blog de Xabier Gutiérrez.
¡Muchas gracias Xabier por tu imaginación, tu sabiduría y tu creatividad artística!
El artículo Una banda de Moebius de chocolate se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Los púlsares imponen un nuevo límite a la materia oscura ultraligera
Con objeto de comprender la materia oscura la comunidad científica está buscando hasta debajo de las piedras hasta que encuentre (o descarte) todos los lugares donde pueda estar escondida. La colaboración European Pulsar Timing Array (EPTA) ha eliminado de la lista un rincón previamente inexplorado de las posibilidades de la fase materia oscura mediante el seguimiento de los púlsares de la Vía Láctea.
Fuente: EPTALos púlsares son estrellas de neutrones que giran rápidamente y emiten hasta varios cientos de destellos electromagnéticos por segundo, como si fueran los tics de un reloj. La regularidad de estos destellos rivaliza con la precisión de los mejores relojes atómicos, lo que convierte a los púlsares en cronómetros cósmicos ideales.
Sin embargo, las distorsiones del espacio-tiempo causadas por las ondas gravitacionales que pasan entre los púlsares y la Tierra afectan a la regularidad de estos tics, permitiendo que una red de púlsares seleccionados pueda actuar como un detector de ondas gravitacionales; un detector del tamaño de una galaxia. La viabilidad de esta técnica se ha demostrado recientemente, capturando la señal de fondo de ondas gravitacionales del Universo utilizando una serie de 67 púlsares de la Vía Láctea.
La colaboración EPTA decidió comprobar la posibilidad de que los púlsares también puedan actuar como detectores de materia oscura. Específicamente, los investigadores buscaron materia oscura ultraligera, la candidata a materia oscura de menos masa, de la que se predice que estaría distribuida de manera no uniforme en toda nuestra galaxia.
Las acumulaciones de partículas crean pozos de potencial gravitacional locales que oscilan en profundidad con un período que depende de las masas de las partículas. Para acumulaciones de materia oscura lo suficientemente grandes, esta oscilación induciría variaciones pequeñas, pero mensurables, en los tiempos de llegada de los pulsos electromagnéticos, imprimiendo un patrón periódico secundario encima de la señal del púlsar.
Al no encontrar un patrón así en los datos de 25 púlsares, la colaboración EPTA ha establecido un límite superior a la posible densidad de materia oscura ultraligera con masas de partículas de 10-24,0 a 10-23,3 eV. Si bien los resultados dejan abierta la posibilidad de que existan partículas de materia oscura ultraligeras de mayor masa en la Vía Láctea, dichas partículas podrían constituir, como máximo, entre el 60% y el 70% de la materia oscura de nuestra galaxia, según el análisis de la colaboración.
Referencia:
Clemente Smarra et al. (European Pulsar Timing Array) (2023) Second Data Release from the European Pulsar Timing Array: Challenging the Ultralight Dark Matter Paradigm Phys. Rev. Lett. 131, 171001 doi: 10.1103/PhysRevLett.131.171001
Sobre el autor: César Tomé López es divulgador científico y editor de Mapping Ignorance
El artículo Los púlsares imponen un nuevo límite a la materia oscura ultraligera se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
La causa de los terremotos marcianos
terremotos marcianos
De todas las misiones que han llegado a la superficie Marte, solo tres han llevado entre su carga científica unos sismómetros: Las Viking Lander 1 y 2 en la década de los 70 y la InSight a finales de la década pasada. Y, desgraciadamente, los datos de las dos primeras podríamos decir que no fueron muy útiles más allá que para descartar una elevada sismicidad global.
Por eso podríamos decir que la primera misión que de verdad nos ha proporcionado una instantánea -sensu lato- de la actividad sísmica en Marte ha sido la InSight durante sus cuatro años de vida, una ventana temporal muy corta, pero que nos ha permitido conocer con más detalle el interior del planeta y testear nuestras hipótesis sobre la actividad geológica del planeta.
A lo largo de los 1440 días de misión, el sismómetro de la InSight detectó más de 1300 terremotos, algunos de origen tectónico y otros causados por los impactos sobre la superficie del planeta. El 4 de mayo de 2022, un evento sísmico de magnitud 4.7 se ponía en la primera posición de los terremotos de mayor magnitud detectados en el planeta.
Este terremoto hizo vibrar, de una manera perceptible para la InSight, la superficie de Marte durante seis horas. Pero, ¿cuál era su origen? Al ver la forma de las ondas sísmicas recogidas por el sismómetro, los científicos pensaron que estas eran similares a las que se observan cuando algo choca con la superficie de Marte. Un nuevo estudio por Fernando et al. (2023) descartan el origen del impacto como causante del evento sísmico.
Sismograma del evento S1222a. Datos cortesía de InSight Mars SEIS Data Service.De haber sido el caso de un impacto, el cráter, a la vista de los datos sísmicos, habría medido en torno a unos 300 metros de diámetro y probablemente levantado parte del polvo que tiñe de rojo la superficie de Marte a más de 100 kilómetros de distancia. Dadas las dimensiones, este era un objetivo relativamente fácil para detectar con las misiones que están en órbita alrededor de Marte y puesto que de los datos sísmicos se puede establecer una posición aproximada, también se sabe dónde apuntar las cámaras.
Y digo relativamente fácil porque hay algunas restricciones para fotografiar la superficie: En primer lugar, que los satélites no pasan todos los días por el mismo punto de la superficie. En segundo lugar, hay que solicitar la toma de las imágenes, que normalmente tienen ya un plan preestablecido, ya que en ocasiones no se toman imágenes de la superficie de una manera continua a causa del espacio de almacenamiento en la propia sonda y el ancho de banda disponible para comunicarse y transferirlas a la Tierra.
Un cráter de impacto muy reciente en Marte, algo que se ve claramente por los rayos de eyecta que salen hacia afuera de este. Su diámetro es aproximadamente de 10 metros. Cortesía de NASA/JPL-Caltech/UArizona.La búsqueda del posible cráter fue infructuosa, pero tampoco se han encontrado pruebas de que hubiese sido una explosión de un pequeño asteroide en la atmósfera -algo parecido al evento de Chelíabinsk-, ya que tampoco se han detectado en las imágenes tomadas alrededor de esa hora la existencia de cualquier tipo de fenómeno atmosférico relacionado, como podrían ser la presencia de algunas nubes.
Un estudio ya publicado en agosto de este mismo año por Maguire et al. (2023) sugería que el evento en realidad tuvo un origen tectónico, es decir, en este caso producido por una falla inversa en el entorno de Elysium Planitia y cerca de fallas ya cartografiadas con anterioridad. Estas fallas se formarían por la contracción térmica del planeta y podrían ser uno de los mecanismos más importantes a la hora de producir los terremotos marcianos. Pero tampoco descarta que el terremoto se hubiese producido en las tierras altas marcianas, y que su mecanismo fuese de falla normal, es decir, extensional.
Aunque pueda parecer una tontería el hecho de discriminar si ha sido un terremoto en el sentido más estricto de la palabra o un impacto, lo cierto es que un impacto nos puede también aportar muchas pistas, ya que mientras que un terremoto podemos localizarlo de una peor manera con tan solo una estación sísmica, un impacto -y más si fuese de esta escala- nos permitiría con una gran precisión saber el punto de origen de las ondas sísmicas y con ello, reconstruir mejor la trayectoria de las ondas hasta el sismómetro.
La estrella de color azul muestra el epicentro del evento sísmico S1222a, y las líneas discontinuas en azul muestran la incertidumbre en la posición, de ahí que pueda estar más al norte o más al sur, cambiando la interpretación del mecanismo. Las líneas negras finas se corresponden con las fallas cartografiadas en la zona. Imagen cortesía de Maguire et al. (2023).No obstante, este tipo de estudios que nos permiten adscribir una causa a los terremotos detectados son fundamentales: si son por impactos, nos permiten hacernos a la idea de lo habituales que son en la superficie de Marte no solo a escala temporal, sino también en que rango de tamaños nos movemos.
Y si es por la actividad sísmica del planeta, no únicamente nos valen para saber cuánto de “vivo” está Marte, sino que también podemos calibrar la peligrosidad sísmica en el planeta… ¿Y para qué sirve esto?
Más allá de la ciencia básica, que es un pilar fundamental del conocimiento, si en algún momento del futuro establecemos bases con presencia humana en Marte, conocer los riesgos a los que nos enfrentamos y cuáles son los sitios más favorables para situarnos probablemente estos estudios jueguen un papel fundamental en las decisiones que tomemos de cara a la seguridad de estas misiones.
Al mismo tiempo, el desarrollo de nuevos algoritmos de análisis de datos sísmicos aplicados a Marte también podría tener su uso en la Tierra mejorando, por lo tanto, nuestras capacidad de aprovechamiento de los datos sísmicos, así como servir para futuras misiones marcianas y a otros lugares -como Venus- que pudiesen en algún momento tener un sismómetro en su superficie.
Referencias:
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Fernando, Benjamin, Ingrid J. Daubar, Constantinos Charalambous, Peter M. Grindrod, Alexander Stott, Abdullah Al Ateqi, Dimitra Atri, et al. «A Tectonic Origin for the Largest Marsquake Observed by InSight». Geophysical Research Letters 50, n.º 20 (28 de octubre de 2023): e2023GL103619. doi: 10.1029/2023GL103619.
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Kawamura, Taichi, John F. Clinton, Géraldine Zenhäusern, Savas Ceylan, Anna C. Horleston, Nikolaj L. Dahmen, Cecilia Duran, et al. «S1222a—The Largest Marsquake Detected by InSight». Geophysical Research Letters 50, n.º 5 (16 de marzo de 2023): e2022GL101543. doi: 10.1029/2022GL101543.
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Maguire, R., V. Lekić, D. Kim, N. Schmerr, J. Li, C. Beghein, Q. Huang, et al. «Focal Mechanism Determination of Event S1222a and Implications for Tectonics Near the Dichotomy Boundary in Southern Elysium Planitia, Mars». Journal of Geophysical Research: Planets 128, n.º 9 (septiembre de 2023): e2023JE007793. doi: 10.1029/2023JE007793.
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InSight Mars SEIS Data Service. SEIS raw data, Insight Mission (2016-2022). IPGP, JPL, CNES, ETHZ, ICL, MPS, ISAE-Supaero, LPG, MFSC. doi: 10.18715/seis.insight.xb_2016
Sobre el autor: Nahúm Méndez Chazarra es geólogo planetario y divulgador científico.
El artículo La causa de los terremotos marcianos se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Moral y mercados
La producción y el comercio de bienes genera a menudo lo que se denominan externalidades negativas, o sea, consecuencias negativas para terceras personas. Entre esas consecuencias, se suelen citar las condiciones laborales peligrosas o insanas, el trabajo infantil, el sufrimiento de animales, o el daño ambiental. Y según algunas interpretaciones, eso ocurre porque, al participar en los mercados, estamos dispuestos a rebajar nuestros estándares morales, dando por buenas situaciones que no aceptaríamos en otros contextos.
Fuente: Ingrid Moen et al (2012) Gene expression in tumor cells and stroma in dsRed 4T1 tumors in eGFP-expressing mice with and without enhanced oxygenation. BMC Cancer. doi:10.1186/1471-2407-12-21Cuando se crían ratones de laboratorio con alguna característica especial (transgénicos, mutantes en algún gen, o cualquier otra) y si, por las razones que fuere, no son después utilizados, se sacrifican. Salvo por el rasgo que los distingue y que es el motivo por el que fueron criados, son ratones normales y sanos. Se sacrifican porque se considera que no hay razón que justifique el gasto que supondría el mantenerlos con vida.
Veremos a continuación los resultados de cinco experimentos, los más significativos de un estudio que comprendía nueve. Los otros cuatro se hicieron principalmente para dilucidar cuestiones colaterales o de índole metodológica que no afectan al núcleo de las conclusiones. No los he incluido por no alargar en exceso esta anotación.
En un primer experimento a los participantes se les dio a elegir: o permitir que uno de esos ratones sobrantes de los estudios científicos viviese el resto de su vida (unos dos años más) en condiciones cómodas y saludables, o recibir 10€ si estaban dispuestos a que el ratón fuese sacrificado. El 46% de los participantes optaron por los 10 €.
En un segundo experimento, en vez de realizar ofertas individuales, se organizaron mercados bilaterales, formados por parejas en las que al vendedor se le encomendaba la vida del ratón y, tras una serie de regateos o negociaciones (se estableció un máximo de diez rondas de oferta y contraoferta), podía acordar con el comprador la forma de repartirse 20€ a cambio de la vida del ratón. Una vez alcanzado un acuerdo, el vendedor recibiría el precio estipulado y el comprador el resto del dinero hasta los 20 €. Si alguno de los dos no aceptaba participar, ninguno recibía nada. En este experimento, el 72% de los vendedores estuvieron dispuestos a que se sacrificase el ratón a cambio de una cantidad igual o inferior a 10 €.
El tercer experimento era igual que el anterior, pero los mercados eran multilaterales, formados por nueve vendedores y siete compradores. También a lo largo de diez rondas podían hacer ofertas unos a los otros; los precios ofertados eran visibles para todos los participantes pues se proyectaban en una pantalla de manera continua. En este experimento el 76% de los vendedores estuvieron dispuestos a que se sacrificase el ratón a cambio de una cantidad igual o inferior a 10 €.
En el cuarto experimento se ofrecieron a los participantes cantidades crecientes de dinero (con incrementos sucesivos de 2,5 €) a cambio de la vida del ratón. El 43% de los participantes estuvieron dispuestos a aceptar cantidades iguales o inferiores a 10 € a cambio de permitir su sacrificio. Adicionalmente, en este experimento se comprobó que para que un 72% de los participantes aceptasen que el ratón fuese sacrificado (porcentaje que aceptó en el experimento N.º 2 cantidades de 10 € o inferiores), la oferta tuvo que llegar a los 47,5 €. Y para que ese porcentaje fuese del 76% (porcentaje que aceptó en el experimento N.º 3 cantidades de 10 € o inferiores), la oferta debía llegar a 50 €.
En el quinto experimento se reprodujo el N.º 3, solo que en este no era la vida del ratón la que estaba en juego, sino un cupón para adquirir bienes en la tienda de la universidad. Esto es, lo que estaba en juego no era un valor moral, sino un valor material. Este experimento permitió comprobar que mientras la vida del ratón iba perdiendo valor de una ronda a la siguiente (de las 10 en las que se regateaba), el valor del cupón se mantuvo constante. La vida del ratón empezó valiendo 6’4 € y acabó en 4,5 €.
Llegados a este punto habrá quien objete que el comportamiento de las personas dependería mucho de su situación económica particular. Y seguramente así es, pero en estos experimentos, las personas que participan se encuentran en situaciones similares, por lo que ese posible efecto está descartado a priori.
Otros objetarán que la vida de un ratón no tiene ningún valor en términos morales. Pero tanto si la tiene como si no, lo que se hace en estos experimentos es comparar. En principio cabe suponer que la consideración moral de la muerte o el mantenimiento con vida de un ratón es algo que no debería variar entre unas condiciones experimentales y otras. O sea, si la vida de un ratón es o no un bien moral que debe preservarse, no debería depender de que la persona concernida actúe en privado o lo haga en un mercado.
Sin embargo, estos resultados confirman que, al menos bajo las condiciones utilizadas en este trabajo y por comparación con las decisiones que se toman en la esfera individual, el mercado tiende a erosionar valores morales. Los autores del trabajo proponen que hay tres tipos de razones para que esa erosión ocurra. En primer lugar, para cerrar un trato, en los mercados se requiere el concurso de, al menos, dos personas, por lo que la responsabilidad y los posibles sentimientos de culpa se pueden compartir y, por lo tanto, pueden perder intensidad. En segundo lugar, la interacción en el mercado proporciona información acerca de las normas que prevalecen en la sociedad. Al fin y al cabo, el observar a otros comerciar e ignorar los estándares morales puede hacer que la búsqueda en exclusiva del interés propio se considere éticamente permisible. Y en tercer lugar, los mercados hacen que se ponga el foco en aspectos tales como el regateo, la negociación y la competencia, lo que puede distraer la atención de las posibles consecuencias adversas y de las implicaciones morales del comercio.
Así pues, si estas conclusiones son extrapolables al mundo real, al de la producción e intercambios de bienes y servicios en la vida real, sería cierto que el mercado, por comparación con las acciones individuales, rebaja los estándares morales.
Referencia
Armin Falk, Nora Szech, Morals and Markets. Science 340, 707-711 (2013). DOI:10.1126/science.1231566
Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU
El artículo Moral y mercados se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
¡Ups! La fusión fría
fusión fría
En la práctica científica también existe lo que se denomina «ciencia patológica». Es aquella que se realiza por personas que creen que lo están haciendo bien, pero que se están autoengañando. Un ejemplo de ello es el ocurrido el 23 de marzo de 1989, cuando los estadounidenses Stanley Pons y Martin Fleischmann, en una rueda de prensa anunciaron que habían conseguido reacciones nucleares de fusión a temperatura ambiente («fusión fría») después de años trabajando en ello en secreto. El anuncio dio la vuelta al mundo. Aquel invento podía solucionar los problemas energéticos del mundo entero, de manera económica y sostenible. Pero cuando científicos de todo el mundo se pusieron a replicar el experimento, ni uno solo obtuvo una fusión nuclear.
Los vídeos de ¡UPS¡ presentan de forma breve y amena errores de la nuestra historia científica y tecnológica. Los vídeos, realizados para la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU, se han emitido en el programa de ciencia Órbita Laika (@orbitalaika_tve), en la 2 de RTVE.
Producción ejecutiva: Blanca Baena
Guion: José Antonio Pérez Ledo
Grafismo: Cristina Serrano
Música: Israel Santamaría
Producción: Olatz Vitorica
Doblaje: K 2000
Locución: José Antonio Pérez Ledo
Edición realizada por César Tomé López
El artículo ¡Ups! La fusión fría se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
El Imperio romano en el que (se supone) piensan los hombres
Imperio romano
Foto: Ilona Frey / UnsplashPienso a diario en el Imperio romano. Puede que algún día concreto haya conseguido no hacerlo, pero temo que haya sido una extraña excepción. Conozco, además, a un número considerable de mujeres que también piensan en ello, probablemente tan a menudo o más.
Esto no trata de ser un alegato machirulo con la típica coletilla de “ellas también lo hacen…”. Hay una explicación más simple: como historiador de la Antigüedad he tenido la oportunidad de conocer a un buen número de historiadoras, clasicistas, arqueólogas, investigadoras y divulgadoras expertas en la antigua Roma. Si algo sabemos quienes nos dedicamos a reflexionar sobre ello a nivel profesional es que se trata de uno de los periodos históricos que más interés suscita entre las sociedades occidentales.
Viralidad romana en TikTokCuando hace un año la influencer sueca Saskia Cort planteaba en Instagram la pregunta “¿qué comen y en qué piensan los hombres heterosexuales?” no podía imaginar que doce meses después desembocaría en una tendencia viral de TikTok de alcance global.
Una de sus seguidoras dio una respuesta ciertamente inesperada: “Le pregunté a mi novio. Dice que o piensa en nada o piensa en el Imperio romano”. El tema tuvo cierto tirón en redes y medios suecos en septiembre de 2022, pero no alcanzaría el impacto global hasta después del pasado agosto.
Entonces, el recreacionista sueco “Gaius Flavius” publicó un vídeo en el que podía leerse en inglés: “Señoras, muchas de ustedes no se dan cuenta de la frecuencia con la que los hombres piensan en el Imperio romano. Pregunten a su marido/novio/padre/hermano: ¡les sorprenderán sus respuestas!”.
Con el paso de los días TikTok se convirtió en un hervidero de vídeos de mujeres preguntando a sus allegados varones por la cuestión. Las sorprendentes respuestas que daban acabaron por convertir la etiqueta #RomanEmpire en la tendencia del momento.
Tras publicarse la noticia en The Washington Post, replicada por medios diversos como Time, Cosmopolitan o Financial Times, y con la participación “estelar” de Elon Musk admitiendo pensar cada día en el Imperio romano, la polémica ha sido vox populi durante la segunda quincena de septiembre.
Viñetas, reels, memes y vídeos parodiando la cuestión o ganchos publicitarios han inundado las redes. El fenómeno se ha generalizado de tal manera que “este es mi Imperio romano” se ha convertido en una expresión común y reconocible para señalar algo en lo que se piensa de forma constante.
La Antigüedad hoy en díaEsta frenética tendencia puede parecer una moda banal y pasajera (y en buena medida así es), pero al mismo tiempo es un material de trabajo muy interesante desde el punto de vista de los estudios de género y de recepción de la Antigüedad.
Estos últimos son una de las líneas más actuales e innovadoras de investigación dentro de las denominadas Ciencias de la Antigüedad. Actualmente ya no solo investigamos para entender e interpretar ese pasado a partir de los restos conservados (textos, restos arqueológicos, etc.). También hemos comenzado a prestar una atención considerable a cómo y por qué las sociedades “postclásicas”, desde la Edad Media hasta el presente, han imaginado, recreado y reinventado la Antigüedad.
Fotograma de la serie Roma de HBO.HBO
Proyectos de investigación como ANIHO, ANTIMO, IMAGINES o Marginalia Classica se están dedicando a analizar el impacto que han tenido y siguen teniendo en nuestra percepción del pasado romano medios como la pintura histórica, la ópera, las novelas, el cine y la televisión, el cómic o los videojuegos. En este ejercicio de reflexión está la clave para comprender esta polémica y las dinámicas de las redes sociales son sin duda un novedoso objeto de estudio.
En concreto, películas tan influyentes como Gladiator, y series como Roma o Spartacus han popularizado una imagen de la antigua Roma totalmente estereotipada y reduccionista.
La guerra es un elemento central y omnipresente en esas producciones, junto con los espectáculos violentos como las luchas de gladiadores. No es casualidad que buena parte de las noticias sobre la tendencia viral hayan sido ilustradas con imágenes de estos filmes. El legionario y el gladiador son las dos figuras más icónicas y el merchandising turístico y las tiendas de souvenires en la Roma actual confirmarían esta percepción popular. Asimismo, el poder desmedido de los emperadores, la corrupción o las orgías serían otros de los grandes tópicos sobre ese periodo histórico.
¿Era Roma tan masculina como creemos?La polémica ha permitido a historiadoras como Mary Beard, Patricia González Gutiérrez, Casey Haughin-Scasny o Paloma Martín-Esperanza, entre otras, exponer algunas de las razones profundas que se esconden detrás de una idea “hipermasculinizada” de la Antigüedad romana y del afán por imaginar ese pasado como un espacio seguro de la machoesfera.
Por un lado, todas coinciden en la importancia de medios populares como el cine en la conformación de esta imagen. Por otro, subrayan que, si bien Roma era una sociedad eminentemente patriarcal, fue igualmente una sociedad en constante evolución, compleja y diversa, con unos parámetros sobre el género, la sexualidad o las dinámicas de poder que no serían tan familiares ni monolíticos como se ha podido pensar. El arqueólogo y divulgador Mikel Herrán resumía está idea de una forma muy directa y accesible: “ese Imperio romano en el que piensan los bros es una versión muy limitada de lo que fue la antigua Roma”.
Coinciden igualmente en que esta imagen prototípica es solo la forma actual de una larga “cadena de recepciones”. Es decir, hunde sus raíces en toda una serie de momentos de la historia en los que diversas sociedades han puesto sus ojos en el pasado romano en busca de inspiración, con afán de emular su supuesta grandeza y sus logros civilizatorios, pero también para encontrar precedentes a los males de su tiempo.
Se ha hablado de momentos clave como el Renacimiento, la Ilustración, el fascismo italiano o el “Imperio estadounidense”, pero lo cierto es que mirar a la antigua Roma como espejo del presente puede rastrearse prácticamente a lo largo de toda la historia de Occidente. También en contextos trascendentales tan recientes como la crisis del coronavirus, el asalto al Capitolio en enero de 2021 o la guerra entre Rusia y Ucrania.
Un aspecto central en los estudios de recepción es atender al contexto socio-cultural y político que explique un determinado acercamiento a la Antigüedad. En el caso de la tendencia actual nos encontramos ante unas sociedades occidentales que observan el declive de su hegemonía en un mundo globalizado y cada vez más multipolar. Una sociedad en la que la lucha feminista transinclusiva ha logrado avances considerables en los últimos años, mientras que la reacción machista está siendo visceral.
En este sentido, un debate sexista del estilo “pensamientos de hombres vs. pensamientos de mujeres” simplificaría la compleja diversidad que plantean las cuestiones de género. Este es el caldo de cultivo para apelar a una idea nostálgica de un supuesto pasado glorioso, un mundo clásico como cuna de Occidente, en el que los hombres (blancos y heterosexuales) eran machos alfa y las mujeres no cuestionaban su papel en la sociedad. Una apropiación interesada del pasado que la extrema derecha de muchos países, aunque no en exclusiva, está explotando con asiduidad.
No sabemos cuál será la próxima “gran polémica” en la que la antigua Roma volverá a estar en el centro de la atención mediática. Creo no equivocarme si auguro dos certezas. En primer lugar, no será la última. Y en segundo, independientemente de la forma que adopte, dirá más sobre nuestras inquietudes del presente que sobre las complejas realidades del pasado.
Sobre el autor: Oskar Aguado-Cantabrana, Investigador posdoctoral Departamento de Estudios Clásicos, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Artículo original.
El artículo El Imperio romano en el que (se supone) piensan los hombres se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
¿Géiser urbano?
En situaciones de lluvias muy intensas o tormentas con abundantes descargas de agua en breves periodos de tiempo sobre zonas urbanas, donde los sistemas de alcantarillado ya no pueden recibir más volumen de agua o, incluso, se rompen las canalizaciones y el agua sale a presión a superficie como un gran chorro sobre las aceras o el asfalto, la primera frase que nos viene a la mente a todo el mundo es “se ha formado un géiser en mitad de la ciudad”. Pero, ¿realmente esto es un géiser? Pues, como en otras ocasiones, vengo aquí con el manual de Geología debajo del brazo para desmentir esta afirmación.
Salida de agua caliente a presión en el géiser Old Faithful del Parque Nacional de Yellowstone, Estados Unidos. Fotografía de Jacob W. Frank, National Park Service, tomada de www.usgs.govEn pocas palabras, un géiser es una abertura del terreno por la que surge un chorro de aguas subterráneas en estado líquido a mucha presión y muy calientes, con una temperatura cercana al punto de ebullición, así que también es frecuente que se produzca la salida de agua en estado gaseoso (vapor). El foco de calor que provoca este calentamiento del agua es una cámara magmática situada en el subsuelo a poca profundidad, por lo que los géiser aparecen en zonas volcánicas. Su funcionamiento es sencillo: el agua subterránea circula por el subsuelo pasando cerca de una cámara magmática que va a provocar que aumente su temperatura; esta agua caliente, al disminuir su densidad, va a tender a ascender hacia la superficie; cuando encuentra una chimenea o tubo volcánico, es decir, una especie de tubería cilíndrica formada por la erupción de antiguos magnas que tenga salida al exterior, el agua caliente circulará por ella con mucha presión y velocidad; finalmente, esa agua saldrá a la superficie en forma de una enorme surgencia o chorro que puede alcanzar varios metros de altura. Como curiosidad final, decir que géiser procede de la palabra islandesa geysa, que significa emanar, y que da nombre a una de estas surgencias de agua caliente, la fuente Geysir, que se encuentra en el Valle de Haukadalur, al sur de Islandia.
Piscina de aguas termales del balneario de Solares, Cantabria. Imagen tomada de Castilla termalLos géiseres no son los únicos eventos geológicos por los que se produce la salida de aguas subterráneas calientes al exterior. De hecho, las más comunes son las fuentes, surgencias o manantiales de aguas termales. En este caso, no es necesaria la presencia de una fuente de calor, como una cámara magmática, para elevar la temperatura del agua subterránea, sino que este calentamiento se produce debido al gradiente geotérmico. Con este término se conoce a una propiedad de nuestro planeta por la cual, a medida que aumentamos en profundidad en el interior de la Tierra, se incrementa la temperatura, en un promedio de unos 30 °C cada kilómetro. Por este motivo, las aguas subterráneas que circulan a cierta profundidad se calentarán de forma natural, saliendo al exterior en esta ocasión a través de fracturas del terreno. Para que un agua se considere termal, su temperatura tiene que ser de entre 10 °C y 15 °C superior a la de otras surgencias de agua superficial que haya en esa zona y que no se hayan calentado en profundidad. Es decir, que si tenemos varias fuentes de agua en un lugar que salen al exterior a 10 °C, para que una de ellas fuese considerada un agua termal debería hacerlo, al menos, a 20-25°C. En nuestras latitudes, las surgencias termales suelen alcanzar los 30-40 °C de temperatura, por lo que han sido empleadas desde la antigüedad como aguas medicinales mediante el baño en termas y balnearios.
Fumarolas del volcán Tajogaite durante su erupción a finales de 2021 estudiadas sobre el terreno por personal del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC)De manera general, existe un último tipo de surgencias de aguas termales que son las fumarolas. En este caso volvemos a encontrarnos en un ambiente volcánico con cámaras magmáticas como focos caloríficos, pero, en esta ocasión, las aguas subterráneas alcanzan una temperatura superior al punto de fusión, debido a lo cual lo que sale al exterior a través de los tubos volcánicos es vapor de agua, muchas veces acompañado de otros gases formados por la actividad magmática. Estas fumarolas no sólo se producen en tierra firme, también aparecen en los fondos oceánicos debido a la actividad volcánica submarina. Entonces las denominamos fumarolas o chimeneas hidrotermales y son muy comunes en áreas profundas de los océanos cercanas a zonas tectónicamente activas como las dorsales oceánicas.
Chimeneas hidrotermales en los fondos marinos del Pacífico, en la fosa de las Marianas, grabadas durante una exploración oceanográfica de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos de América (National Oceanic and Atmospheric Administration, NOAA)La importancia de estas fuentes de aguas termales no solo radica en su curiosidad científica que nos permite conocer, de manera indirecta, el comportamiento interno de nuestro planeta o en su llamativa belleza, en especial la de los géiser, que puede fomentar el turismo en las zonas donde se producen, sino también en sus aplicaciones directas para la sociedad. Ya he comentado el aprovechamiento de estas surgencias como aguas medicinales en termas o balnearios, pero no es la única. La más importante es la utilización de estas aguas termales de zonas volcánicas como generadoras de energía geotérmica, una nueva fuente de energía sostenible, renovable y siempre disponible basada en el aprovechamiento del calor interno del planeta para generar electricidad utilizando fluidos calientes que circulen por turbinas.
Otra aplicación muy interesante es la búsqueda de zonas de surgencias hidrotermales como posibles fuentes de recursos minerales críticos para el desarrollo tecnológico actual. El agua subterránea caliente es capaz de capturar los elementos químicos presentes en las rocas por las que circula en profundidad, transportándolos en disolución. Cuando estas aguas salen al exterior, ya sea en tierra firme o en los fondos marinos, al disminuir su temperatura bruscamente pierden esa capacidad de transportar elementos, provocando su precipitación en zonas cercanas a donde se producen las surgencias. Así se generan acumulaciones de minerales ricos en calcio, silicio, cobre, hierro, azufre, manganeso y un largo etcétera, incluidas las tierras raras. Además, estas zonas tienen un importante interés biológico, ya que suelen ser el hábitat perfecto para el desarrollo de organismos extremófilos, principalmente de los tipos termófilos y quimiosintéticos, lo que ha llevado a considerar las fuentes hidrotermales submarinas como uno de los posibles escenarios en los que surgió la vida en nuestro planeta.
Así que, la próxima vez que veamos saltar la tapa de una alcantarilla en la calle y salir un enorme chorro de agua, mejor decimos “se ha formado una bonita surgencia de agua a presión en mitad de la ciudad” ahorrándonos llamarla géiser. Salvo que estemos en una localidad con actividad volcánica subterránea y esa agua expulsada tenga una temperatura cercana a los 100°C, donde ya tendríamos que discutir si es un evento natural o si se ha reventado una tubería de agua caliente.
Sobre la autora: Blanca María Martínez es doctora en geología, investigadora de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y colaboradora externa del departamento de Geología de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU
El artículo ¿Géiser urbano? se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Évariste Galois, el ‘Rimbaud’ de las matemáticas
Évariste Galois (1811-1832) nació un 25 de octubre, hace 212 años. Le rendimos homenaje a través del siguiente retrato alfabético escrito solo con veinte letras, aludiendo a los años que tenía el matemático cuando falleció.
Évariste Galois hacia 1826. Fuente: Wikimedia Commons.
Álgebra
Galois fue el primero en usar la palabra groupe (grupo) en un sentido cercano al actual. Por ello se le considera uno de los fundadores de la rama del álgebra conocida como teoría de grupos.
Billette, Geneviève
La dramaturga Geneviève Billette estrenó en 2011 su obra Contre le temps (Contra el tiempo), precisamente en el año en el que se conmemoraba el centenario del nacimiento de Évariste Galois. Puede leerse una breve reseña en este mismo blog.
Clase de álgebra
Falto de recursos, Galois ofertó un curso público de álgebra superior el 13 de enero de 1831. Lo anunciaba de esta manera:
Ce cours aura lieu tous les jeudis, à une heure et quart ; il est destiné aux jeunes gens qui, sentant combien est incomplète l’étude de l’algèbre dans les collèges, désirent approfondir cette science. Le cours se composera de théories dont quelques-unes sont neuves et dont aucune n’a jamais été exposée dans les cours publics. [Este curso tendrá lugar todos los jueves, a la una y cuarto; está destinado a jóvenes que, sintiendo lo incompleto que resulta el estudio del álgebra en la universidad, deseen profundizar en esta ciencia. El curso constará de teorías, algunas de las cuales son nuevas y ninguna de las cuales ha sido presentada en cursos públicos].
La primera lección reunió a una treintena personas interesadas; el curso duró unas pocas sesiones.
Duelo
Galois falleció el 31 de mayo de 1832. El día anterior, a primera hora de la mañana, el matemático fue alcanzado por una bala en un duelo de pistolas eventualmente provocado por una breve aventura amorosa.
Ecuación (algebraica)
Galois demostró que la solución algebraica de una ecuación polinómica está relacionada con la estructura de un grupo de permutaciones asociado a las raíces del polinomio, el grupo de Galois de dicho polinomio.
Fourier, Joseph
Galois redactó los resultados de su investigación y los presentó en febrero de 1830 a la Académie des sciences para optar al gran premio de matemáticas. Joseph Fourier, Secretario Permanente de Matemáticas, se llevó el manuscrito a casa para examinarlo. Pero falleció el 16 de mayo y el manuscrito se perdió. Niels Henrik Abel (a título póstumo) y Carl Gustav Jakob Jacobi se llevaron el premio ese año.
Gérard (de Nerval)
El poeta Gérard de Nerval (1808-1855) estuvo brevemente encarcelado en la prisión de Sainte-Pélagie junto a algunos de sus colegas del grupo Bouzingo al ser tomados por conspiradores durante una manifestación. Fue encarcelado en febrero de 1832 y puesto en libertad a principios de abril de 1832.
El 14 de julio de 1831, Galois fue detenido durante una manifestación contra el recién coronado Luis Felipe I y encarcelado en la prisión de Sainte-Pélagie hasta el 29 de abril de 1832.
Así, Nerval y Galois coincidieron durante un tiempo en este centro penitenciario. En Mes Prisons (1841), el escritor hablaba de su salida de la cárcel:
Il était cinq heures. L’un des convives me reconduisit jusqu’à la porte, et m’embrassa, me promettant de venir me voir en sortant de prison. Il avait, lui, deux ou trois mois à faire encore. C’était le malheureux Gallois, que je ne revis plus, car il fut tué en duel le lendemain de sa mise en liberté. [Eran las cinco. Uno de los comensales me acompañó hasta la puerta, y me abrazó, prometiéndome venir a visitarme al salir de la cárcel. A él le quedaban dos o tres meses por cumplir aún. Es al desdichado Galois al que no volví a ver, ya que murió en un duelo al día siguiente de su puesta en libertad].
Humor
Con un fino sentido del humor, el 1 de abril de 2011, Aurélien Alvarez y Michèle Audin publicaron en el sitio Images des mathématiques el artículo titulado Il y a cent quarante ans : la mort de Galois (Hace ciento cuarenta años: la muerte de Galois). En él explicaban que, el día 3 de abril de 1871, Galois salía de su casa tras haber finalizado la demostración de un teorema, y caía abatido por una bala durante las revueltas de la Comuna de París. Galois fallecía así con 60 años. Por supuesto, se trataba de una broma para celebrar Le Poisson d’Avril.
Integrales (abelianas)
Galois realizó algunas contribuciones a la teoría de integrales abelianas y las fracciones continuas.
Je (n’ai pas le temps)
Intuyendo su muerte, el 29 de marzo de 1832, Galois escribió una carta a su amigo Auguste Chevalier. En ella intentaba transmitir un resumen de su trabajo científico. Ese testamento en forma de carta terminaba así:
… je n’ai pas le temps et mes idées ne sont pas encore bien développées sur ce terrain qui est immense. [… no tengo tiempo y mis ideas no están aún bien desarrolladas en este terreno que es inmenso].
Última página de la carta de Galois a Auguste Chevalier. Fuente: Wikimedia Commons.
Liouville, Joseph
El 4 de septiembre de 1843 Joseph Liouville anunció a la Académie des sciences que acababa de encontrar en los trabajos de Galois transmitidos por Auguste Chevalier (ver [J]) una solución tan exacta como profunda al problema de la resolución de ecuaciones por radicales.
Memoria
El académico Siméon Denis Poisson aconsejó a Galois que escribiera una nueva versión de la memoria presentada (y perdida) a Fourier en 1930 [ver F]. El 4 de julio de 1931, Poisson y Sylvestre François Lacroix publicaron su informe:
… Nous avons fait tous nos efforts pour comprendre la démonstration de Galois. Ses raisonnements ne sont ni assez clairs ni assez développés pour que nous ayons pu juger de leur exactitude… On peut attendre que l’auteur ait publié en entier son travail pour se former une opinion définitive… ; pour le moment nous ne pouvons pas vous proposer d’y donner votre approbation. [… Hemos hecho todo lo posible para comprender la demostración de Galois. Su razonamiento no es lo suficientemente claro ni lo suficientemente desarrollado para que podamos juzgar su exactitud… Podemos esperar hasta que el autor haya publicado su obra íntegramente para formarnos una opinión definitiva…; Por el momento no podemos ofrecerle su aprobación].
No llores…
Ne pleure pas, j’ai besoin de tout mon courage pour mourir à vingt ans. [No llores, necesito todo mi coraje para morir a los veinte años].
Estas fueron las palabras que le dijo a su hermano menor Alfred poco antes de fallecer.
Fue enterrado en la fosa común del cementerio de Montparnasse el 2 de junio de 1832, sin su familia presente.
Oculta (cara)
Galois es el nombre de un gran cráter de impacto situado en la cara oculta de la Luna.
Profesores
El 2 de enero de 1831, en la Gazette des écoles, se publicó una carta de Galois titulada Sur l’enseignement des sciences, sous-titrée Des professeurs. Des ouvrages. Des examinateurs [Sobre la enseñanza de las ciencias, subtitulada Profesores. Libros. Examinadores]. En ella el matemático denunciaba la mediocridad de la enseñanza a los estudiantes:
Quand leur laissera-t-on du temps pour méditer cet amas de connaissances… pourquoi les examinateurs ne posent-ils les questions aux candidats que d’une manière entortillée ? Il semblerait qu’ils craignissent d’être compris de ceux qu’ils interrogent… Croit-on donc la science trop facile ? [¿Cuándo se les dejará tiempo para meditar sobre este montón de conocimientos?… ¿por qué los examinadores sólo hacen preguntas a los candidatos de manera enredada? Parece que temen ser comprendidos por aquellos a quienes examinan… ¿Creemos por lo tanto que la ciencia es demasiado fácil?].
Richard, Louis Paul Emile
El profesor Louis Paul Émile Richard (1795-1849) enseñó matemáticas en diferentes centros, ganándose una gran reputación por sus cursos y por la buena tasa de éxito de sus estudiantes en el examen de ingreso en la prestigiosa École polytechnique. Galois fue uno de sus alumnos durante el curso 1828-1829. Richard dijo de él a finales de 1828, en uno de sus informes trimestrales:
Cet élève a une supériorité marquée sur tous ses condisciples. [Este estudiante posee una marcada superioridad sobre todos sus compañeros de clase].
Société des Amis du Peuple
El 10 de noviembre de 1830 Galois ingresó en la asociación republicana Société des Amis du Peuple.
Teoría (de Galois)
La teoría de Galois relaciona la teoría de cuerpos con la teoría de grupos.
Veintiséis
Galois nació tal día como hoy hace 212 años. Además, 212 es la suma de los 26 primeros valores de la función φ de Euler.
Weil, Hermann
Hermann Weyl dijo sobre la carta de Galois a su amigo Auguste Chevalier (ver [J]):
This letter, if judged by the novelty and profundity of ideas it contains, is perhaps the most substantial piece of writing in the whole literature of mankind. [Esta carta, si se juzga por la novedad y profundidad de las ideas que contiene, es quizás el escrito más sustancial de toda la literatura de la humanidad].
Referencias
- J.-P. Escofier, Biographie d’Évariste Galois, Bicentenaire de la naissance d’Évariste Galois, IHP
- John J. O’Connor and Edmund F. Robertson, Évariste Galois, MacTutor History of Mathematics Archive, University of St Andrews
- Évariste Galois, Wikipedia
Sobre la autora: Marta Macho Stadler es profesora de Topología en el Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU, y colaboradora asidua en ZTFNews, el blog de la Facultad de Ciencia y Tecnología de esta universidad
El artículo Évariste Galois, el ‘Rimbaud’ de las matemáticas se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Estas células generan electricidad en el encéfalo. No son neuronas.
Durante décadas los investigadores han debatido si las células encefálicas llamadas astrocitos pueden emitir señales como las neuronas. Se ha publicado recientemente la mejor evidencia hasta el momento de que algunos astrocitos son parte de la conversación eléctrica.
Un artículo de Laura Dattaro. Historia original reimpresa con permiso de Quanta Magazine, una publicación editorialmente independiente respaldada por la Fundación Simons.
Nuevas pruebas sugieren que algunos astrocitos pueden estimular señales eléctricas tal como lo hacen las neuronas. Fuente: : Alliance Européenne Dana pour le Cerveau / Wikimedia CommonsUn encéfalo no es nada si no es comunicativo. Las neuronas son las parlanchinas de este órgano conversacional y se comunican entre sí intercambiando pulsos de electricidad utilizando mensajeros químicos llamados neurotransmisores. Al repetir este proceso miles de millones de veces por segundo, el cerebro convierte grupos de sustancias químicas en acciones coordinadas, recuerdos y pensamientos.
Los investigadores estudian cómo funciona el cerebro poniendo la oreja en esa conversación química. Pero las neuronas hablan tan alto y con tanta frecuencia que si hay otras voces más bajas puede resultar difícil escucharlas.
Durante la mayor parte del siglo XX, los neurocientíficos coincidieron en gran medida en que las neuronas son las únicas células encefálicas que propagan señales eléctricas. Se pensaba que todas las demás células encefálicas, llamadas glía, cumplían funciones puramente de apoyo. Entonces, en 1990, surgió un fenómeno curioso: los investigadores observaron un astrocito, un subtipo de célula glíal, que respondía al glutamato, el principal neurotransmisor que genera actividad eléctrica.
En las décadas posteriores, los equipos de investigación han presentado pruebas contradictorias: algunos informando que los astrocitos envían señales y otros replicando que definitivamente no lo hacen. El desacuerdo se manifestó en conferencias y en una revisión tras otra de la evidencia. Las dos partes parecían irreconciliables.
Un nuevo artículo publicado en Nature en septiembre presenta la mejor prueba hasta ahora de que los astrocitos pueden emitir señales, recopilada durante ocho años por un equipo codirigido por Andrea Volterra, profesor visitante en el Centro Wyss de Bio y Neuro Ingeniería en Ginebra, Suiza. El estudio incluye dos pruebas clave: imágenes de glutamato fluyendo desde los astrocitos y datos genéticos que sugieren que estas células, denominadas astrocitos glutamatérgicos, tienen la maquinaria celular para utilizar el glutamato como lo hacen las neuronas.
El artículo también ayuda a explicar las décadas de hallazgos contradictorios. Debido a que sólo algunos astrocitos pueden realizar esta señalización, ambos lados de la controversia tienen, en cierto sentido, razón: los resultados de un investigador dependen de qué astrocitos muestrea.
«Este estudio es genial porque proporciona una explicación de por qué ambos conjuntos de datos existían y eran contradictorios», comenta Christopher Dulla, profesor de neurociencia en la Universidad Tufts que estudia la señalización astrocítica y que no ha participado en el nuevo trabajo. «Tiendo a comprarlo».
El descubrimiento abre la posibilidad de que algunos astrocitos formen una parte esencial de los circuitos del encéfalo. «Cada vez llegamos más a la idea de que todos los tipos de células participan en el funcionamiento del encéfalo», afirma Volterra. «Está mucho más integrado de lo que se pensaba antes».
Una red comunicativaEl nombre generalista «glía» (de la palabra griega que significa «pegamento») para todas las células encefálicas que no son neuronas, como los astrocitos, transmite la opinión inicial de los científicos de que su objetivo principal era mantener unidas a las neuronas. Sin embargo, desde la primera descripción de los astrocitos en 1865, los investigadores han descubierto que pueden hacer mucho más. De entrada tienen receptores de glutamato, que utilizan para detectar y limpiar el exceso de neurotransmisores en los espacios alrededor de las neuronas.
Lo que ha estado menos claro es si pueden utilizar el glutamato para generar una señal eléctrica por sí mismas. En 1994, los investigadores estimularon astrocitos en una placa y observaron que las neuronas cercanas parecían responder preparándose para enviar una señal. Y en 1997 Volterra y sus colegas observaron la inversa: los astrocitos de rata respondían a las llamadas de las neuronas con ondas oscilantes de la molécula de señalización calcio. Entre 2000 y 2012, los investigadores publicaron más de 100 artículos que presentaban evidencia a favor de la capacidad de los astrocitos para comunicarse a través de sinapsis.
Más de 25 años después de observar por primera vez los astrocitos respondiendo a señales en una placa, el neurocientífico Andrea Volterra del Centro Wyss de Bio y Neuro Ingeniería en Ginebra, Suiza, ha regresado con nueva evidencia de que algunos astrocitos participan activamente en la conversación eléctrica del encéfalo. Foto cortesía de Andrea VolterraPero otros cuestionaron cómo se había reunido e interpretado esa evidencia. En 2014, por ejemplo, los investigadores descubrieron que un modelo de ratón clave tenía fallos, lo que generó dudas acerca de los estudios anteriores que habían utilizado esos ratones.
Mientras tanto, la consideración de los astrocitos estaba evolucionando y los científicos comenzaban a considerarlos participantes activos en el procesamiento de la información por el encéfalo. Mientras que las neuronas y sus dendritas ramificadas a menudo se representan como árboles, los astrocitos se parecen más a un hongo, que forma una alfombra densamente tejida que cubre el encéfalo y comparte información entre sus partes constituyentes. De esta manera, los astrocitos parecen formar una red coordinada que influye en la actividad neuronal. Por ejemplo, en 2016, mientras realizaba una investigación neurocientífica en la Universidad de California en San Francisco, Kira Poskanzer descubrió que los astrocitos de ratón pueden hacer que las neuronas cercanas entren en un estado de sueño rítmico al regular el glutamato.
«Es menos una célula individual que hace lo suyo y más como parte de un equipo completo de células que trabajan juntas», afirma Poskanzer, ahora en la startup de biotecnología Arcadia Science.
Sin embargo, existe una diferencia entre absorber glutamato y realmente generar señales. Volterra creía que algunos astrocitos eran capaces de hacer esto último. Pero para demostrarlo necesitaba evidencia de que los astrocitos pueden enviar señales y tener las herramientas adecuadas para hacerlo de manera relevante y significativa.
Una nueva clase de células encefálicasVolterra aprovechó un nuevo enfoque para estudiar el encéfalo: la secuenciación de ARN unicelular, que toma una instantánea del conjunto completo de genes activos en las células individuales de todo un tejido. Revisando ocho bases de datos de células del hipocampo de ratón, identificó nueve grupos de astrocitos que se distinguen por su actividad genética. Los astrocitos en uno, y solo uno, de los grupos transcribían proteínas que se sabe que están involucradas en el almacenamiento, liberación y transporte de neurotransmisores mediante vesículas, como ocurre en las neuronas. Las células no estaban distribuidas uniformemente en toda esta parte del encéfalo, ni siquiera en circuitos específicos.
Para ver si las personas tienen estas células, Volterra y su equipo buscaron en tres bases de datos de células del hipocampo humano las mismas firmas de proteínas que habían visto en los astrocitos de ratón. Las firmas aparecieron en los tres conjuntos de datos.
Sin embargo, esos datos genéticos seguían siendo una prueba indirecta. Volterra necesitaba mostrar la señalización en acción. Él y su equipo simularon una señal neuronal dirigida a los astrocitos en cortes de encéfalo de ratón y tomaron imágenes de las moléculas liberadas por los astrocitos. Algunos astrocitos, pero no todos, respondieron con glutamato. Y cuando los investigadores impidieron que los astrocitos usaran vesículas, las células ya no pudieron liberar glutamato.
Para Volterra la evidencia era clara. “Teníamos razón. Hay astrocitos que liberan glutamato”, afirma. «Pero también nos equivocamos, porque pensábamos que todos los astrocitos liberan glutamato».
Es casi seguro que los hallazgos alteren la comprensión actual de la forma en que se comunica el encéfalo, comenta Dmitri Rusakov, profesor de neurociencia en el University College de Londres que no ha participado en el trabajo. Pero de qué manera es una pregunta abierta.
Saber que los astrocitos pueden enviar señales es sólo el primer paso. Ese hecho no responde a cómo responden las sinapsis al glutamato astrocítico. No dice qué funciones requieren la señalización de los astrocitos en lugar de las neuronas o además de ellas. No explica por qué algunas áreas del encéfalo tienen más astrocitos glutamatérgicos que otras, o por qué un subconjunto utiliza esta función mientras que el resto no.
Más bien, como todos los nuevos descubrimientos, plantea nuevas preguntas que la ciencia debe responder.
«Tenemos un conjunto importante de pruebas», concluye Rusakov. «Ahora necesitas una teoría para unirlo todo».
El artículo original, These Cells Spark Electricity in the Brain. They’re Not Neurons., se publicó el 18 de octubre de 2023 en Quanta Magazine. Cuaderno de Cultura Científica tiene un acuerdo de distribución en castellano con Quanta Magazine.
Traducido por César Tomé López
El artículo Estas células generan electricidad en el encéfalo. No son neuronas. se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
¿Por qué se están detectando más casos de cáncer en jóvenes?
jóvenes
Foto: 4924546 / PixabayUna de cada tres mujeres y uno de cada dos hombres padecerá alguna vez un cáncer a lo largo de su vida. Como si se tratase de una ruleta rusa a largo plazo en nuestro organismo, las probabilidades de padecer este conjunto de más de 200 enfermedades diferentes se van incrementando con la edad. No podemos asegurar al 100 % que podamos esquivar la bala, pero sí podemos tomar medidas para que el riesgo de recibirla sea mucho menor. Se estima que casi la mitad de las neoplasias podrían evitarse con medidas preventivas como evitar el consumo de tabaco y alcohol y tener una alimentación saludable.
Los pronósticos no son optimistas, la Organización Mundial de la Salud estima que los casos de cáncer aumentarán casi un 50 % en dos décadas en el mundo: de 19,3 millones en 2020 a 28,4 millones en 2040. En España, los casos también han ido al alza de forma constante desde 2016 debido principalmente al envejecimiento progresivo de la población, a una mayor variedad y cobertura de cribados y a malos estilos de vida.
Aunque el envejecimiento es el factor de riesgo más importante en el desarrollo del cáncer (la mayoría de los casos aparecen en personas de más de 65 años), numerosos factores pueden influir en la aparición de esta enfermedad a edades más tempranas. De hecho, varios estudios indican que la frecuencia de cáncer en las personas relativamente jóvenes se ha incrementado de forma notable en los últimos años. En ese sentido, un reciente estudio, publicado en la revista BMJ Oncology, ha detectado que en los últimos 30 años se ha incrementado en un 79 % los nuevos casos de cáncer en individuos de menos de 50 años (cáncer de aparición temprana) a lo largo del mundo. En ese tiempo, las muertes por cáncer también han aumentado casi un 28 % en este mismo colectivo.
Para llegar a estos resultados, los investigadores analizaron registros epidemiológicos con la evolución de la aparición de 29 tipos de cáncer en las poblaciones de 204 países entre los años 1990 y 2019. Los tumores que mayor mortalidad y carga de enfermedad causaron en las personas de menos de 50 años en 2019 fueron los de mama, tráquea, pulmón y bronquios, estómago y colon y recto. Por otro lado, el cáncer de próstata y el nasofaríngeo fueron las neoplasias que experimentaron un ascenso más acusado en sus incidencias.
El aumento de los casos de cáncer fue más marcado en el colectivo de entre 40 y 49 años de países con un nivel de desarrollo socioeconómico de nivel medio y medio-alto (especialmente en Norteamérica, Australia y Europa Occidental), aunque la mortalidad por cáncer también disminuía de forma significativa en los países que contaban con un nivel de desarrollo elevado. Los investigadores calcularon que, de seguir la tendencia actual, la incidencia y las muertes por cáncer de aparición temprana se incrementarán un 31 % y un 21 % respectivamente para 2030.
Alcohol, tabaco y dietaDada la gran cantidad de factores que influyen en la aparición de un cáncer, averiguar cuáles de ellos están contribuyendo al alza de casos de cáncer en personas jóvenes es una tarea compleja y con grandes dificultades. No obstante, los científicos responsables del estudio sugieren que hay tres razones principales detrás de este fenómeno: el consumo de alcohol y tabaco y una dieta poco saludable (con un consumo elevado de carne roja y sal y una ingesta baja de fruta y leche). Más allá de estos factores, es muy probable que haya otras causas involucradas, pero el conocimiento sobre en qué medida están contribuyendo al incremento de neoplasias en jóvenes es muy limitado.
Existen fundadas sospechas de que la obesidad, el sedentarismo, y diversos agentes ambientales (contaminantes atmosféricos, presencia de agentes cancerígenos en ciertos alimentos y bebidas…) podrían también estar implicados en el ascenso global de la frecuencia del cáncer. Sin embargo, el peso de estos factores entra dentro del terreno de lo desconocido.
Para conocer mejor qué causas están aumentando el riesgo de cáncer en los menores de 50 años serán necesarios estudios de seguimiento (cohortes) a largo plazo que servirán para identificar el potencial cancerígeno de múltiples factores de riesgo. Por otro lado, los investigadores plantean evaluar en profundidad si los programas poblacionales de cribado de cáncer en este colectivo podrían estar justificados, debido al aumento de casos. En la actualidad, casi todos los programas de detección precoz del cáncer están orientados a personas con edades superiores a los 50 años (excepto el cribado de cáncer de cérvix en España, por ejemplo). Quizás, visto el aumento de la frecuencia de cáncer a edades más tempranas, podría ser razonable bajar este umbral para determinadas neoplasias.
Referencia:
Zhao J, Xu L, Sun J, et al (2023) Global trends in incidence, death, burden and risk factors of early-onset cancer from 1990 to 2019 BMJ Oncology doi: 10.1136/bmjonc-2023-000049
Sobre la autora: Esther Samper (Shora) es médica, doctora en Ingeniería Tisular Cardiovascular y divulgadora científica
El artículo ¿Por qué se están detectando más casos de cáncer en jóvenes? se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Creación artificial e inteligencia artificiosa
Una de las cosas que es inherente al ser humano es la creación, o más bien la búsqueda del placer poderoso que implica ser el creador de algo. Desde sus inicios, el ser humano se ha caracterizado por la creación, guiada por distintas motivaciones, desde la invención de cualquier artilugio que facilite la caza y con ello la alimentación, hasta la creación de cualquier tecnología con altas dosis de sofisticación y eficiencia. Por otro lado, la creación no siempre ha estado motivada por una utilidad evidente, a veces la sutileza, la necesidad de expresar o el simple placer de sentirse capacitado para crear algo ha sido más que suficiente. Una de estas creaciones es la música, así en general, como concepto.
Mucho se ha discutido sobre su origen a lo largo de la historia, dando resultados como aquel interdisciplinar libro The Origins of Music1 publicado por el MIT, relacionado con la comunicación, la cohesión y la expresión de nuestra especie, aunque haya otras especies que también usen la música. Sin embargo, independientemente de su origen, la música, y el arte en general, es un hecho cultural, que tiene una gran capacidad para resolver esa necesidad de creación que nos ha acompañado a lo largo de los siglos. Es por esto que uno de los mayores retos pueda ser crear algo capaz de crear, como es la inteligencia artificial.
Foto: Marius Masalar / UnsplashLa creación parte del conocimiento, es por esto que se hace esencial estudiar bien nuestro cerebro y adentrarse en teorías de la inteligencia humana. Algo de esto ya sospechaba el prominente informático John McCarthy, quien en el verano de 1956 se le ocurrió organizar en el Darmouth College (Hanover, New Hampshire, EE.UU.) un encuentro para poner en común estudios sobre máquinas pensantes, la famosa Conferencia de Darmouth, donde se dieron cita nombres tan significativos para el mundo de la ciencia como Claude Shannon, Marvin Minsky o John Holland. La consecuencia de este encuentro fue la diferenciación de dos vías de desarrollo de estas máquinas pensantes. Una de ellas era la vía enfocada en la ingeniería tecnológica, es decir, la resolución de problemas concretos mediante tecnología, algo que hoy podemos ver de manera cotidiana y que tiene que ver más con obtener un resultado inteligente que con el comportamiento del cerebro. Bien por los desarrolladores de esta vía, nuestro tiempo presente es una gran prueba de lo que han conseguido desde aquel lejano verano de 1956. La otra vía es la que concierne a la creatividad y, por lo tanto, a la música. La imitación de la estructura del cerebro, las redes neuronales artificiales y cómo funciona el pensamiento como paradigma tecnológico son avances que se han conseguido gracias a este enfoque más conexionista, donde los sistemas artificiales se convierten más sensibles al entorno.
Ya es una realidad que existe software capaz de crear música, pintar, o crear novelas o ensayos. Cada día nos sorprende una nueva aplicación capaz de ir más allá, de afinar mucho más el proceso creativo y, a su vez, creando el trampantojo de lo innecesario de la presencia humana. Hace poco tiempo distinguíamos perfectamente si una voz grabada era una máquina o una persona real, hoy en día esa tarea es bastante más difícil. Lo mismo ocurre con la música grabada. Es posible que una interpretación de música instrumental nos guste y nos parezca emotiva, siendo en realidad una interpretación creada por una IA. En cuanto a la creación artística, como por ejemplo la composición musical, es una de las fronteras para alcanzar altas dotes de «humanidad» en las máquinas, debido a lo emocional y subjetivo que puede llegar a ser el arte en general y la música en particular. La base de esta creación musical es el aprendizaje que realizan las máquinas almacenando datos y usando entre otras muchas cosas el cálculo estadístico, la probabilidad y la entropía.
La creación es arbitrariedadSin embargo, hay una barrera infranqueable que distingue a las máquinas de las personas: la arbitrariedad. Cuando las personas crean de manera artística, hay algunas decisiones que pueden (o deben) ser arbitrarias, y esto depende de multitud de factores externos (contexto) e internos (emociones y pensamientos). La tecnología no puede ser arbitraria, lo que sí puede es usar algo en su lugar, una especie de subterfugio o artificio: la aleatoriedad. Aunque son cosas parecidas, no son lo mismo y es aquí donde reside uno de los últimos escalones entre lo artificial y lo humano. Según la RAE, la arbitrariedad es un acto dictado por la voluntad o el capricho y, evidentemente, las máquinas no tienen caprichos. Cuando una decisión artificial (dentro de la creación musical) no se ajusta a una lógica, una razón o unas leyes, es simplemente aleatoria, pero nunca arbitraria.
Otra de las fronteras o últimos escalones es el defecto que alberga la virtud de la inteligencia artificial, es decir, su ventaja es su desventaja. La virtud de las máquinas es la gran capacidad que tienen para aprender manejando una ingente cantidad de datos, sin embargo, no pueden olvidar (o no al menos como lo hacen los humanos) ni distorsionar recuerdos. Este fallo de serie (o capacidad de supervivencia) en todo lo que respecta a la memoria humana y nuestra “aptitud” para almacenar datos y transformar recuerdos, se convierte en viento a favor de la arbitrariedad.
Quizá nuestras limitaciones sean un poderoso muro de contención para esa distopía que parece rondar a nuestra relación con la tecnología en lo que respecta al arte. Quizá por esto, la creación musical sea algo más que combinar de manera óptima.
Referencia:
1 Wallin, N. L., Merker, B., & Brown, S. (Eds.). (2000). The Origins of Music. MIT press.
Sobre el autor: José Manuel González Gamarro es profesor de guitarra e investigador para la Asociación para el Estudio de la Guitarra del Real Conservatorio Superior de Música “Victoria Eugenia” de Granada.
El artículo Creación artificial e inteligencia artificiosa se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
¡Ciencia y humor, vaya par! (y 2)
La difusión del conocimiento de la ciencia se puede hacer a través de diferentes vías. Muchas veces son caminos que van más allá del ámbito académico y uno de ellos puede ser el uso del humor.
Con tiras publicadas en periódicos o revistas, a través de monólogos humorísticos y chistes o, por qué no, cantando coplas se puede hablar sobre ciencia. Todas estas estrategias son útiles y estas experiencias serán tema de conversación en la serie de conferencias Humor y ciencia, ¡vaya par!, organizadas dentro de Bilbo Zientzia Plaza.
Estas charlas suponen, además, la apertura de un nuevo curso del ciclo de conferencias Bidebarrieta Científica, organizado por la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco y la Biblioteca Bidebarrieta.
El 27 de septiembre intervienieron Natalia Ruiz Zelmanovitch, responsable de comunicación del Centro de Astrobiología (CAB), divulgadora y astrocoplera y Kike Amonarriz Gorria, sociolingüista, humorista y presentador de la iniciativa Bertsozientzia. Ofrecieron, respectivamente, las conferencias Cuando la ciencia se pone flamenca y Barrearen indar dibulgatzailea (El poder divulgador de la risa).
Edición realizada por César Tomé López
El artículo ¡Ciencia y humor, vaya par! (y 2) se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Salud Global: la nueva estrategia frente a la amenaza medioambiental
salud
Foto: Patrick Assalé / UnsplashAnimales y humanos compartimos cerca de 300 enfermedades infecciosas y cada año aparecen otras nuevas, la mayoría de ellas zoonosis. Según datos de la Organización Mundial de Sanidad Animal, más del 60 % de las dolencias infecciosas humanas son de origen animal. Este porcentaje aumenta hasta el 75 % si hablamos de enfermedades emergentes.
La pandemia de covid-19 ha sido un impactante ejemplo práctico de cómo un patógeno de origen animal puede desencadenar una crisis global. No existe ninguna razón para pensar que la amenaza de las enfermedades emergentes o reemergentes disminuirá en el futuro, sino todo lo contrario.
A medida que la población humana se expande y el medio ambiente se deteriora, se altera la relación entre personas y animales y se crean nuevas oportunidades de contacto y transmisión de enfermedades. Todo esto pone de manifiesto la importancia de una estrategia de colaboración y comunicación entre todos los sectores que participan en el cuidado de la salud humana, animal y del medio ambiente: One Health, Una Salud o Salud Global.
Son numerosos los retos sanitarios que debemos abordar con una estrategia One Health (para una revisión reciente, el libro de los autores Salud Global: la nueva estrategia frente a la amenaza medioambiental), pero hay tres áreas que merecen especial atención: la gripe aviar, los virus transmitidos por artrópodos y la resistencia a los antibióticos.
La gripe aviar H5N1Aunque la amenaza de nuevos coronavirus sigue latente, los virus de la gripe siguen siendo candidatos a causar la próxima pandemia. En concreto, preocupa especialmente la cepa H5N. Desde finales de 2020, ha provocado la muerte a millones de aves domésticas en todo el mundo y ha tenido un impacto sin precedentes en la salud de las aves silvestres especialmente en Europa y América. Especies que históricamente no padecían la enfermedad han sufrido mortalidades nunca vistas.
Además, en el último año el virus se ha detectado también en muchos mamíferos silvestres. Muy preocupantes han sido los brotes en granjas peleteras tanto en España (visones) como en Finlandia (visones, zorros árticos, perros mapache) donde se ha confirmado la transmisión del virus entre mamíferos, algo que no se había producido nunca. Recientemente se han descrito brotes en gatos domésticos tanto en Polonia como en Corea del Sur.
Aunque desde 2003 se han identificados pocos casos (menos de 900) de gripe aviar en humanos –la gran mayoría en personas con un contacto muy estrecho con aves–, la letalidad del virus es muy alta, llegando al 50 %. Lo que preocupa es que, en la situación actual en la que el patógeno circula masivamente en aves de todo el mundo (lo que denominamos una panzootía) y cada vez hay más detecciones en mamíferos, existe un riesgo elevado de que el virus se acabe adaptando completamente a ellos y por tanto se acerque cada vez más al ser humano. Esto exige una vigilancia estrecha que englobe a todos los sectores implicados: humanos, animales domésticos y fauna silvestre.
Los virus de la gripe siguen siendo candidatos a causar la próxima pandemia, en concreto la cepa H5N1. Foto: CDC / UnsplashVirus transmitidos por artrópodosOtra de las grandes amenazas a la que nos enfrentamos son los virus transmitidos por artrópodos (arbovirus, de arthropod-borne viruses). Se conocen cientos de enfermedades infecciosas humanas que son transmitidas por insectos (principalmente mosquitos y garrapatas) y que ponen en riesgo la salud de millones de personas cada año.
Los mosquitos son los vectores de la malaria, el dengue, la fiebre amarilla, el chikungunya, el zika o la fiebre del Nilo Occidental. Por su parte, las garrapatas transmiten virus que causan encefalitis y fiebres hemorrágicas, como Crimea-Congo, o bacterias que provocan enfermedades como el tifus, la fiebre Q, la tularemia o la enfermedad de Lyme.
En las últimas décadas, la distribución geográfica y la frecuencia y magnitud de las epidemias causadas por estos patógenos han aumentado de forma alarmante en todo el mundo. Por ejemplo, este verano, Perú se ha enfrentado al peor brote de dengue de su historia, muy probablemente causado por el aumento de las temperaturas: más de 160 000 casos y cerca de 300 muertos.
En Europa, la transmisión local del virus del dengue se notificó por primera vez en 2010, y desde entonces se han producido casos de infecciones autóctonas en varios países. De forma similar, en los últimos años ha habido brotes autóctonos de chikungunya o zika.
Virus del Nilo. Foto: CDC
Otro arbovirus que está causando brotes importantes en Europa es el virus del Nilo Occidental. Por ejemplo, en España en las últimas semanas se ha detectado este virus en aves (reservorio natural del virus), caballos y mosquitos. También se ha confirmado un caso mortal en una mujer de 84 años en Huelva. Estos ejemplos ponen de manifiesto que pequeñas alteraciones de temperatura y humedad, asociadas al cambio climático, pueden favorecer la distribución geográfica de los insectos vectores y con ellos de los microorganismos que transmiten.
La crisis de la resistencia a los antibióticosPor último, la proliferación de bacterias resistentes a los antibióticos representa un problema global de primer orden.
Desde que comenzó el uso generalizado de antibióticos, prácticamente todas las bacterias han desarrollado algún tipo de resistencia. Algunas requieren dosis cada vez más elevadas de este fármaco y otras sobreviven a todos los antimicrobianos conocidos.
El uso y abuso de los antibióticos ha hecho que las bacterias resistentes se vayan extendiendo lenta pero inexorablemente tanto en humanos como en animales. En España se ha estimado que más de 35 000 personas mueren por complicaciones relacionadas con infecciones producidas por bacterias resistentes a los antibióticos cada año.
Hay que tener en cuenta que las intervenciones quirúrgicas, desde una sencilla operación a un trasplante o un tratamiento contra el cáncer, requieren el uso de antibióticos para prevenir complicaciones por infecciones secundarias. Si estos dejan de cumplir su función, quizá lleguen a curarnos el cáncer, pero nos podremos morir por una infección causada por una bacteria multirresistente.
Hacia la salud globalEn primer lugar, el mapa de ruta apunta a la investigación científica. Es necesario seguir investigando en el desarrollo de sistemas de diagnóstico rápido, en tratamientos específicos contra las nuevas amenazas y no abandonar el impulso en el desarrollo de nuevas vacunas.
En segundo lugar, la cooperación. Los nuevos retos de la salud global son complejos y requieren un trabajo conjunto de distintas disciplinas (médicos, veterinarios, farmacéuticos, biólogos, ambientalistas, expertos en salud pública y prevención…) y distintas entidades públicas y privadas. Para ello sería realmente útil promover plataformas comunes. Como, por ejemplo, una Comisión Interministerial de Coordinación One Health que facilite la colaboración entre los Ministerios implicados (Sanidad, Agricultura, Medio Ambiente).
Y, por último, para estar preparados frente a las nuevas amenazas sanitarias, es fundamental la solidaridad internacional. Cuando hablamos de enfermedades infecciosas no debemos olvidar que “nadie estará seguro hasta que todos lo estemos”.
Nuestra salud es global y todo está conectado: salud humana y animal, medio ambiente, clima, ganadería, agricultura y biodiversidad. Para afrontar de forma exitosa los grandes desafíos a los que nos enfrentamos aplicar una estrategia de Salud Global es urgente e imprescindible.
Sobre los autores: Ignacio López-Goñi, miembro de la SEM (Sociedad Española de Microbiología) y Catedrático de Microbiología, Universidad de Navarra; Elisa Pérez Ramírez, viróloga veterinaria en el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA), Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA – CSIC) y Gorka Orive, profesor e investigador en el Laboratorio de Farmacia y Tecnología Farmacéutica, UPV/EHU
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Artículo Original.
El artículo Salud Global: la nueva estrategia frente a la amenaza medioambiental se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
El Romanticismo contra Newton
¿Acaso no vuelan todos los encantos
Al mero toque de la fría filosofía?
Una vez hubo en el cielo un arcoíris tremendo;
Conocemos su trama, su textura; está indicada
En el insulso catálogo de las cosas comunes.
La filosofía cercenará las alas de un Ángel,
Conquistará todos los misterios con la regla y la línea,
Vaciará el aire de fantasmas, y la mina de gnomos,
Destejerá un arcoíris, como antes hizo
que la tierna Lamia se fundiera en sombra.
John Keats, “Lamia”, 18201
Estos son, probablemente, algunos de los versos más famosos que se han escrito sobre ciencia, y por desgracia no dan una valoración demasiado positiva. Fueron escritos por John Keats en 1819. Se trata de una digresión en un largo poema que cuenta cómo Hermes libera a Lamia y la transforma en una hermosa mujer. En su banquete de bodas, Lamia es descubierta por el filósofo Apolonio, el hechizo se rompe y ella regresa a su forma original de serpiente. En este fragmento, sin embargo, la cosa no va sobre mitología. Keats se detiene para criticar de manera no tan velada la teoría óptica de Newton, a quien culpaba de haber “destruido la poesía del arco iris, reduciéndola a los colores de un prisma”2. Debía de tenerle bastante tierra al físico inglés porque también se cuenta que, durante una cena navideña y en compañía de otros escritores y amigos, propuso un brindis3 “¡a la salud de Newton y confusión a las matemáticas!”.
Desgraciadamente, no era el único en pensar de forma parecida. La todavía reciente revolución científica había cambiado la forma en que la gente pensaba sobre el mundo y buscaba conocimiento, y muchos pensadores románticos culpaban a la ciencia, simbolizada por el estudio de la óptica de Newton, de destruir la magia del mundo natural.
No era una crítica unánime, ni falta de matices, por supuesto. Algunos poetas elogiaron a la ciencia. Y algunos científicos del siglo XIX, como Alexander von Humbold, se convirtieron en verdaderos símbolos de su época. El célebre naturalista prusiano fue íntimo amigo de Goethe y se codeó con los artistas más célebres de su tiempo. Sus libros de viajes, su imaginación y su manera holística y multidisciplinar de entender la naturaleza resonaron profundamente con los valores estéticos del Romanticismo4.
Pero es cierto que las ideas de otros científicos, sobre todo en ciertas ramas de la física y las matemáticas, no gozaron de tanta popularidad. En general, los Románticos rechazaban el énfasis en la racionalidad pura que había traído consigo la Ilustración. Acusaba a la ciencia de reduccionismo, de querer explicar el mundo como una suma de átomos, de presentar la naturaleza como un autómata frío y manipulable, sin tener en cuenta las emociones humanas. La ciencia, bajo el legado estético de Newton, era para ellos una máquina apisonadora y sin alma. Los científicos, escribas miopes incapaces de ver más allá de su especialidad, les parecían estatuas de cemento, sin imaginación ni sentimientos, que buscaban maquinalmente la verdad.
En fin, está claro que Romanticismo tuvo sus más y sus menos5. Probablemente, la opinión de unos cuantos poetas de hace doscientos años no tendría la menor importancia, si no fuera porque gran parte de los valores estéticos que compartimos en la actualidad, provienen precisamente de esa época. La forma en la que pensamos y valoramos el Arte se forjó precisamente en el Romanticismo6. Muchas de las ideas que compartimos sobre la ciencia, y la imagen popular de cómo son los científicos, también.
Fueron, en parte, poemas como el de John Keats los que nos contaron que la Física y las Matemáticas son disciplinas frías, ajenas a lo estético, vacías de emoción o imaginación. Personalmente, pasé por la adolescencia convencida de que no había en el mundo nada más gris, mecánico y poco creativo que mover números de ecuación en ecuación. Probablemente, el método de aprendizaje tampoco ayudó, está claro. Pero más allá de eso, sospecho que el estereotipo de científico, tal como nos lo pintaron los poetas del Romanticismo, tuvo mucho que ver con mi decisión: al terminar bachillerato de ciencias, decidí matricularme en Bellas Artes. Años más tarde, y mientras estudiaba Física, me sorprendió descubrir que en esa facultad los profesores exclamaban «¡qué bonito!» con mucha más frecuencia y alegría que en mi primera carrera.
Es una anécdota que suelo contar en mis charlas de divulgación, porque siempre despierta risas y sorpresa entre los asistentes. ¿Qué tendrá que ver la Física con lo “bonito”? ¡Nunca nadie pintó un cuadro al óleo con una ecuación! De nuevo, es el relato Romántico el que habla. Y ese relato contrasta con los cientos de textos, citas y charlas, en que estos científicos han hablado de su interés por la belleza, de la emoción que sienten al descubrir las matemáticas que describen el mundo.
En cualquier caso, y para cerrar la anotación, me gustaría lanzar una pregunta. Más allá de esta anotación, o de la simpatía que cada cual le tenga al Romanticismo: ¿tú cómo lo sientes?, ¿crees que Newton le robó su magia al arcoíris? Saber que los colores que ves en el cielo son trocitos de la luz del Sol, a ti, lector, ¿te emociona más, o te emociona menos?
Notas y referencias:
1John Keats, Lamia en Projecto Gutenberg
2Gigante, Denise (May 2002). «The Monster in the Rainbow: Keats and the Science of Life». PMLA. 117 (3): 433–448. doi:10.1632/003081202X60396. ISSN 0030-8129.
3Nina Martyris (2015). “Does Science Diminish Wonder or Augment It?”. Nautilus
4Sobre este tema, recomiendo leer “The Invention of Nature” de Andrea Wulf
5A veces, me enfado mucho con el Romanticismo. Pero luego escucho a Tchaikovsky y se me pasa.
6Argumentaría que, a menudo, la polémica que suscitan ciertas obras de Arte Contemporáneo (léase, arte académico contemporáneo), está causada por un conflicto entre los valores estéticos populares —esencialmente románticos— y los valores estéticos de la academia. Pero esto daría para otro post.
Para saber más:
La ciencia romántica
¿Qué le debemos a la ciencia del Romanticismo?
Naturaleza, ciencia y cultura en el bicentenario de Henry David Thoreau
Sobre la autora: Almudena M. Castro es pianista, licenciada en bellas artes, graduada en física y divulgadora científica
El artículo El Romanticismo contra Newton se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
El toro, la botella de Klein y el plano proyectivo real (I)
Cuando escribes un libro una de las tareas necesarias en su desarrollo es la elección del material que tiene que estar incluido necesariamente en el libro y el que debes dejar fuera, aunque te parezca muy interesante. En mi último libro, titulado Las matemáticas como herramienta de creación artística, también me ha tocado dejar fuera muchos materiales muy interesantes. Por ejemplo, en el capítulo titulado Topología: la banda de Moebius, mi idea original era haber incluido obras de arte relacionadas tanto con la banda de Moebius, que son muchas (algunos ejemplos los hemos comentado en las entradas del Cuaderno de Cultura Científica Arte Moebius (I) y Arte Moebius (II), así como en el mencionado libro), como con otras tres superficies relacionadas, que son el toro, la botella de Klein y el plano proyectivo real.
Fotografía de la escultura Doce círculos concéntricos (Girando Moebius), de 1957, de la artista venezolana, nacida en Alemania y de origen judío, Gego (Gertrud Goldschmidt)Esta serie de entradas del Cuaderno de Cultura Científica vamos a hablar de estas tres superficies, el toro, la botella de Klein y el plano proyectivo real, y de cómo algunos artistas las han representado en sus obras.
La banda de MoebiusEmpecemos recordando qué es una banda de Moebius, que es uno de los objetos más curiosos de la topología puesto que es una superficie con una sola cara y un solo borde.
Dada una tira de papel rectangular ABCD (véase la siguiente imagen), si se pegan los extremos (AB con DC) se obtendrá una banda normal, que es una superficie con dos caras –interior y exterior- y dos bordes –arriba y abajo-. Vamos, lo que podemos considerar normal en una superficie, que tenga dos caras (aunque rompiendo esa intuición, ya en la entrada La hoja de papel con cuatro caras, una propuesta de taller mostrábamos cómo construir una mágica “hoja de papel” con cuatro caras).
Una banda normal, con dos caras (exterior e interior) y dos bordes (superior e inferior), construida a partir de una tira de papel alargada ABCD, juntando AB con DC
Sin embargo, si primero giramos uno de los extremos del papel media vuelta y después los juntamos (ahora AB se “pega” con CD) se obtiene una banda retorcida, que tiene una sola cara (si se intenta pintar de forma continua la nueva superficie solamente se podrá utilizar un color, mientras que a la anterior se le pueden aplicar dos colores distintos, uno para el interior y otro para el exterior) y un solo borde (que también se puede perfilar de forma continua). Esta es la conocida como superficie de Moebius, que fue descubierta (dentro de las matemáticas), de forma independiente, por los matemáticos alemanes Johann Benedict Listing (1808-1882) y August Ferdinand Moebius (1790-1868).
Una banda de Moebius, con una sola cara y un solo borde, construida a partir de una tira de papel alargada ABCD, juntando AB con DC
¿Qué ocurre si en lugar de girar uno de los extremos del papel media vuelta se gira una vuelta entera y después se juntan ambos extremos (de nuevo, AB con DC)? Lo que ocurre es que ahora se obtiene una banda retorcida que tiene, de nuevo, dos caras y dos bordes, como podéis comprobar fácilmente simplemente utilizando una tira rectangular alargada de papel.
La banda de Moebius es una superficie con curiosas propiedades y aplicaciones, algunas de ellas se pueden leer en las entradas del Cuaderno de Cultura Científica ya mencionadas o en otras entradas como En busca de la banda de Moebius más corta posible o Dibujando grafos sobre la banda de Moebius, o también en los libros La banda de Moebius, de Clifford Pickover, Experiments in Topology, de Stephen Barr o Festival mágico-matemático, de Martin Gardner. En particular, existen muchos experimentos que consisten en cortar tiras de papel, como los clásicos en los que se corta la banda de Moebius de papel longitudinalmente por la mitad o por un tercio de la anchura, con resultados asombrosos, o algunos algo menos conocidos como el de cómo construir dos corazones entrelazados o un cuadrado, partiendo de dos cintas de Moebius pegadas, o cómo construir un slip de Moebius, que pueden verse como actividades del libro Las matemáticas como herramienta de creación artística.
Página del libro Houdini’s Paper Magic (1922), del ilusionista y escapista austrohúngaro nacionalizado estadounidense Harry Houdini, en la que aparecen bandas de papel, normales, de Moebius o normales retorcidas, que cortadas longitudinalmente dan lugar a diferentes situaciones que son utilizadas en la magia.Para finalizar este apartado, mencionaremos que, aunque la superficie de Moebius fue descubierta dentro de las matemáticas en el siglo xix, esta ya era conocida con anterioridad. La banda de una sola cara se encuentra, por ejemplo, en motivos decorativos antiguos, como algunos mosaicos romanos (alrededor del año 200), como se menciona en el artículo The Möbius band in Roman mosaics (Scientific American 61, 1973) de L. L. Larison, o en el artículo Möbius strips before Möbius: Topological hints in ancient representations (The Mathematical Intelligencer 38, 2016), de J. H. E. Cartwright y D. L. González.
Parte central de un mosaico, de la villa romana de Sentinum, situada al lado de la ciudad moderna de Sassoferrato (Italia), aprox. 200 – 250 a.n.e. En el mismo, nos encontramos a Eón, dios romano del tiempo eterno y la prosperidad, sujetando una banda de Moebius -que simboliza el infinito, ya que podemos recorrerlo sin fin, como las hormigas del grabado del artista neerlandés M. C. Escher- con los signos zodiacalesLa superficie del toro
A partir de la definición de las bandas normal (que topológicamente es un cilindro) y de Moebius se pueden definir nuevas superficies que también tendrán una o dos caras, pero que no tendrán bordes. Si volvemos a un rectángulo ABCD, sabemos que pegando los lados AB con DC se obtiene un cilindro, pero en función de cómo se junten los otros dos lados generaremos dos nuevas e interesantes superficies. Si lo hacen de forma directa (AD con BC, como indican las flechas de la siguiente imagen) se obtiene una superficie cerrada -es decir, que no tiene bordes- con dos caras, que tiene forma de rosquilla o flotador, conocida en matemáticas como toro (que no tiene nada que ver con el animal, sino que el término toro, para designar la superficie, viene de la palabra latina “torus”, que tiene un significado de “bulto, protuberancia o nudo”).
Construcción de la superficie del toro
El toro, tanto geométrico, es decir, la superficie del flotador, que es la superficie de revolución de un círculo alrededor de una recta exterior, como topológico (véase la entrada La topología modifica la trayectoria de los peces para leer más sobre el concepto de topología), esto es, deformaciones “topológicas” (manteniendo cierta continuidad) del toro geométrico, también ha sido utilizado en el arte contemporáneo. A continuación, mostraremos algunos ejemplos.
El toro en la obra artística de Keizo UshioEn la entrada Arte Moebius (II), ya mostrábamos un hermoso ejemplo de escultura que es un toro con una banda de Moebius dentro, es la escultura Moebius en el espacio (2005), del escultor japonés Keizo Ushio (Fukusaki, Prefectura de Hyogo, 1951), un artista con una obra escultórica muy geométrica. En Moebius en el espacio (véase la imagen más adelante), como en algunas otras obras similares, se representa el “espacio exterior” de la superficie de Moebius, mientras que esta no es más que el “espacio vacío”. El problema plástico de esta idea es hacer visible ese espacio vacío en la escultura. Para ello, Ushio trabaja con el toro sólido (realizado en granito), que va a jugar el papel de “espacio exterior” y después perfora una serie de diámetros que van girando, desde un primer diámetro vertical, de manera que al llegar al punto de partida han dado media vuelta, 180 grados, que de nuevo es el diámetro vertical. Ese espacio vacío dentro del toro tiene, por tanto, la forma de la banda de Moebius.
Ilustración de la banda de Moebius dentro del toro, como unión de diámetros del mismo, que van desde el inicial vertical -que se ve enfrente en la imagen- dando media vuelta, un giro de 180 grados, dentro del toro. Imagen generada por Josu Arroyo (UPV/EHU)Ilustración del exterior del toro en el que se han perforado los diámetros construyendo una banda de Moebius vacía dentro del toro. Imagen generada por Josu Arroyo (UPV/EHU)
Esta construcción artística le ha llevado al artista japonés Keizo Ushio a crear hermosas esculturas como la mencionada Moebius en el espacio (2005). En la misma, para destacar aún más la banda de Moebius ausente, ha pintado de naranja la zona del toro que estaría en contacto directo con ella, como se ve en la siguiente fotografía. Una impactante escultura.
Escultura Moebius en el espacio (Granito, 2005), del escultor japonés Keizo UshioComo la banda de Moebius tiene una sola cara, el espacio exterior a la misma, que es el toro sólido de granito en la escultura, es único también, luego al perforar la banda de Moebius en el toro, este sigue siendo de una sola pieza, que se corresponde con esa única cara de la “banda de Moebius vacía”. Esto no ocurre si se perforara en el toro una banda con dos caras, como vamos a mostrar a continuación.
Conocí al escultor Keizo Ushio en el International Congress of Mathematicians que organizamos en Madrid en agosto de 2006, cuando le invitamos a realizar una escultura en vivo en el exterior del Palacio Municipal de Congresos de Madrid. Fue una experiencia increíble, que disfrutaron todas las personas que pasaron por allí esos días. La escultura que realizó entonces fue Oushi-Zokei ICM Madrid 2006 (véase la siguiente imagen), que en la actualidad se encuentra en el exterior del ICMAT (Instituto de Ciencias Matemáticas, del CSIC), de Madrid. En esta escultura, en lugar de perforar los diámetros del toro girando media vuelta, lo hizo girando una vuelta entera, por lo tanto, obteniendo una banda normal retorcida en su interior (con dos caras como se ha explicado más arriba). Como el espacio vacío dentro del toro sólido (granito) es una banda con dos caras, entonces la escultura se separa en dos partes, cada una se corresponde con una cara.
Escultura Oushi-Zokei ICM Madrid 2006 (Granito, 2006), del escultor japonés Keizo UshioEl toro en la obra artística de Richard SerraEl toro es una superficie con interesantes propiedades que se estudian tanto en geometría, como en topología. Yo enseño esta superficie en la asignatura “Curvas y superficies” del grado de matemáticas, en particular, cuando explico la curvatura de una superficie. El tema de la curvatura de una superficie no es un tema sencillo para tratar en esta entrada, puesto que hay diferentes tipos de curvatura asociados al estudio de las superficies –curvaturas normales, curvaturas principales, curvatura de Gauss y curvatura media- y es necesario conocer algunas herramientas de geometría diferencial para entenderlo, aunque para hablar de las esculturas de Richard Serra nos bastará con explicar el significado del signo de la conocida como curvatura de Gauss (que es una curvatura intrínseca de la superficie).
La curvatura de Gauss es un concepto local, es decir, cambia de unos puntos a otros de la superficie, pero para explicar el significado del signo de esta curvatura vamos a considerar superficies con curvatura constante, es decir, con la misma curvatura en todos sus puntos: el plano o el cilindro (este lo podemos ver como un trozo rectangular de plano en el que pegamos dos lados opuestos), que tiene curvatura cero, la esfera, que tiene curvatura positiva, y el hiperboloide de una hoja, que tiene curvatura negativa, cuyo significado explicaremos a continuación. Primero una imagen de estas tres superficies.
Tres superficies de curvatura de Gauss constante, realizadas con el programa Mathematica. De atrás hacia delante: la esfera, el cilindro y el hiperboloide de una hoja
El plano tiene curvatura de Gauss cero, ya que no se curva de ninguna de las formas, y también el cilindro (esta superficie nos puede despistar ya que aparentemente sí tiene curvatura, pero la curvatura que tiene es la curvatura extrínseca –la llamada curvatura media-, que es no nula, pero la intrínseca, la curvatura de Gauss es cero, ya que el cilindro es como un trozo rectangular de plano en el que pegamos dos lados opuestos).
La esfera tiene curvatura de Gauss positiva, lo cual implica que, si tomamos el plano tangente a la esfera en cualquier punto, la esfera queda entera a un lado del plano tangente, como se muestra en la siguiente imagen. Otra forma de verlo –que nos ayudará a entender las esculturas de Richard Serra- es que, si tenemos una esfera gigante y colocamos nuestra cara en un punto de la misma, por ejemplo, en el exterior de la superficie, entonces la esfera se aleja de nosotros en todas las direcciones, es decir, la esfera es convexa en todas las direcciones (si nuestra cara está en el interior de la esfera entonces la esfera nos envuelve en todas las direcciones, esto es, la esfera es cóncava en todas las direcciones).
Esfera con plano tangente en uno de sus puntos
El hiperboloide de una hoja tiene curvatura de Gauss negativa, lo cual implica que, si tomamos el plano tangente al hiperboloide en cualquier punto, este corta al hiperboloide y la superficie tendrá partes a ambos lados del plano tangente, como se muestra en la siguiente imagen. Al igual que para la esfera, otra forma de verlo es que, si tenemos un hiperboloide gigante y colocamos nuestra cara en un punto del mismo, entonces el hiperboloide se aleja en algunas direcciones (será convexo en ellas), mientras que en otras direcciones nos envuelve (es cóncava en las mismas).
Hiperboloide de una hoja con plano tangente en uno de sus puntos
¿Qué ocurre para el toro (geométrico)? Esta superficie tiene puntos con curvatura de Gauss positiva (los del exterior) y puntos con curvatura de Gauss negativa (los del interior), con puntos de curvatura nula en las circunferencias que separan el interior y el exterior, como se muestra en la imagen.
El toro (geométrico) tiene puntos con curvatura de Gauus positiva, los del exterior (verde en la imagen), y puntos con curvatura de Gauss negativa, los del interior (marrón en la imagen)
Ya estamos en condiciones de entender la importancia de la curvatura de Gauss en algunas de las esculturas del escultor minimalista estadounidense Richard Serra (San Francisco, California, 1938), como New Union / Nueva unión (2003), que durante muchos años pudimos disfrutar en el exterior del Museo de Bellas Artes de Bilbao, o Between the Torus and the Sphere / Entre el toro y la esfera (2003-2005) y Blind Spot Reversed / Punto ciego invertido (2003-2005), que podemos ver en el Museo Guggenheim de Bilbao.
Between the Torus and the Sphere / Entre el toro y la esfera (2003-2005), del escultor estadounidense Richard Serra, en el Museo Guggenheim de BilbaoRichard Serra contrapone, en estas esculturas, dos trozos de superficies con distinto signo de la curvatura de Gauss, positivo (esfera) y negativo (interior del toro). Las tres esculturas están formadas por planchas alargadas que son trozos de esfera (curvatura positiva) y planchas alargadas que son trozos de la parte interior del toro (curvatura negativa). Y lo interesantes de ellas es que la curvatura no solo se puede percibir visualmente desde lejos, sino que cuando caminamos entre las planchas de esculturas como Entre el toro y la esfera podemos percibir la curvatura interaccionando con nosotros. Yo suelo recomendar a mis estudiantes, o a las personas a las que les explico esta obra, que se coloquen frente a una plancha esférica, con la nariz tocando la plancha y se den cuenta de que el acero de la misma se aleja (o nos envuelve si estamos en la parte interior de la esfera) en todas las direcciones, lo que ocurre por ser de curvatura positiva. Y que después pasen a una plancha tórica, de nuevo con la nariz tocando el acero y se den cuenta de que en unas direcciones la superficie se aleja de nosotros y en otras nos envuelve, debido a que esa zona del toro tiene curvatura negativa.
El toro anudadoRealmente hay muchos artistas que han realizado esculturas con la forma de un toro geométrico. Pongamos un par de ejemplos más. Uno es el artista británico Jack Eagan y su serie de esculturas Eroded torus / Toro erosionado, dos de las cuales, realizadas en bronce, se muestran en las siguientes imágenes.
Eroded torus / Toro erosionado, del escultor británico Jack EaganEroded torus / Toro erosionado, del escultor británico Jack EaganY el otro ejemplo es el artista británico John Robinson (1935-2007) y su escultura Bonds of Friendship / Lazos de amistad (1980), en la que se representan dos toros entrelazados.
Bonds of Friendship / Lazos de amistad (1980), del escultor británico John RobinsonPero me gustaría terminar esta entrada del Cuaderno de Cultura Científica con una serie de esculturas más topológicas que tienen al toro como su principal protagonista, y que nos relacionan al toro topológico con la teoría de nudos, que es otra parte muy interesante de la topología (para leer sobre la teoría de nudos os recomiendo las entradas La topología modifica la trayectoria de los peces, La artista Anni Albers, The Walking Dead y la teoría de nudos y Del nudo gordiano al nudo de los enamorados, por territorio matemático).
En matemáticas, un nudo es una curva cerrada en el espacio y la teoría de nudos estudia cuántos nudos distintos, es decir, topológicamente diferentes, existen, así como propiedades topológicas de los mismos. Algunos escultores realizan esculturas de toros anudados, es decir, tienen la forma de nudos, por ejemplo, como el nudo de trébol, pero desde el punto de vista de la topología “son” un toro. Es como si partiéramos de un cilindro, realizáramos un nudo y luego pegáramos los extremos, transformándolo en un toro anudado.
Mostremos dos ejemplos de esculturas de toros anudados. La primera es de la escultora estadounidense E. Calder Powel, que primero estudió matemáticas, que se nota en su trabajo artístico, y después estudió arte. La escultura Nudo de trébol, que se muestra en la siguiente imagen, es un toro anudado con la forma del nudo de trébol.
Escultura Nudo de trébol, de la escultora estadounidense E. Calder PowelY terminamos con una escultura que tuve la suerte de ver este verano, cuando fui a visitar la torre del arquitecto Frank Gehry que alberga el centro cultural Luma, en Arlés (Francia). Se trata de un nudo tórico rosa muy llamativo, la escultura Krauses Gekröse (2011), del escultor austriaco Franz West (1947-2012), que vemos en la siguiente imagen. El nudo implicado en esta obra es la unión (en topología “suma conexa”) de dos nudos de trébol, lo que se conoce como nudo de rizo.
Escultura Krauses Gekröse (2011), del escultor austriaco Franz West, que se encuentra en el exterior del edificio de la Funbdacion LUMA (Arlés, Francia). Fotografía de Marian EspinosaBibliografía
1.- Raúl Ibáñez, Las matemáticas como herramienta de creación artística, colección Miradas matemáticas, Catarata, 2023.
2.- Clifford A. Pickover, La banda de Möbius, Almuzara, 2009.
3.- Martin Gardner, Festival mágico-matemático, Alianza editorial, 1984.
4.- Stephen Barr, Experiments in Topology, Dover, 1989.
5.- Martin Gardner, The Sixth Scientific American Book of Mathematical Puzzles and Diversions, Simon & Schuster, 1971.
6.- Página web del escultor Keizo Ushio
7.- Richard Serra, La materia del tiempo / Denboraren materia, Museo Guggenheim Bilbao, 2006.
8.- Página web de Jack Eagan
9.- Bradshaw Foundation: Symbolic Sculpture. The collected Works of John Robinson
10. Página de la escultora E. Calder Powel
Sobre el autor: Raúl Ibáñez es profesor del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaborador de la Cátedra de Cultura Científica
El artículo El toro, la botella de Klein y el plano proyectivo real (I) se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Los patrones emergentes de las colonias de cianobacterias
Un equipo de investigación ha descrito el mecanismo físico detrás de los patrones geométricos que forman las cianobacterias, una de las formas de vida más antiguas y abundantes de la Tierra, y que ha jugado un papel fundamental en la evolución de nuestro planeta.
Las antiguas cianobacterias fueron la primera forma de vida en desarrollar la fotosíntesis y fueron las responsables de inyectar oxígeno a la atmósfera de la Tierra, sentando así las bases para el surgimiento de las complejas formas de vida que conocemos hoy. Las cianobacterias actuales siguen desempeñando un papel clave en el mantenimiento de la composición de la atmósfera y los océanos actuales.
Una estructura reticular formada por cianobacterias. Fuente: Nottingham Trent UniversityPara sobrevivir muchas especies de cianobacterias crecen formando largas cadenas de células que cubren superficies y se entrelazan formando grandes redes de filamentos estrechamente agrupados durante horas o días. Sin embargo, hasta ahora, el origen de estos patrones reticulados había desconcertado a los científicos.
Utilizando técnicas avanzadas de microscopía, simulaciones y modelos teóricos, los investigadores han descubierto cómo las interacciones entre los filamentos de las cianobacterias hacen que se agrupen y construyan estructuras. Cuando las cianobacterias están presentes en una densidad suficientemente alta comienzan a organizarse en su patrón reticulado, y ello como resultado de unas pocas reglas simples.
Las cianobacterias como espaguetis activosA medida que las bacterias se mueven, chocan entre sí. En la mayoría de los casos, los filamentos pasan uno por encima o por debajo del otro, evitando el choque. Pero ocasionalmente se mantienen en el mismo plano, girando para moverse en paralelo durante un tiempo, hasta que uno se separa. Estas interacciones conducen a la formación de haces de filamentos alineados que hacen que las colonias más densas se organicen formando redes extensas. Los investigadores se refieren a este comportamiento de los filamentos como «espaguetis activos».
Los investigadores han desarrollado un modelo que predice con éxito la densidad y escala típicas de los patrones emergentes, incluido el movimiento y las fluctuaciones en la forma de los filamentos. Estos resultados pueden emplearse como base para entender cómo los diferentes tipos de bacterias se autoorganizan para formar estructuras. Esto es especialmente importante porque podría mejorar nuestra comprensión de cómo se forman las biopelículas bacterianas (colecciones de bacterias que se han adherido a una superficie y entre sí), que tienen un papel central en diversos procesos, como las infecciones humanas, la degradación ambiental y la bioingeniería.
Referencia:
Mixon K. Faluweki, Jan Cammann, Marco G. Mazza, and Lucas Goehring (2023) Active Spaghetti: Collective Organization in Cyanobacteria Phys. Rev. Lett. doi: 10.1103/PhysRevLett.131.158303
Edición realizada por César Tomé López a partir de materiales suministrados por Nottingham Trent University
El artículo Los patrones emergentes de las colonias de cianobacterias se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
Acotando la edad de los anillos de Saturno
Los anillos de Saturno no son únicamente una fuente de fascinación por su gran belleza y majestuosidad, sino que también siguen cautivando a los científicos a la hora de buscar una explicación no solo a su mecanismo de formación, sino también a su edad. ¿Son un adorno planetario reciente o se formaron hace muchos millones de años?
Ciertamente es muy difícil saber con exactitud la edad de los anillos. Prueba de ello son las distintas estimaciones de edad que se han publicado a lo largo de las últimas décadas, pero también en la diversidad de mecanismos de formación propuestos para explicar su existencia, lo que de nuevo reafirma que no es una tarea fácil el llegar a conclusiones en este ámbito.
Aunque son realmente impresionantes, los anillos de Saturno tienen un espesor promedio que va desde unas decenas de metros a un kilómetro, pero su densidad y extensión lo hacen un fenómeno espectacular. Imagen cortesía de NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute.Hablando de las distintas edades de los anillos, algunas sugieren que podrían ser tan antiguos como Saturno, habiéndose formado estos con el material sobrante de la formación del gigante gaseoso y su sistema de satélites. Otros estudios sugieren que pudieron formarse por la desintegración de un satélite hace unos pocos cientos de millones de años -o incluso menos- al haberse acercado demasiado al planeta, quizás por la interacción gravitatoria con otro satélite.
E incluso hay autores que afirman que los anillos podrían ser la consecuencia de la destrucción de distintos cometas que se acercan peligrosamente a Saturno a lo largo del tiempo, y que, mediante este mecanismo de formación, los anillos podrían tener una fuente constante de material que va reemplazando el material que se pierde al caer a Saturno.
En la última década, los datos aportados por la misión Cassini están siendo muy útiles para poder calcular con mayor precisión su edad, algo que está inclinando la balanza hacia una formación reciente de los anillos basándose principalmente en dos evidencias: La primera es que los anillos van perdiendo masa lentamente al caer las partículas que lo conforman sobre Saturno, por lo que los anillos además tienen una esperanza de vida limitada a escala geológica. Esto quiere decir que en el caso de Saturno a los anillos podrían quedarles entre 15 y los 400 millones de años de vida y, si no hay un mecanismo que continuamente aporte material, los anillos irían desapareciendo progresivamente, convirtiendo a estos en un fenómeno efímero y a nosotros en unos afortunados por haber podido observarlos.
Los anillos de Saturno tienen una compleja estructura concéntrica en la cual, en ocasiones, podemos encontrar huecos o “divisiones” como la que vemos en la imagen, la división de Encke, y en su interior, en este caso, un pequeño satélite denominado Pan. Imagen cortesía de NASA/JPL/Space Science Institute.La segunda es que, si suponemos que los anillos están sometidos continuamente a un bombardeo de micrometeoritos como sabemos que ocurre en todo el Sistema Solar, si estos fuesen muy antiguos, tenderían a ser de un color más oscuro a causa de la “contaminación” provocada por parte de partículas rocosas y compuestos orgánicos aportados por estos impactos sobre las partículas de hielo que forman los anillos. En cambio, los anillos de Saturno siguen siendo muy “blancos”, y es que aproximadamente están compuestos en un 99.9% de hielo de agua.
Y aquí es donde vienen las novedades: un nuevo estudio sugiere que los anillos en realidad son el resultado de una colisión entre dos antiguos satélites de Saturno, que como resultado desintegraría los satélites, dejando una gran cantidad de material en la órbita del gigante gaseoso, dando lugar a los anillos. Pero no solo eso, sino que parte de los materiales sobrantes podrían incluso haber formado algunos de los satélites que conocemos hoy día.
Para llegar a esta conclusión los investigadores han creado una serie de simulaciones de alta resolución -superando en más de 100 veces la resolución de modelos anteriores- comprendiendo unos doscientos escenarios diferentes variando distintos parámetros, como el ángulo de colisión, para poder estudiar todas las posibilidades de una manera más precisa.
Estos satélites tendrían una órbita y una masa similar a los actuales Dione y Rea y podrían haber colisionado con ángulos muy diferentes, aunque las simulaciones muestran que para generar la distribución de material necesaria para dar lugar a los anillos la colisión tendría que haber sido directa o con un ángulo intermedio.
El cometa Shoemaker-Levy 9 se fragmentó tras un paso muy cerca de Júpiter, dentro del límite de Roche. Posteriormente sus fragmentos acabarían colisionando con el gigante gaseoso. Imagen cortesía de HA. Weaver, T. ESmith ( Space Telescope Science Institute), and NASA/ESA.Gracias a este evento, una gran cantidad de material podría haber llegado a las proximidades de Saturno. Uso el término “proximidades” de Saturno, hablando en términos coloquiales, porque este nos da una pista muy interesante. Los anillos de Saturno se encuentran dentro de lo que conocemos como límite de Roche, una distancia alrededor de un planeta o un cuerpo de gran tamaño a partir de la cual la fuerza de la gravedad sería capaz de desintegrar un satélite.
Dicho esto, el material que no formó parte de los anillos pudo llegar a coalescer fuera del límite de Roche formando nuevos satélites a partir de esta colisión. Obviamente, aquí podría haber otra contradicción: ¿Quién dice que no había ya unos anillos y que esto sirvió para rejuvenecer los ya existentes? Pues es, obviamente, otro campo de estudio que se abre a los científicos.
A partir de este punto cabe continuar las investigaciones que puedan confirmar esta teoría, por un lado, modelando la distribución del material dispersado por la posible colisión entre los satélites, pero también el intentar identificar poblaciones de cráteres en los satélites de Saturno cuya distribución y edad coincida con esta nueva teoría.
Referencias:
Teodoro, L. F. A., Kegerreis, J., Estrada, P. R., Ćuk, M., Eke, V. R., Cuzzi, J. N., Massey, R., & Sandnes, T. D. (2023). A recent impact origin of Saturn’s rings and mid-sized moons. The Astrophysical Journal, 955(2), 137. https://doi.org/10.3847/1538-4357/acf4ed
Kempf, S., Altobelli, N., Schmidt, J., Cuzzi, J. N., Estrada, P. R., & Srama, R. (2023). Micrometeoroid infall onto Saturn’s rings constrains their age to no more than a few hundred million years. Science Advances, 9(19). https://doi.org/10.1126/sciadv.adf8537
Dones, L. (1991). A recent cometary origin for Saturn’s Rings? Icarus, 92(2), 194-203. https://doi.org/10.1016/0019-1035(91)90045-u
Sobre el autor: Nahúm Méndez Chazarra es geólogo planetario y divulgador científico.
El artículo Acotando la edad de los anillos de Saturno se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.
El bienestar subjetivo es heredable, pero no en un alto grado
Al parecer, el sentimiento subjetivo de bienestar es un rasgo heredable, aunque en una pequeña medida. En otras palabras, aunque la herencia genética es responsable de una cierta fracción de la variabilidad de ese sentimiento de bienestar, esa fracción es pequeña; de hecho no supera un 25% de la variabilidad total.
Foto: frank mckenna / UnsplashEse es el principal resultado de un estudio basado en encuestas realizadas en Dinamarca y Holanda. A las personas incluidas en la muestra les hicieron dos preguntas. Una era si durante la semana anterior se había sentido contenta (happy), y la otra, si durante la semana anterior había disfrutado de la vida (enjoy).
Para su posterior tratamiento estadístico, transformaron las respuestas en variables binarias (mucho o no mucho) y, además, generaron una tercera variable, combinación de las dos anteriores, de manera que si las anteriores eran afirmativas, entonces la tercera (la combinación) también lo era, y era negativa en cualquier otro caso. El número total de individuos encuestados fue próximo a 11500. Y esos individuos fueron caracterizados genéticamente analizando alrededor de 850.000 polimorfismos de nucleótido único.
El equipo investigador estimó la denominada “heredabilidad estricta (o realizada) común” (o heredabilidad común en sentido estricto), que se define como la fracción de la varianza del carácter en cuestión que es atribuible a los efectos aditivos de los polimorfismos genéticos comunes. Ese término, –heredabilidad estricta–, se utiliza por oposición a la denominada “heredabilidad amplia” (o heredabilidad en sentido amplio), que incluye, además del efecto de los polimorfismos, el de las interacciones entre ellos (epistasia) y sus posibles efectos no lineales (dominancia).
Los especialistas consideran que la heredabilidad “estricta” es más relevante que la “amplia” a la hora de evaluar el poder predictivo de las técnicas de genética molecular, entre otras cosas porque se antoja extremadamente difícil delimitar el conjunto de interacciones epistáticas (interacciones entre los efectos lineales de los diferentes polimorfismos) susceptibles de tener algún efecto. Desde un punto de vista metodológico la tarea se presentaría ardua en extremo en caso de recurrir a la heredabilidad “amplia”, pues haría falta utilizar muestras poblacionales gigantescas para otorgar al análisis el necesario rigor estadístico.
El efecto de los factores genéticos, tal y como se ha determinado en este trabajo, es estadísticamente significativo para las respuestas a la pregunta de si había estado contento (happy) la semana pasada (p = 0,01), y algo menos significativo para la variable generada a partir de las dos primarias (happy y enjoy) (p = 0,03), y en ambos casos la proporción de la varianza explicada por los factores genéticos resultó de un 10% aproximadamente. Se trata de un valor muy bajo, inferior a las estimaciones que se han hecho para otros rasgos de personalidad o características psicológicas, y también por comparación con los obtenidos a partir de estudios de gemelos, hermanos y familiares próximos para este mismo rasgo, el del bienestar subjetivo.
Según los autores, ese bajo valor de heredabilidad se debe, en parte, al error que, por razones metodológicas, se comete en la determinación del sentimiento de bienestar. Una vez corregido el efecto de ese error, el porcentaje explicado por los factores genéticos resulta algo más alto: se encontraría en el rango 12-18%. En todo caso, sigue siendo un valor bajo si se compara con la heredabilidad de otros caracteres o con la heredabilidad “amplia”, que es la que se suele obtener en otros estudios. De hecho, es muy posible que, como ocurre con otros rasgos de personalidad (neuroticismo, apertura a la experiencia, simpatía), haya una importante componente de la heredabilidad no debida a factores aditivos (lo que antes hemos denominado interacciones epistáticas).
Cuando se ha medido la heredabilidad del modo en que se ha hecho en este trabajo, se han obtenido valores de 9% y 12% para el neuroticismo y la extroversión, respectivamente. También es baja la obtenida en este trabajo si se compara con la “heredabilidad estricta” que se determina en estudios con familiares próximos; estos han arrojado valores en el intervalo de 30-40%. Lo que ocurre es que estos estudios dan cuenta de “toda” la heredabilidad estricta, y la medida en este trabajo (heredabilidad estricta común) solo es, como se ha señalado antes, la debida a los polimorfismos comunes. Al corregir las estimaciones de este trabajo de manera que se incorpora el efecto de los polimorfismos raros, se obtienen valores en el entorno de 18%-27% de heredabilidad estricta, una estimación mucho más acorde con los valores obtenidos normalmente con rasgos de personalidad en estudios de familiares próximos.
Dado que la intervención para mejorar el bienestar subjetivo de las personas sólo se puede ejercer a través de factores ambientales (no heredables), es conveniente conocer los límites que pueden tener dichas intervenciones y para eso es esencial determinar, con la mayor precisión posible, las diferentes fuentes de variación, también la de origen genético. Es más, a partir de estos estudios pretenden llegar a identificar el conjunto de polimorfismos concretos que contribuyen de modo más decisivo al sentimiento de bienestar subjetivo.
No obstante, a la hora de valorar estos datos hay que ser cautelosos. Incluso cuando un rasgo es heredable en una alta proporción, ello no tendría por qué reducir la importancia de los factores ambientales. Los niveles basales de serotonina, así como la densidad de receptores de dopamina, inciden en la sensación de bienestar de forma directa, y están, en gran medida, condicionados genéticamente. Y hay otros factores genéticos que inciden en las preferencias, personalidad y habilidades de las personas, lo que influye en la elección de pareja y amistades, fecundidad, etc., elementos todos ellos de carácter ambiental.
Por tanto, los efectos de unos y otros factores son complejos y no es fácil establecer proporciones precisas, porque muchos actúan de modo interactivo. Y por otra parte, aunque estudios realizados en un momento y bajo ciertas condiciones arrojen unos determinados resultados de heredabilidad, esos resultados podrían ser distintos si el mismo estudio se realizase en un momento y bajo condiciones diferentes. Eso es así porque cuando las condiciones ambientales bajo las que se encuentran los sujetos son muy similares, la variabilidad registrada apenas sería atribuible a factores ambientales, de manera que habría de ser atribuida a factores hereditarios.
Para entender lo anterior, pensemos en dos poblaciones, de manera que todos los individuos de una de ellas estuviesen sometidos a restricciones nutricionales y todos los de la otra nadasen en la abundancia. Dentro de cada población se registraría una alta heredabilidad de rasgos tales como la altura o la obesidad, porque no habría apenas efecto de las condiciones alimenticias. Sin embargo, si se comparasen las dos poblaciones, se concluiría que el efecto de las condiciones nutricionales (ambientales) sería muy acusado, mucho más que el que se determina bajo condiciones relativamente homogéneas.
Fuente: Cornelius A. Rietveld, David Cesarini, Daniel J. Benjamin, Philipp D. Koellinger, Jan-Emmanuel De Neve, Henning Tiemeier, Magnus Johannesson, Patrik K. E. Magnusson, Nancy L. Pedersen, Robert F. Krueger, y Meike Bartels (2013): “Molecular genetics and subjective well-being” PNAS 110 (24).
Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU
El artículo El bienestar subjetivo es heredable, pero no en un alto grado se ha escrito en Cuaderno de Cultura Científica.